No volví a tenerla tan cerca desde aquella noche. Recuerdo su despedida porque marcó el punto hasta donde mi cordura pudo resistir, me perdí en el alcohol luego de que ella se fue.
Seguí en la fiesta, cuando casi todos se habían ido y yo apenas podía con mi alma, decidí ir a tomar un poco de agua a la planta interior, una chica que estaba con mis amigos me siguió sin que yo me percatara, tomó mi muñeca dijo algo que no entendí, me dirigió creo que al sanitario.
Pocas cosas están claras desde ese momento, solo recuerdo los gritos de mamá y mis hermanos.
Uno muy específico el de mi primo Caleb decirme:
— ¡Idiota, ¿qué demonios acabas de hacer?, ve a tu alcoba y enciérrate hasta que todo esto termine! ¡Más tarde platicaremos tú y yo!— Todos me miraban fulminantes en mi huida y un tipo, del que me cuesta trabajo recordar su rostro, quería asesinarme.
Mientras tanto yo seguía sin entender; llegué a mi alcoba que estaba hecha un desastre y cerré la puerta detrás de mí, dejándome caer hecho un ovillo en el piso.
Intenté conciliar el sueño, pero no lo logré, seguí llorando hasta que se apagó mi voz y no había más lágrimas que sacar.
Busqué entre mis vagos recuerdos cuál había sido el detonante que estalló con toda la batalla que acontecía afuera, pero solo logré bloquear mi cerebro más de lo que ya estaba.
Unas 3 horas más tarde cuando los pequeños rayos de luz ya se asomaban por la ventana y yo seguía brutalmente idiotizado, Caleb entró a la habitación y me informó que todo había terminado relativamente, que mamá estaba profundamente molesta y que decir de mis hermanos. Rompí en llanto de nuevo, porque seguía sin encontrar motivos por los que YO tenía que ver con semejante pelea.
Caleb sereno solo me acunó en sus brazos cual niño pequeño y con palabras suaves me dijo:
—Nada de esto ha sido tu culpa, pero debiste haberte medido en tu consumo. Esta era una fiesta familiar, no un affter donde puedes hacer lo que quieras sin medida. Tendrás que asumir la responsabilidad de tus acciones como el hombre que eres, ¿entendido?— Solo moví la cabeza en señal de asentimiento.
Me acompañó a la cama y salió dejándome allí, me quedé sentado un par de minutos asimilando lo que acababa de decirme.
Entonces recordé era un total y completo idiota.
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Una noche con la chica de mis sueños
Novela JuvenilElla es la chica con la que había soñado durante mucho tiempo, se convirtió en mi ángel cuando cometí el peor error de mi vida. No obstante ese mismo error me costaría perderla en incontadas ocasiones y ahora estoy aquí contándote la historia de cóm...