cuatro

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»Masturbación leve
»Desnudo parcial





Jungkook me llevaba de la mano por el gran centro comercial, como cuando era una cría y me agarraba para que no me perdiera entre toda la multitud. Encogida sobre mí misma, dejé que él me llevara a donde quisiera.

—Hemos llegado —me comunicó.

Subí la mirada, chocando con la amigable sonrisa de Jungkook. Era una tienda de lencería. Yo me sonrojé, recordando que siempre que iba a una era con mamá. Bonitos conjuntos se mostraban en el escaparate, otros más sugerentes, e incluso algún que otro camisón con trasparencias. Todo parecía sedoso y hermoso, así que, una vez dentro, me sujeté a la mano de Kookie, temerosa de aquella ropa que nunca habría imaginado que llegaría a probarme.

—Perdone —observé cómo Kook llamaba la atención de la dependienta de la tienda. Esta se acercó hasta nosotros, sonriente y dispuesta a atendernos—, queríamos ver algún conjunto de encaje y camisones.

—¿Para usted? —me habló a mí.

—Sí —respondí, cohibida.

Echó un vistazo a mi cuerpo, acercándose para evaluar mi talla. Asintió, contenta por lo que veía.

—Tengo varias cosas que te deberían quedar, cariño. Podéis ir al probador mientras.

Fuimos caminando hasta el escondido rincón que ella nos indicó. Kook deslizó para mí la cortina negra y yo entré en el cubículo, pero no dejé que se retirara, tirándolo hacia mí. Él me miró, confundido por mi forma de actuar.

—Yo ... No quiero que me veas en ropa interior.

—¿No? —me preguntó, divertido.

Yo me cerré en banda. Podía haber aceptado sus extrañas condiciones, pero eso no quitaba que fuera a ser con mi permiso. Si no quería hacer algo, no lo haría.

—Prometo enseñarte lo que compre hoy, pero no ahora. Por favor —murmuré, cabizbaja.

Jungkook tomó mi rostro en sus manos, sosteniéndolo tan dulce como siempre.

—Hye, yo voy a ayudarte, pero lo dejaremos si te sientes incómoda. Entiendo que sea extraño para ti, pero eres totalmente libre a decirme que no y lo entenderé. Esto no es un juego, pequeña —y no lo era. La decisión en sus ojos negros me decía que debía tomarlo en serio—. Tú puedes detenerme, ¿vale? Pero si no lo haces, yo te haré todo lo que quiera.

—De acuerdo —asentí, viendo a la señora acercarse con varias prendas.

La dependienta me mostró varios modelos, todos realmente bonitos y elegantes. Creo que pasé más de media hora probándome aquellos conjuntos. Al final, escogí dos de entre todos los que me habían gustado. En realidad, no sabía muy bien para qué debía usar aquella ropa. Yo ya tenía ropa interior de sobra, aunque sí que era cierto que ninguna tan sensual como aquella.

Al salir, Jungkook me miró, apoyado contra la pared. Me preguntó si ya había decidido y yo le dije que así era. Tímida con respecto a que él viera algo, le pedí que fuera a la cafetería de enfrente para comprarme un café, y como siempre que yo le pedía algo, aceptó de buen grado.

Me acerqué a pagar a la caja, dejando los conjuntos sobre el mostrador. La señora me atendió con amabilidad en todo momento, y cuando Jungkook se hubo marchado, ella aprovechó para hablarme.

—¿Os conocéis de hace mucho? Veo complicidad entre vosotros.

Sonrojada, asentí.

—De todo la vida, señora.

aphrodisia » jungkook |+21|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora