veintiséis

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»drama
»angst
»excitación
»masturbación
»video moans
»orgasmo masculino
»fluff (?)








Antes de que saliera del cine, me apresuré a seguirle, pero una vez llegué a su lado, no me atreví a tomar su mano; la tenía apretada en un puño y eso no era buena señal.

Intenté hablarle en el corto camino hasta el hotel que descubrimos al llegar, sin embargo, Jungkook simplemente me contestaba con siniestros monosílabos o sonidos de afirmación que no me dejaron en absoluto calmada.

El recepcionista, a pesar de ser casi medianoche, no nos puso ningún problema y nos ofreció una habitación de la tercera planta con una gran sonrisa.
Lo único malo fue que el restaurante ya estaba cerrado y yo me moría de hambre.

Jungkook pareció leerme la mente mientras subíamos en el ascensor, puesto que antes de llegar siquiera frente a la puerta de nuestra habitación, me tendió la llave electrónica.

—Cerca había una tienda de conveniencia abierta. Iré a por algo de ramen, así que puedes ducharte mientras vuelvo.

Se dio media vuelta sin decir una sola palabra más, entró de nuevo en el ascensor y yo me quedé allí, parada, viendo cómo las puertas metálicas se cerraban. Cómo él intentaba aislarse otra vez para no preocuparme, causando justamente eso.

Después de unos segundos, tomé una bocanada de aire y me dirigí a abrir la habitación antes de que me decidiera a bajar corriendo por las escaleras para alcanzar a mi hermano.

La estancia era lo suficientemente amplia para dos personas, pero que Jungkook no hubiera entrado a mi lado lo hacía todo mucho más frío. Las dos camas estaban juntas, dispuestas para que en ella durmiera un matrimonio sin ningún problema, aunque yo tenía el presentimiento de que no sería nuestro caso.

En completo silencio, dejé mi bolso y el abrigo en el lado de la cama que ocuparía aquella noche y fui desvistiéndome sin ninguna prisa. Lo único que logré con la ducha que tomé fue darle vueltas a la forma de actuar de Kookie después de encontrarnos con Tae. Nuestro amigo no sabía lo que pasaba entre nosotros, nadie tenía idea de la relación que manteníamos, pero ... Tae conocía algo, algo que había puesto de los nervios a Kook en apenas un minuto. ¿Qué demonios era?

Al salir del baño, me encontré todavía sola en el cuarto y una fuerte sensación de miedo se me aferró al pecho. Agarré mi móvil después de pensarlo a conciencia, pero recordé que yo misma había apagado el de Jungkook y que, sabiendo de su rechazo, no se ocuparía de encenderlo por tardar más de la cuenta en regresar.

Aquel nudo tomaba consistencia conforme los minutos pasaban. Tumbada entre las sábanas sin más ropa que la interior y la camisa que llevaba esa tarde, esperé con paciencia a que la puerta se abriera y pudiera mantener una conversación con Kookie.

No habían transcurrido más de diez minutos cuando el click del seguro rompió mis inseguridades. Me incorporé, chocando con la figura de mi hermano mientras se sacaba la chaqueta y dejaba una bolsa sobre la mesa casi vacía.

Humedecí mis labios, a punto de hablar e impedir que siguiera comportándose así, pero nuestros ojos no se tropezaron ni una vez y él se metió directamente en el cuarto de baño, cerrando tras su paso y abriendo el grifo para que el agua calienta llegara.

La decepción era tal, que volví a embutirme entre las cálidas mantas, sin pensar en lo mucho que rugía mi barriga y en el creciente dolor que se propagaba por mi vientre por culpa del periodo. Sabía que si me proponía hablar, lloraría, y no quería llegar a eso porque me sentiría aún peor, por eso me dije a mí misma que no le dirigiría la palabra a mi hermano una vez saliera de la ducha. Si él reconocía su error al evitar que comprendiera su maldita actitud, sería por sí solo. Yo no movería un dedo para arreglar lo que Kook se había encargado de fastidiar.

aphrodisia » jungkook |+21|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora