Codicioso

•• 6 ••

Antes de comenzar el capítulo me disculpo de todo corazón por las cantidades ridículas de reggaetón que este contiene.

Dicho eso ya pueden empezar a leerlo (so sorry😢).

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A pesar de estar besándose entre ellos, de tener al otro entre sus brazos, del simple hecho de estar juntos, ni uno estaba disfrutando el lugar en donde lo estaban haciendo. Ósea un baño.
El ruso y el mexicano se encontraban dentro de uno, bastante pequeño y estrecho, en la única posición "cómoda" posible para esa situación ósea Rusia sentado sobre el retrete y México sentado sobre el más alto. Sin duda era la posición más sexual en la que se habían besado pero ni uno la estaba disfrutando tanto como deberían, ambos estaban muy incómodos, el retrete era muy pequeño y aveces se terminaban cayendo, también mientras se besaban de manera apasionada solían entrar personas al baño, provocando que estos dejaran de darse amor para que no los escucharán, pero lo peor era cuando alguno entraba a los baños de al lado de los amantes, ya que prácticamente podían escuchar de manera perfecta cómo estás personas orinaban o hacían otra cosa peor, matándoles totalmente las pasiones.

—Que asco...—Comentó el ruso apenas la persona que estaba cagando al lado de ellos abandonó el baño.
—Shhhhh—Dijo el mexicano mientras colocaba un dedo sobre los labios del ruso para calmarlo.—¿En qué estábamos?—Dijo México de manera coqueta.

Y dicho esto el latino agarró el rostro del ruso y lo besó apasionadamente mientras que el más alto lo sujetaba fuertemente por la espalda para que este no se cayera como lo había hecho ya anteriormente.

México disfrutaba mucho los mini encuentros que tenía con el euro asiático, encontraba excitante el hecho de verse a escondidas y en un corto lapso de tiempo, Rusia también los disfrutaba, pero le preocupaba que desde ese entonces en adelante sus encuentros se limiten a eso solamente, besarse de manera rápidamente y desesperada, volver con sus respectivos amigos y de nuevo lo mismo. Obviamente el ruso disfrutaba de los besos del más bajo, especialmente porque este besaba muy bien, pero él no lo quería para besarlo o tocarlo o lo que sea, él lo quería porque quería conocerlo, lo cuál le costaba un poco ya que el mexicano solía ser un poco cerrado cuando Rusia quería saber más cosas sobre este, eso le daba una extraña sensación, como si México le estuviera ocultando ciertas cosas, pero eso solo eran suposiciones, pensó Rusia.
El más alto sabía que no podía forzar a México a contar más cosas de su vida, pero deseaba conocerlo más a fondo, ya que cada vez que descubría algo nuevo del pequeño latino, no podía evitar sentirse plenamente feliz, cada pequeño detalle nuevo que aprendía hacia qué le gustara cada vez más el mexicano.

—¿Porqué estás tan desesperado por besarme ahora?—Preguntó el ruso con curiosidad.
—Es que me gusta pasar tiempo contigo.—Dijo el mexicano de manera tierna.
—Pero podemos vernos mañana en la noche.—Dijo Rusia.
—De hecho, ese es el problema..—Dijo México mientras se mordía el labio de manera nerviosa.
—¿Qué pasó?—Preguntó Rusia.
—Es que mañana tengo una fiesta con mis amigos,entonces no voy a poder verte.—Dijo el mexicano algo desanimado.
—Y como no estoy invitado no puedo ir.—Dijo el ruso.
—No, es sin invitación.—Dijo México.
—Espera, ¿De quién es esa fiesta?—Preguntó Rusia.
—Es una fiesta que organiza el hotel, así que todos pueden ir.—Dijo México.
—Entonces,no veo cuál es el problema.—Dijo Rusia confundido.
—Es que es una fiesta de reggaetón y bueno,como que a sólo los latinos nos gusta así que solo nosotros vamos.—Dijo México.
—Ya veo...—Dijo el ruso.
—No voy a pedirte que contamines tus oídos por mí.— Dijo el mexicano.
—¿Está bien?, pues nos vemos en dos días a entrenar para la competencia. —Dijo Rusia.
—Oh verdad!, se me había olvidado.—Dijo México.