A la mañana siguiente tanto Perú como México esperaban ver a su amigo argentino en un mejor estado anímico y al chileno durmiendo en su cama, pero para su desgracia, ni una de las dos cosas se cumplieron.
No había rastro de Chile desde que lo habían visto la noche anterior en plena acción con Alemania en un cuarto y en el caso de su otro amigo, este se encontraba sentado al borde de su cama, con la mirada perdida, audífonos puestos , lágrimas salían de sus ojos y de sus labios salían tarareos de canciones.
— Pensaba que te había olvidado, pero pusieron la canción.—Argentina tomó una pausa para respirar y seguir entonando aquella letra.— Que cantamos bien borrachos, que bailamos bien borrachos, nos besamos bien borrachos los dos.
Para la siguiente repetición de ese coro, el argentino no canto, simplemente se limitó a crear una bella repetición de momentos junto al chileno acorde a lo que decía la canción. Recordó las muchas veces que junto a este cantaron canciones tan ridículas a gritos, momentos en los que ambos llegaron a bailar juntos durante varias fiestas, a falta de algún otro compañero y como olvidar, el único e inigualable "beso" que ambos pudieron compartir, el cuál no solo significó la salvación del argentino debido a que no respiraba, si no que también para este último significó la más viva y tangible personificación del cielo en la tierra, seguramente si el cielo tuviera sabor, sabría a los labios de Chile, pensó Argentina.
Los otros dos latinos se miraron entre sí antes de arrebatarle de manera brusca los audífonos a su amigo.
—¡Hey!¡¿Qué les sucede pelotudos?!—Exclamó bastante molesto Argentina, aunque en el fondo estaba destrozado.
—No podemos verte así.—Dijo Perú apenado.
—¡Pero si estoy bien!—Dijo el argentino tratando de mentir.
—Estás escuchando canciones tristes de Bad bunny, tu nunca en la vida habías escuchado canciones tristes de divas del reggaetón, ni siquiera cuando estabas muy triste.—Dijo México preocupado.
—¿Qué quieres que te diga? Jamás había estado tan triste en toda mi vida, es una sensación muy rara ¿Sabes? Me siento vacío, incompleto...—Argentina no pudo seguir hablando, ya que de su boca salió un leve sollozo provocando que este cerrara los ojos con fuerza y se tapara la boca.
—Sé que estás dolido, pero hay más chicos con los que puedes estar.—Dijo el peruano tratando de consolar a su amigo.
Ambos latinos acariciaban tiernamente los brazos del más deprimido.
Perú se enteró rápidamente de los sentimientos de su amigo hacia el chileno, es decir , eran muy obvios aparte de que él no era ninguna clase de idiota como para no darse cuenta.
—Chile es el único chico que puede tener mi corazón, si él decide tomarlo y pisotearlo y ser feliz con el de otro respeto su decisión.—Dijo el argentino con un tono muy deprimente y pesimista.
—Vamos, no creo que sea para tanto, no le deberías dar tanta importancia, yo creo que lo de Chile y Alemania fue algo de solo una noche que jamás se repetirá, no es como si el universo estuviera conspirando en contra de ti.—Dijo el mexicano tratando de sonar lo más desinteresado posible.
En eso, se abrió fuertemente la puerta de la habitación, revelando la llegada del chileno el cual con sus audífonos puestos bailaba y cantaba con entusiasmo.
—No te enamores de mí, no no no, no te enamores de mí, no no no, tú corazón puedo partir..—Cantó Chile felizmente.
El chileno al ver a sus amigos notó la mirada seria de dos de ellos y triste por parte de otro.
—¿Qué wea les pasa?—Preguntó Chile en su tono usual.
El argentino sin poder soportarlo más, camino rápidamente a la puerta y salió de la habitación.
— ¡Argentina!—Gritó Perú corriendo tras su amigo.
—Vaya, parece que ese se despertó con la media caña.—Dijo el chileno riéndose.
ESTÁS LEYENDO
Codicioso
Ficción históricaÉl ya había perdido por completo la fé en el amor, ya no se esperaba nada de nadie, pero gracias a unas bien merecidas vacaciones junto a sus amigos conocerá a alguien que por nada del mundo querrá perder jamás. Intimidado por esa presencia tan eleg...
