A las tres y media de la mañana, dos latinos bastante cansados por bailar por horas y algo mareados por todo el alcohol que habían bebido caminaban sin ningún apuro por los pasillos del hotel.
—No puedo creer que Usa te haya hablado.—Dijo México.
—Yo tampoco lo creo.—Dijo Perú riendo.
—O sea, ¿Qué se cree? ¿Cómo se le ocurre ir a molestar a uno de mis amigos?—Dijo el mexicano.
—Pero no me molestó.—Explicó el peruano.
—Ay que inocente mi bebé, no tengo ni idea de lo que te dijo Usa, pero sé perfectamente que no importa qué tan lindas hayan sido las palabras que te dijo, son mentira.—Dijo México.
—Puede que tengas razón, pero más que alagarme, me dio consejos bastante lógicos con los cuales yo concordaba al cien por ciento.—Dijo Perú.
—Vaya...—Dijo el mexicano con un tono extraño.
—¿Vaya qué?—Preguntó el peruano.
—Parece que Usa te lavó el cerebro, vamos a tener que llevarte a un psicólogo.—Dijo México.
—¡¿Qué?!¡No!—Dijo Perú.—¡Él solo me estaba dando un consejo!
—Escucha, te voy a decir algo que va a ser la lección de tu vida.—Dijo el mexicano seriamente.
El peruano se cruzó de brazos dispuesto a escuchar lo que le iban a decir.
—Usa no ayuda a los demás, solo se ayuda a sí mismo, siempre intenta conseguir algo de los demás, así que lo más posible es que esté intentando conseguir algo de ti.—Dijo México.
—Puede ser verdad, pero yo no tengo nada que él quiera.—Alegó Perú.
—Si lo tienes.—Dijo el mexicano.
—¿Y eso sería?—Preguntó el peruano.
—Yo, eres mi amigo.—Respondió México.
Perú volteó los ojos algo incrédulo.
—Solo piénsalo, intenta acercarse a mí por medio de ti, la verdad es una idea bastante creativa.—Dijo el mexicano.
—No creo que alguien sea tan retorcido para planear algo como eso.—Dijo Perú.
—Créeme que Usa si lo es.—Dijo México.
—Creo que te estás equivocando.—Dijo el peruano.
—No me estoy equivocando, lo conozco muy bien para equivocarme.—Dijo el mexicano.
—¿No es que lo tuyo con Usa no fue serio? Porque si fue así, ¿Cómo lo conoces? Por lo menos yo no me abriría tanto con alguien que no es nada para mí.—Explicó Perú.
—En primer lugar, no es que no haya sido nada para él, simplemente no quería tener una relación seria conmigo y segundo, me lo cogí, ¿Qué mejor manera para conocer a alguien?—Dijo México.
—Emm perfectamente puedes conocer a alguien sin cogértelo.—Dijo el peruano.—Además estuviste muy poco tiempo con él, por lo menos no lo suficiente como para darte cuenta de todo lo que es capaz de hacer.
—Si fue poco tiempo, pero fue muy intenso.—Dijo el mexicano.
—Te creo, pero no creo que tengas totalmente la certeza de todo lo que respecta a Usa, puede que haya un lado de él que no conoces, uno que no esperas y que te puede llevar a sorprender.—Dijo Perú.
—¿Y quién va a destapar ese lado?¿Tú?—Preguntó México de manera incrédula.
—No sé si voy a ser yo, pero no me molestaría, es decir, ayer hablamos tanto y fue tan bueno conmigo, puede que se haya abierto así por lo inocente que soy, porque al no saber varias cosas, no soy capaz de juzgarlo, o tal vez se acercó a mí por otra razón..—Dijo el peruano pensativo.
—¡De seguro estaba tan borracho que te confundió conmigo!—Exclamó el mexicano riéndose.
—¿Tanto te cuesta creer que puedo llegar a interesarle a alguien?—Dijo Perú muy enojado.
—¡Si!¡Pero no Usa!—Alegó México.
Perú se limitó a mirar hacia otro lugar enojado y seguir caminando pero más rápido que su amigo.
Casi de inmediato llegaron a su habitación, ambos se estaban preparando psicológicamente para consolar nuevamente a su amigo, sabían perfectamente que debían de estar ahí para él, pero no era psicólogos ni profesionales en aquella área, así que estaban considerando seriamente llevarlo a algún tipo de terapia a la fuerza.
Al entrar no tardaron en darse cuenta de la peculiar escena. El argentino totalmente dormido abrazado al chileno, definitivamente aquel momento no le hacía sentido a ninguno de los dos.
Ambos se miraron entre sí bastante confundidos, buscando una explicación en el otro que claramente no iba a aparecer. La situación era muy extraña, pero ambos estaban demasiado cansados como para prestarle mucha atención a aquello o como para buscarle una explicación lógica, así que los dos rápidamente, con cuidado para no hacer ningún ruido muy fuerte, se acostaron en sus respectivas camas, sin tardarse en dormirse.
ESTÁS LEYENDO
Codicioso
Historical FictionÉl ya había perdido por completo la fé en el amor, ya no se esperaba nada de nadie, pero gracias a unas bien merecidas vacaciones junto a sus amigos conocerá a alguien que por nada del mundo querrá perder jamás. Intimidado por esa presencia tan eleg...
