Prólogo.

266 18 8
                                    

Él era consiente del costo de los sacrificios.Lo habría hecho todo de nuevo si fuera necesario.No sentía vergüenza o arrepentimiento.Lo único que lamentaba era tener que romper una promesa: le había dado su palabra a Bae y ahora tendría que hacer lo que juró jamás hacer una noche lluviosa y oscura, cuatro años atrás.

El hecho era que si no la tenía a ella, él se sentía vacío por dentro.Era un cascarón sin vida, completamente despojado de toda fuerza vital.Y por ello mismo ya no podía seguir sosteniendo las mentiras y los secretos sepultados que los unían.

Si no volvía a verla, al menos se despojaría de todo lo que no fuera su amor por ella.

Incluyendo sus fantasmas.

-Aquí está mi parte de nuestro trato, Adachi...-La voz del sargento le suena lejana.Sus ojos no se despegan de aquél maldito bate de béisbol, de los recuerdos que evocaba-Ahora dime, ¿quién mató a Kim Gwon?

Yuto deja de rascar con la uña de su pulgar la pintura de la mesa y eleva sus ojos hacia el sargento.En sus ojos puede ver que es un buen hombre, alguien con buenas intenciones, pero demasiado aferrado a la visión idealista de la justicia.Es consiente de que para él no es más que la persona que busca meter tras las rejas y probablemente se lo mereciera, pero si iba a hacerlo al menos dejaría que conociera toda la historia.No porque quisiera hacerlo cambiar de parecer, no.Él sabía que probablemente se mereciera arder por el resto de la eternidad por lo que hizo en el pasado.Pero no pensaba contar todo a medias.Si quería saber la verdad, iba a tenerla completa.Una vez que eso sucediera, Lee Hwi Taek y el mundo podrían juzgarlos como quisieran.

Si algo sabía Adachi era que muchas cosas no tenían explicación.La mayoría de las cosas que hacía no las tenía y tampoco intentaba buscarles una.Enamorarse de Bae y todo lo que le siguió a ello no era la excepción.Pero de nuevo, no se arrepentía de nada.No después de que todo lo hecho lo llevara a ella.

Hizo lo que tenía que hacer.Toda la sangre derramada, todas las lágrimas y el vórtice vertiginoso que sobrevino a la revelación de que ella era todo lo que él amaba sobre la fas de la tierra...de eso no se arrepentía.Cada vez que pensaba en ella, cada noche que pasaba añorando sentir sus delgadas piernas entre las suyas y su respiración en el hueco de su garganta, cada minuto que pasaba lejos...lo estaba matando.Él podía sentirlo.Era como beber pequeñas dosis de cicuta y lo estaba consumiendo poco a poco.

Si ya le habían arrebatado todo, desde el puto corazón hasta la cordura, ¿qué tenía que perder él? Lo único que podía hacer era protegerla.A ella, a su Bae.Tenía que protegerla de las mentiras que ambos habían pronunciado tantas veces que se las habían creído, construyendo un mundo que no existía y volviéndose profesionales en no distinguir la realidad de la fantasía.

-¿Quiere oír la verdadera historia, oficial? Está bien: la tendrá.Luego dejaré que usted mismo me diga quiénes son los inocentes y los verdugos...pero no olvide que las líneas a veces pueden difuminarse.

ADVERTENCIAS:

-Ésta es la segunda parte y el trasfondo de "Pulsiones", por lo que si no leíste esa historia corta deberías leerla para no recibir spoilers.

-La historia trata temáticas sensibles como el suicidio, la violencia y el abuso.Como siempre, intentaré tratar las problemáticas con el mayor respeto y decoro posibles, pero aún así debo avisarles que en algún punto van a tocarse temas de este estilo.Si eres víctima de alguna de éstas problemáticas, por favor pide ayuda.

-Estaré actualizando pronto, pero tengo otras historias que actualizar así que pido paciencia.

Trauma » Adachi YutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora