7: Lo que buscas, encuentras.

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Los ojos oscuros del muchacho, decorados con un par de profundas y purpuras ojeras, se deslizan hacia el elemento que descansa sobre la mesa.Hay dos hombres del otro lado observándolo con atención, midiendo cada uno de sus gestos y reacciones (incluso hasta las más minúsculas).El frío de la habitación se le cuela por los huesos y las esposas le generan cierta molestia contra la frágil piel de sus muñecas, pero no hay nada allí.No hay nada de lo que pensó que sentiría cuando este día llegara, cuando todo emergiera a la luz y los demonios del pasado se arrastraran fuera de la tumba para cobrar por sus pecados.

No hay nada.

No hay nada más que el frío, acogiéndolo como a un viejo amigo.

Adachi Yuto es un hombre que está en paz consigo mismo.

Ya no siente miedo.No después de que se la quitaran a ella, a la única persona que alguna vez lo amó y aceptó como era...roto, fuera del punto de sutura.

Sin Bae, ya nada tenía sentido.Por ello mismo hizo aquél trato con el sargento.Sin embargo, no pensó que fuera tan eficiente en sus tareas.En su cabeza era poco factible que diera con aquel pequeño pedazo de infierno metálico, pero siempre fue una posibilidad.Él lo sabía.Y ahora aquí está: lo imposible, presentándose como un golpe en la cara.

Él conoce la historia de la noche en la que vendió su alma al diablo y firmó su entrada al infierno.Es consiente del costo de los sacrificios.Lo habría echo de nuevo si fuera necesario.No siente vergüenza o arrepentimiento.Lo único que lamenta es tener que romper una promesa: le había dado su palabra a Bae y ahora tendría que hacer lo que juró jamás hacer una noche lluviosa y oscura, cuatro años atrás.

Pero el hecho es que si no la tiene a ella, él se siente vacío por dentro.Es un cascarón sin vida, completamente despojado de toda fuerza vital.Y por ello mismo ya no puede seguir sosteniendo las mentiras y los secretos sepultados que los unen.

Si no volvía a verla, al menos se despojaría de todo lo que no fuera su amor por ella.

Incluyendo sus fantasmas.

-Aquí está mi parte de nuestro trato, Adachi...

La voz del sargento le suena lejana.Sus ojos no se despegan de aquél maldito bate de béisbol, de los trágicos recuerdos que evocaba.

-Ahora dime, ¿quién mató a Kim Gwon?

Yuto deja de rascar con la uña de su pulgar la pintura de la mesa y eleva sus ojos hacia el sargento.En sus ojos puede ver que es un buen hombre, alguien con buenas intenciones, pero que está demasiado aferrado a la visión idealista de la justicia.Es consiente de que para él no es más que la persona que busca meter tras las rejas y probablemente se lo mereciera, pero si iba a hacerlo al menos dejaría que conociera toda la historia antes.No porque quisiera hacerlo cambiar de parecer, no.Pero no piensa contar todo a medias.

Si el sargento y el mundo querían saber la verdad, iban a tener toda su verdad.Una vez que eso sucediera, podrían juzgarlos a ambos como quisieran.

Si algo sabe Adachi es que muchas cosas no tienen explicación.La mayoría de las cosas que hizo no las tenía y tampoco intentaba buscarles una.Enamorarse de Bae y todo lo que le siguió a ello no era la excepción.Pero de nuevo, no se arrepiente de nada.No después de que todo lo echo la llevara a ella.

Hizo lo que tenía que hacer.Toda la sangre derramada, todas las lágrimas y el vórtice vertiginoso que sobrevino a la revelación de que ella era todo lo que él amaba sobre la fas de la tierra...de eso no se arrepiente.Cada vez que piensa en ella, cada noche que pasa añorando sentir sus delgadas piernas entre las suyas y su respiración en el hueco de su garganta, cada minuto que pasan lejos del otro...lo está matando.Él puede sentirlo.Es como beber pequeñas dosis de cicuta y lo está consumiendo poco a poco.El dolor emocional mutó a una necesidad casi física y dolorosa, como si se lo estuviera forzando a caminar por la vida sin alma.

Si ya le habían arrebatado todo, desde el puto corazón hasta la cordura, ¿qué tenía que perder él?

Lo único que puede hacer es protegerla.A ella, a su Bae.Tiene que protegerla de las mentiras que ambos habían pronunciado tantas veces que se las habían creído, construyendo un mundo que no existía y volviéndose profesionales en no distinguir la realidad de la fantasía.

Llegó el momento.

-¿Quiere oír la verdadera historia, oficial? Está bien: la tendrá.Luego dejaré que usted mismo decida quienes son los inocentes y los verdugos.Pero no olvide que las líneas a veces pueden difuminarse.



Lo prometido aquí está ❤
Capítulo corto pero sumamente importante.A partir de ahora, la historia se narra en pasado y consiste en recuerdos de Yuto.De tocar temas sensibles, eventualmente se avisará al comienzo del capítulo.

Si estás leyendo esto, gracias :)

Trauma » Adachi YutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora