9: Para caer hay que subir primero.

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-Enamorarse de Bae fue la parte sencilla.Fue lo más fácil y natural que me sucedió en toda la vida, de hecho.No hubo nada violento o forzado al respecto.Tampoco estuvo lleno de aquellas sensaciones clichés de mierda.Simplemente se dió: sucedió antes de que siquiera me diera cuenta y pudiera alzar mis defensas.Amarla era fácil.-Declara el preso, mirando hacia un rincón de la habitación, con una expresión melancólica-Ella estaba tan rota como yo y las piezas de rompecabezas que no pertenecen a ningún lugar suelen encajar a la perfección.Aún recuerdo el día en el que lo comprendí, tal y como si fuera hoy...

Es el tercer día después de nuestro intento de suicidio y claramente ambos seguimos vivos.Más vivos que nunca, de hecho.Muchos lo llamarían un milagro, pero yo no creo en ningún Dios.Y si existiera, él ciertamente no se preocuparía por personas como nosotros.

La música comienza a sonar en el pequeño bar y Bae se pone como loca por Aerosmith.

Me causa tanta gracia que no puedo dejar de reír, aún a pesar de las circunstancias y la mierda que fue mi día, me parto de la risa con ella.Sacude sus caderas de una manera sensual y a medida que se acerca el coro, ella se sube sobre la mesa.Sus pantalones de cuero relucen con las luces azules y sus ojos parecen brillar como dos diamantes, contrastando eléctricamente con sus labios del color de la sangre.

Mi risa se desvanece con rapidez mientras ella gatea en mi dirección, arrojando lo que se encuentra sobre la mesa por su camino con la elegancia de un felino.Muchos la miran como si estuviera loca, pero a ella no le importa.Y yo repentinamente no sé cómo reaccionar, porque detrás de aquél velo de picardía puedo ver cierto dolor mudo que no sé cómo borrar.

I go crazy, crazy, baby, I go crazy

You turn it on

Then you're gone

Yeah, you drive me

Crazy, crazy, crazy, for you baby

What can I do, honey

I feel like the color blue...

Ella gesticula con sus labios, haciendo la mímica de la canción, y mientras me mira sólo a mí me siento en la cúspide del mundo.

Cuando llega hasta mí, sus labios rozan los míos y les dan un mordisco, llevándome a las nubes.La risa quedó muy lejos atrás mientras me aferro a la parte trasera de su cabeza y sujeto su cabello, atrayendola hacia mí para explorar su boca.Ella me deja hacerlo a gusto, con las respiraciones reuniéndose y volviéndose una.

Me desquito con su boca como me place, perdiendome en su suavidad y su textura.Pero no es una tímida y cálida caricia.En lugar de eso la beso con fuerza, de forma violenta, pero a ella no le importa.Ambos nos estamos desquitando por razones diferentes, nos estamos fundiendo en una masa de sentimientos primitivos y caóticos como el oceano, intentando ahogar al mundo por un momento.

Sin embargo, para mí sorpresa no es lujuria lo que siento.Es algo mucho más fuerte, algo que se asienta como un bloque de concreto en mi pecho y me llena de un profundo sentimiento de protección.No sé qué es.Las confusas emociones embriagan mis sentidos, las sensaciones me sobrecargan.Las luces me están mareando y repentinamente el mundo parece hacer clic.Durante un segundo todas mis preocupaciones se esfuman.Aquí no temo a los puños de mi padre.En este lugar no existen las sábanas mojadas y las pesadillas.Es un lugar seguro.Y todo eso es malo porque ambos estamos jodidos.Está mal porque toda la vida nos han dicho que somos una porquería y nos lo creímos, porque no nos merecemos cosas como ésta.Pero al mismo tiempo se siente como lo correcto.Se siente como lo único que podría evitar que venza mi miedo a las alturas y por ello me aferro a ella.Siento que mi vida depende de ello, porque jamás significó algo hasta que el no tenerla significó no ver a Bae de nuevo, no escuchar jamás el millón de palabrotas que salen por segundo de su boca u oír su risa.

Con el correr de los días, progresivamente comienzo a escribir pequeñas notas sobre los lunares en su piel y las pequeñas estrías que adornan el espacio debajo de sus glúteos, sobre sus fríos ojos oscuros y la eterna curva burlona en su boca.Transformo en tinta la forma en la que se queda mirando al horizonte y se sumerge en su propio mundo cuando nadie lo nota, allí donde es imposible alcanzarla mientras el viento hace danzar los oscuros mechones de su cabello lo suficiente como para volver su expresión algo ilegible.

Pero todas esas pequeñas anotaciones en el margen de las hojas no son más que cavilaciones sobre el enigma que más me obsesiona: ella.Las escondo de mi padre como si fueran un tesoro y las rememoro durante las noches cuando estoy junto a Bae, cuando la siento gélida y liviana entre mis brazos, como un fantasma.La toco como si estuviera echa de cristal, como si fuera de aquellos milagros que sabes que no pertenecen a ésta tierra y temes que de un día para el otro se esfumen sin aviso.Tengo múltiples pesadillas con ello y creo conocer la razón: estoy asustado.Jamás le pregunté la razón por la que quiso saltar esa noche y eso sigue rondando mi mente.

-Suena muy conmovedor, Adachi.El uno para el otro.-El tono del oficial Lee es despectivo al arrancarlo de sus recuerdos-Pero vayamos a lo que es relevante para mi caso.Su historia de amor no me interesa.

-Tiene mucho que ver.Aún no lo entiende...-La boca de Yuto se tuerce con disgusto-Pero si tiene algo más de paciencia lo entenderá...

Hwitaek lo mira con desconfianza, pero silenciosamente reconoce que no le queda otra opción más que escuchar si realmente quiere conocer la verdadera historia en manos de uno de sus protagonistas.

-De acuerdo.Puedes continuar.Pero acerquemos la línea de tiempo a la noche en la que todo sucedió.

Trauma » Adachi YutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora