4: El pacto.

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Adachi Yuto era un sujeto muy frío y extraño.

Lee Hwi Taek lo supo desde el momento en que lo metió a su patrulla: él ni siquiera se inmutó.Durante todo el momento no hizo más que portar aquella media sonrisa...esa sonrisa que aún hacía que al sargento le hirviera la sangre.Él mismo lo procesó.Y el muchacho jamás dejó de sonreír.Ni en un momento.Eso a varios le puso los pelos de punta.Sin embargo, para él siempre representó una burla, cierto aire desafiante.Era muy claro que no respetaba a ninguna autoridad y le importaba muy poco las consecuencias de lo que había hecho.

Sin embargo...Adachi no sonríe cuando Hwitaek le muestra las fotografías del cuerpo y la escena del crimen.No hay ningún desafío en su mirada ahora.

Los doctores le advirtieron que él no hablaba con nadie y que se había retraído aún más desde que lo separaron de su complice.Yuto parecía haber perdido la capacidad de hablar y escuchar por completo, decían.La realidad era que permanecía inmutable ante lo que lo rodeaba y se manejaba como un fantasma, como la cáscara de un hombre.

Decían que la separación lo había debastado.Diagnosticaron a ambos con una fuerte relación de dependencia emocional, lo cual explicaba al cien por cierto el comportamiento del chico: se rehusaba a comer y tomar sus medicinas.Recientemente había regresado a sus tendencias depresivas porque estaban limpiando su organismo de las drogas y lo que le daban en Saint Catalina podría dopar a un caballo.Era una mala combinación, una que lo volvía inestable y propenso a no querer cooperar con la investigación.

Pero Hwitaek consiguió una orden y estaba aquí por respuestas.No se iría sin conseguir lo que quería, así que presionó y presionó durante todo el interrogatorio.Sin embargo, hasta el momento no había tenido resultado alguno: su mirada estuvo pérdida en un punto muerto sobre alguna parte de la mesa durante todo el rato.

Pero todo esto cambió radicalmente cuando el sargento deslizó la fotografía de la escena del crimen sobre la mesa.En ese preciso momento no se le pasó por alto a su ojo entrenado el ligero gesto que tocó los exóticos rasgos del joven.

Una reacción física inconsciente.

¿Rechazo, quizá? ¿O una mezcla de sorpresa y miedo?

-¿Lo reconoces, Adachi?-Le pregunta, apoyándose en la mesa de metal que se interpone entre ambos.

El chico pasó semanas sin mover un sólo músculo del rostro.Por eso mismo le sorprende al sargento que una sonrisa sádica toque sus labios.

Al hablar, su voz suena distorsionada y rasposa debido a la falta de uso:

-¿Alguien podría reconocer esa cosa?

Impresionante.

Es la primera vez que escucha su voz, en los últimos meses, después de todo lo hecho.

Y eso sólo podía significar una cosa...algo lo tenía nervioso.

Lo tengo, pensó Hwitaek.

Sólo tenía que seguir por el mismo camino.Con eso en mente aún, continúa:

-Probablemente no.Pero la policía forense sí pudo.-Extiende las fotos por la mesa-Ya que estamos jugando a las adivinanzas hoy, déjame ayudarte a recordar quién es: es el padre de Kim Bae, desaparecido cuatro años atrás.Es el hombre que tu novia asesinó a sangre fría.¿Ahora te suena?

La sonrisa desaparece de sus labios, dando paso a una expresión tensa.Sus dientes se presionan entre sí con fuerza, acentuando el músculo de su mandíbula.

-Bae no asesinó a nadie.

-No me parece así...-Al ver que sigue observando con una mirada perturbada las fotos, el sargento aprovecha para golpear con fuerza la superficie metálica y atraer su atención hacía sus ojos-Mírame, Adachi.

Trauma » Adachi YutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora