pinky suction • 𝐕𝐌𝐈𝐍

O1O

La cabeza rubia no dejaba de practicar un sensual y hermoso vaivén, desde su lugar, TaeHyung podía ver a la perfección como su pene desaparecía entre los labios voluminosos del chico entre sus piernas. Le encantaba aquellos vista tan espléndida que JiMin le regalaba, cada movimiento parecía grabarse en su mente, cada sensación era guardada en un baúl de recuerdos preciados, al igual que ese preciso momento se quedaría con él por mucho tiempo.
Sin duda el paraíso que escondía la boca de Park JiMin era de sus cosas favoritas. Lo hacía sentir caliente saber que él era una de las pocas personas que había privado aquel éxtasis al que la boca de su amigo podía llevarlo.

—Jimin –Gimió, Jimin gustoso por el ruidito que salió de los labios de TaeHyung volvió a succionar la punta mientras su hábil lengua acariciaba con cuidado la pequeña abertura en su pene.

De repente TaeHyung alejó el cuerpo más pequeño, tiró de él con suavidad hasta sentarlo en su regazo y besó sus labios.
No le importó probar de sus propios jugos, de hecho de que el sabor amargo inundó sus gustos le llamó bastante la atención y no dudo en pasar su lengua por la contraria para disfrutar nuevamente el exótico sabor que bailaba entre sus bocas.

De los labios rosados y gorditos solo podían salir jadeos, mientras las manos grandes de su amante-amigo conocían cada rincón de su cuerpo. Sentía como ellas viajaban de su espalda hasta su trasero y subían por su pelvis desnuda hasta su pecho, apretaban sus botones rosados y delineaban sus piernas lisas para volver a sostener su cintura. Los escalofríos en su cuerpo aumentaron cuando la boca del menor rozó su cuello, cuando sus labios tocaron su cuello y luego cuando decidieron probar su piel.
TaeHyung sabía donde debía tocar, incluso si nunca lo había explorado, él conocía los puntos débiles de Park, y en partes al rubio lograba encantarle. TaeHyung era encantador con los movimientos que sus manos hacían, le hacía sentir apreciado, lindo.

—T-tae! –Una mordida en ese lugar tan sensible fue todo lo necesario para que Park gimiera en alto el nombre de su amante. Por otro lado Kim sonrió satisfechos en su escondite, mientras bajaba una de sus manos hasta la división de el trasero del rubio.

Llevó uno de sus dedos hasta acariciar el caliente agujero de JiMin, el rubio tembló al sentir la caricia. Otro dedo se unió, tanteando la zona caliente con sus yemas, astutos y aventureros por conocer cada rincón del chico.
TaeHyung entonces llevó su dedo a su boca, lo metió entre su lengua empapando ambos dígitos con su saliva, lo más rápido que podía para volver al lugar. No tardó mucho en soltar sus dedos y volver a morder la clavícula de JiMin mientras sus dedos bajaban a explorar el lugar otra vez.

—Está muy caliente –Rió, hasta que vio la expresión del rostro de su compañero. Fue cuando supo que algo estaba mal, en su mente el rostro lloroso y rojo de JiMin lo estaba pasando mal, le aterraba pensar que estaba dañando a su chico. Quiso sacar su dedo pero las palabras de jimin descartaron todos sus pensamientos negativos.

—Muévete, quiero m-más –Todavía en el regazo de TaeHyung empezó a hacer movimientos con su cuerpo. Tiró de él para abajo profundizando el toque de los dedos de Tae.

Pronto tres dedos estaban haciéndolo delirar, soltar balbuceos poco entendibles y hacer movimiento locos con su cuerpo. TaeHyung lo estaba llevando al cielo con sus dedos.
La habitación se había transformado en un cuarto lleno de gemidos y ecos, jadeos y sonidos sucios. Mientras los dedos de TaeHyung se contraían en su interior, tocando mucho más de lo que alguna vez pensó llegar a tocar.

Las paredes volvieron a tener su forma cuando los descarados dedos largos de kim abandonaron el lugar, cambiando esos dedos húmedos por su pene duro y caliente, ansioso por acariciar su interior. TaeHyung estaba perdido en el placer que los ruidos de JiMin hacían en sus oídos, en lo caliente que su cuerpo dejó sus dedos y lo sensacional que era sentir la textura de su interior.

Apenas la punta fue entrando cuando un llanto lo hizo volver en sí. El placer había opacado toda la realidad, olvidando por completo el tipo de persona que era JiMin. Jimin era un hombre, un hombre frágil que siempre estaba rogando por ser cuidado y mimado lo más suave posible, sí, se había olvidado de esos detalles que hacían a JiMin un humano. Su sensibilidad, había olvidado por completo todo aquello, perdió los estribos por un momento dejándose llevar solo por su placer olvidando que no eran menos que dos amantes. Dos, y los dos merecían sentirse bien.

Pensó en salir nuevamente del cuerpo de JiMin, pensó en encerrarse en el baño y llorar por haber lastimado a su chico especial, por haber sido tan descuidado.

—Mierda Kim, muevete –A pesar de estar llorando, insistió en acabar con aquello, hundió en su cuerpo el pene de su amante sin importar el dolor.

—Pa-para jimin, te estoy lastimando –JiMin negó, incluso con sus lagrimales llenos, mejillas rojas y mojadas, aquello era algo que de verdad deseaba. Solo necesitaba descansar un poco.

Pasaron algunos minutos hasta que Park volvió a moverse, hasta que kim sostuvo su cintura y hasta que los gemidos nuevamente se apoderarán de la situación. Entonces fueron las embestidas rápidas y los chupones los que se adueñaron de toda su piel. Labios chocando, pieles sudada, manos acariciándose, corazones acelerados y muchas sensaciones preciosas que recordarían por mucho tiempo. El calor de sus cuerpos quedaría grabado en piel como una cicatriz, junto al compás de sus voces desesperadas y sus corazones acelerados.

—tan hermoso, te amo. Te amo t-tanto.

—T-tae.

No importaba el dolor que alguna vez sintió jimin, no importó que TaeHyung estableciera su propio ritmo. Lo único que les importó a ambos era estar unidos, sintiendo el calor y amor del contrario, mientras las palabras bonitas y los suaves mimos que se ofrecían se apoderaban del momento. Y cuando se quisieron dar cuenta el sexo se había transformado en amor, estaban haciendo el amor.

CORREGIDO: O3/ OCTUBRE/ 2O2O