SIETE

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BELEN

Yo no estaba pidiendo tanto, pero cuando uno va a tirar con alguien debe haber confianza.

¿O es muy tonto lo que estoy diciendo?

Yo tenía clarísimo que no estábamos en una relación, pero teníamos un trato de mutuo acuerdo en tirar y que el me ayudara con su materia.

¿Entonces por que me sentía traicionada?

¿Tenía cara de traficante de órganos acaso? ¿Habrá pensado que si me contaba de los cabros chicos los iba a vender por el mercado negro o algo así? ¿What huea?

Estuve comiéndome la cabeza prácticamente todo el fin de semana, desayunaba, almorzaba y tomaba oncecita pensando en el. Mi celular vibro en mi bolsillo trasero, lo saque con la esperanza de que fuese el, pero solo era la Silvina.

Silvina Tagle

Belen, se que esto no corresponde.
¿Pero puedo ir a tu casa?
Estoy en problemas, y no se a
quien más acudir.
Disculpa las molestias.

las puertas de mi casa están
abiertas
¿qué pasa?

Allá te cuento, gracias Belén.



[ . . . ]

Le envié inmediatamente la ubicación por WhatsApp y me avisó que en 20 minutos llegaría, todo esto me tenía metida.

¿Qué le habrá pasado a la Silvina?

[ . . . ]

El conserje por el citofono me aviso que alguien en el primer piso me buscaba, obvio al confirmar que era la Silvina deje que subiera y salí a esperarla al corredor.

Grande fue mi sorpresa cuando la vi con mochila, tres maletas y bolsos amarrados a estas.

—¿Estás bien? -pregunte al verla llegar toda asustada, con el maquillaje corrido y con cara de pollito-.

—¿No me vas a preguntar qué hago aquí con todo esto antes? -sollozó y con el dorso de su mano trató de limpiar los líquidos que caian por su carita-.

—Los bolsos por ahora son lo de menos, necesito saber si estás bien primero ¿Te hicieron algo? -volvi a preguntarle-.

—Mi hermana está con mi pololo -respondió y se tiró sobre mis brazos a llorar-.

No entendí lo que dijo hasta que mi cerebro lo proceso tres veces más y lo comprendí.

—Pero Silvi, pucha lo siento, aunque; ¿Estás segura? ¿Cómo te enteraste? -ella no dejaba de llorar y con mucho esfuerzo logré que se sentara en el sillón para poder meter todas sus cosas en el departamento- Si no quieres hablarlo esta bien -le hice cariñito en la espalda mientras le ofrecía un vasito de agüita para que se calmara-.

—Te juro que ella toda la vida ha sido así, para nuestros cumpleaños ella siempre me quitaba lo que me daban a mi, nunca nos hemos llevado bien, ningún solo día -seguía sollozando me imagino que recordando cosas- Fui a ver a mi pololo a su casa y la vi, encima de él. Te juro que nunca antes me había sentido tan humillada como hoy, me iba a casar con ese conchesumadre -volvió a llorar-.

CALIENTA SOPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora