OCHO

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DIEGO

Después de lo qué pasó ese día en el departamento, no la veía.

No entraba a mis clases, con suerte a mis controles.

Yo la llamaba y ella no me contestaba.

En WhatsApp me tenia en visto.

No me atrevía a ir a su departamento solamente porque me daba la pera pensar que ahí también me rechazara.

—Diego, te estoy hablando -el Lucas novia la palma de su mano frente a mi para despabilarme-.

—¿Qué hueá querí'? -le pregunté choreado-.

—Traerte a tus hijos del colegio po, papito del año -dejó las mochilas de mis hijos en el suelo y se tiro a mi lado en el sillón- ¿Que paso hermanito? ¿Todavía lo tienen con el agua cortá'? -se burló y por hueón le llegó un cortito en el brazo- Me vacunaron ayer ahueonao -se pico y me lo devolvió-.

—¿Y de que? -indague-.

—¿Influenza? ¿Hepatitis? No se, la enfermera que me estaba comiendo me vacuno -respondió desinteresadamente-.

—¿Tu eri hueón así de nacimiento o ha empeorado con los años? -aleje el computador de mi regazo y lo deje en la mesita de centro- ¿Como dejai' que te coloquen una huea que ni sabí? Lucas por la cresta, si ya no erí un cabro chico pa' andar detrás tuyo cuidándote hueón.

Sin importarme nada, le volví a tirar otro golpe en el brazo, y el a mi; ambos nos picábamos muy fácil así que cada vez iban más fuertes que el anterior, hasta que una voz mandona nos detuvo.

—¡Basta, son como niños de 5 años! -la Alexa entraba en el living-.

—Hola papá ¿Cómo estuvo tu día? -la rete- Hola hija, bien ¿Y el tuyo?

—Ya papá, hola ¿Cómo estuvo tu día? ¿Feliz? -me miro enojada mientras ponía los ojos en blanco-.

No le gustaba que la corrigiera, pero si no lo hacía ella toda la vida me la iba a poder y aunque le doliese, yo era el papá; así que aunque a veces me odiara debía educarla.

—¿Te llamaron del colegio? -preguntó algo tímida-.

—¿Qué hiciste? -le preguntó el Lucas y ella solo lo ignoró-.

—Cállate -respondió sin mirarlo- Papá me dijeron que te iban a llamar.

—Si me llamaron, yo iré a dejarlos mañana al colegio; pero antes, quiero que tú me cuentes que ocurrió.

—Mi helmana solo me defendió papi -el Mateo apareció del pasillo y la Alexa altiro le tiro una mirada de perros-.

—Te dije que me esperarás en tu pieza -rodó los ojos y tomó el muñeco de Iron Man de la mochila de mi otro hijo y se lo entregó- Voy a sacar a la Black Widow y voy a ir a jugar contigo altiro.

A pesar de todo la Alexa siempre intentaba proteger al Mateo, si ella lo molestaba a veces y lo hacía enojar, pero ella decía que era la única que tenía derecho a hacerlo y no permitía que nadie más molestara a su hermanito.

—Un niño más nande se dió porque no se hablal -me explico- Mi helmana me defendió.

—¿Qué te dijo? ¿Quien es? -el Lucas se paró enojado del sillón-.

—¿Qué hiciste mi amor? -le pregunté a mi hija agachándome a su altura-.

—Es que me dio mucha rabia papá. Aparte yo le dije que lo dejara tranquilo y él no me quizo hacer caso, le advertí lo que le iba a hacer -jugaba con sus manitos nerviosa- Asi que hice lo que me enseñó el tío Lucas, le tire el pelo, le pegue con mi rodilla donde le duele y cuando cayó de rodillas le pegue con mi mano en la nariz.

CALIENTA SOPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora