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Nayeon

– ¡Sargento Mayor, Son Chaeyoung! –grito, "presentándose"–

Lo que te faltaba Nayeon

Yo solo me la quede viendo sin entender nada y ella bajo su mano, la chica que traía la corona de flores paso a dejarla junto a las demás para después volver a su lugar, todo con un paso robótico estilo digno de una militar.

– ¿Usted es familiar de Yoo Seungyeon? –Asentí sin muchas ganas de hablar, la mención de su nombre aun me afectaba, la chica que no traía nada saco un sobre y se lo extendió a la más baja de nombre Chaeyoung–

–estos son los gastos funerarios y demás, ya cubiertos por el Comando de Operaciones Especiales "LEÓN", nos ha conmocionado el fallecimiento de su familiar. Le acompañamos en su sentimiento ante tan irreparable pérdida –agacho la cabeza quitándose el gorro y como era de esperar, todos la imitaron–

– ¿disculpe? –confundida abrí el sobre, exactamente era una factura, todo pagado y sin deudas–

Me sentí extraña, los gastos los iba a pagar yo con el dinero de mi beca, total no me creía con fuerzas para seguir yendo a un lugar donde lo único que hacía era deprimirme más al recordarla en esos mismos pasillos.

–No entiendo... ¿por qué lo han pagado? ¿Qué tiene que ver Seungyeon con ustedes? –se quedó un rato en silencio y luego dio otro pisotón–

– ¡En descanso! –Todos los soldados se pusieron en la posición de piernas abiertas y manos atrás, volviendo a colocar sus gorros–

Me asuste un poco por el grito, dando un pequeño salto a lo que creo que le pareció gracioso pues soltó una leve, y muy disimulada, sonrisa.

–Estos gastos son algo más personal, cada uno de los soldados, cabos y sargentos dieron una parte y decidimos ponerlo en nombre de todo el cuartel.

–Pero... ¿por qué?

–Bueno... lamentos mucho su perdida y la del Sargento...

– ¿Sargento?

–Así es, la Sargento primero Yoo Jeongyeon

– ¿Jeong...que?-

–no se preocupe más, entendemos y le damos nuestro más sinceros pésames a usted su...

–Novia... –dije en un tono bastante bajo–

–Oh vaya, lo sentimos tanto –hizo una reverencia que fue imitada por todos los soldados presentes–

–Descuide, gracias por... esto

–No hay de que, la sargento estará aquí en un rato más, aún no ha salido de su guardia pero nosotros queríamos traer las cosas antes de que se hiciera más de tarde...

–Muchas gracias –hice una reverencia–

Después de eso su cara relajada cambio a una más seria, se colocó de nuevo su gorro y dando otro pisotón seguido de un grito, cada uno de los soldados empezaron a salir del salón dejándome otra vez en esta sepulcrante soledad.

Mire de nuevo el sobre, seguía sorprendida, Seung jamás me había mencionada nada sobre una hermana y menos que esta era un personal militar. Me volví a sentar mirando al vacío para después dejar el sobre en el piso a lado mío.

No sabía que pensar ni cómo reaccionar, ¿Seung me mintió?, dijo que toda su familia había muerto y ahora resulta que no, ni si quiera se si es hermana mayor o menor. Deje mi frustración de lado, me paré y me dirigí a donde estaba el ataúd de Seungyeon.

–Hola amor... –mi voz salió quebrada y lastimosa–... tenías muchas sorpresas... una hermana... –solté un risa irónica y triste– creo que me hubiese impactado menos que fueras de la mafia o algo así...

Reí sola y acaricié aquel ataúd de Caoba, mire su foto y la tome en mis manos, comparando aquella fotografía con la imagen en mi cabeza, seguía igual de bella solo que un poco más pálida, pero igual de perfecta. Me dolía demasiado perderla y todo por mi error.

Te extraño Seung, no te imaginas cuánto.

Llore, Llore como venía haciendo desde hace horas atrás, mis ojos ardían ya pero era imposible no sentirme terrible, me fui desvaneciendo en el piso hasta quedar en rodillas mientras seguía llorando. Paso un largo rato y el sonido de la puerta principal abriéndose me distrajo, no detuvo mis lágrimas pero si capto mi atención.

Una mujer alta en traje militar se acercaba con pasos decididos hasta quedar justo en frente mío.

– ¿Quién eres...?

//Ramé// - [2yeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora