//Ramé// - [2yeon]

28

Nayeon

Mientras estaba festejando en mis interiores por mi increíble proceso, no noté cuando Jeongyeon se había parado de la mesa y se había ido a la cocina.

¿Esta mujer no hace ruido o qué? Me levante de la mesa y me fui yo a la sala, decidí ver algunos capítulos de mi serie favorita para matar el tiempo y hacer que mi comida hiciera digestión.

Entremedio de algunos de mis capítulos Jeongyeon había estado haciendo diversos movimientos, como regresar de la cocina con un vaso de agua, se ha ido al baño, se ha parado a buscar más documentos, se ha sentado...

¡Ah! Y ha fruncido el ceño unas 32 veces

Es que Jeongyeon se ha vuelto más interesante que mi serie.

Con una sonrisa en mi cara debido a mis pensamientos devolví mi mirada al televisor pero en cuestión de segundos una ráfaga de aire muy frio me helo hasta los huesos, de a poco comencé a temblar y frotar mis manos en mis brazos. Fije en mi mirada en la calefacción que estaba en la otra pared y luego mire a Jeongyeon, al parecer ni se inmutaba del tremendo frío que había pero como no, si llevaba tremenda chaqueta más grande que mi colcha.

Pero muy sexy.

Un momento, tranquila, Nayeon, tranquila, solo apreciaste su vestimenta, es todo, que no se te salga de las manos.

Para alejar esos pensamientos raros de mi mente decidí pararme y revisar porque demonios la calefacción no estaba calentando nada aparte de notar, como había mencionado antes Jeongyeon, que la ventana estaba abierta, obviamente, la cerré. Aun con mis manos en mis brazos me paré enfrente de la dichosa máquina que debería darme calor y la observe detenidamente por unos minutos para encontrar que era lo que estaba mal, al final opte por solo darle un golpecito y ya.

Y eso fue lo que hice... Después la calefacción "explotó"

– ¡AH! –un grito muy agudo salió de mi garganta mientras me caía al suelo–

– ¡¿Nayeon?! –Escuche la voz de Jeongyeon. El departamento ahora estaba a oscuras y no había ningún rastro de electricidad–

Perfecto

– ¡Nayeon! –Ella por fin me encontró y yo seguía en el suelo estática– ¿Nayeon, estas bien? –su voz se escuchaba preocupada e hizo que algo en mi interior se estremeciera ante eso–

Su preocupación era... autentica... No, Nayeon, es obvio que sí ¡su trabajo se basa en preocupación! Jeongyeon se agacho hasta donde yo estaba y con una mano tomó la mía mientras que la otra estaba en mi espalda baja.

–Me golpeé una nalga –oí como Jeongyeon suspiró pero de alivio–

–Tranquila, ven –me ayudó a pararme, y por pararme me refiero a que casi literalmente me cargo hasta ponerme en pie–

Dos opciones o yo estoy muy delgada o ella está muy mamada.

–Estoy bien, gracias –dije en un tono bastante suave que a pesar de la poca luz que había podía ver los brillantes ojos de Jeongyeon–

–Vale

Jeongyeon se separó de mí y empezó a caminar en dirección a la calefacción, estaba concentrada checando que estaba mal y yo estaba concentrada en que sexy se ve con ese rol de hombre de casa.

¡Basta Nayeon!

–Voy por mis herramientas –dijo para después irse a su habitación–

¡Dios mío, hasta herramientas tiene! Bob el constructor tiembla ante mi macho.

–Te desconozco Nayeon... –me dije a mi misma–

Pero algo interrumpió mis pensamientos de nuevo, fue el horrendo frío que volvió y, jodidamente, más intenso, no por nada estábamos en las épocas más frías del año. Todo mi cuerpo temblaba y mis manos y pies ya estaban casi entumecidos, ¡¿cómo demonios es que Jeongyeon aún no lo siente si solo llevaba una chaqueta y un short?!

Llevaba rato que ella había vuelto y estaba revisando más a fondo la calefacción.

–Creo que ya está, iré a bajo a reactivar la electricidad –dijo y me miro. Estaba hecha casi un cubo de hielo, ella solo paso de largo hasta su habitación–

Me sentí un poco mal, lo admito, pero ya me lo esperaba.

Jeongyeon salió de la habitación pero no la quise mirar hasta que sentí una suave manta cubrirme por los hombros junto a unas manos que hacían contacto igual. Por si no fuera suficiente cuando ya estaba hecha un pancito relleno se quitó la chaqueta y la puso en mi regazo para mis piernas.

Después ella solo salió del departamento.

No me lo esperaba.