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Nayeon

Conducía a una velocidad no muy recomendada, pero mi cerebro no dejaba de proyectarme las peores situaciones, decir que a este punto estaba preocupada y aterrada era muy poco.

Cada que tomaba una curva oía como los neumáticos derrapaban contra el pavimento, sinceramente, no se como no tengo a ninguna patrulla detrás de mí.

Y lo agradezco.

No tardé muchos minutos más en llegar, creo que ni si quiera logré estacionarme bien, pero sé que salí de mi carro y comencé a recorrer aquel recinto.

Fui directo a donde estaba la lápida de SeungYeon y sentí que volvía a respirar cuando noté que Jeongyeon estaba ahí, más sin embargo, me sentí fatal al verla llorando tal y como el primer día que la conocí.

Caminé lentamente hasta que llegué y me arrodillé junto a ella, el silencio inundaba el lugar y levemente sobresalían los sollozos que, a partir de mi llegada, fueron cesando, tomé su mano y la apreté junto a la mía.

El leer en aquel grabado el nombre de la que fue mi novia y sobre todo mi amiga, dolía, me dolía profundamente y no pude evitar unirme al llanto de Jeongyeon.

–¿Sabes algo? –Jeongyeon se atrevió a romper el silencio, con la voz quebrada y sin mirarme–Siempre quise agradecerle a SeungYeon todo lo que hizo por mí pero nunca fui buena con las palabras, quise demostrárselo con acciones... –tomó una bocanada de aire– Era demasiado tonto el pensar que algún día podría llenar la talla de mi gratitud... Ahora mismo lo siento más que nunca, no lo logré y, a parte, estoy haciendo algo que no debería hacer pero me es inevitable... Dolorosamente inevitable –su voz se había tornado rota y fría, era como ella se sentía–

–¿Q-Qué hiciste? –dije aún afectada por mi llanto anterior–

Jeongyeon no me contestó, sólo agachó su mirada y siguió ensimismada en su mundo, solté un suspiro pesado y mire de nuevo a la foto SeungYeon, se veía tan reluciente, es muy parecida a Jeongyeon, cualquiera puede decir fácilmente que son hermanas y es sorprendente como pueden ser tan diferentes a la vez.

Curiosamente aquellas personalidades eran mi debilidad en estos momentos.

Quise seguir divagando en mi mente pero fui interrumpida por una mano que se adueñó de la mía con fuerza.

–Jeong- –No pude terminar–

–¿Alguna vez... Has sentido... Qué todo lo que tienes, no lo mereces? –esta vez, si me estaba mirando...– ¿Has querido regresar aquello que no te corresponde... Pero al mismo tiempo seguir aferrándote? –... a los ojos– Dímelo porque aquello me sigue a todos lados, no me deja dormir y me atormenta cada que abro los ojos...

–Siempre he sentido eso... Desde que acepté ser novia de Seungyeon –su mano se tenso y la mía también, provocando que nuestro agarre se intensificará– No me malinterpretes Jeong, tenerla en mi vida fue un regalo del cielo que duró tan poco... Pero no podía evitar sentirme insuficiente para ella... Sólo mírame –reí sin gracia– Soy un jodido desastre –Jeongyeon quiso decir algo pero no la dejé– SeungYeon se merecía a alguien muchísimo mejor que yo pero aún así se quedó conmigo... Se quiso quedar conmigo y no puedo dejar de estarle agradecida por eso... Pero de todas maneras esos sentimientos también me seguían.

–Y... ¿Y qué hiciste? ¿Cómo los superaste?... –preguntó Jeongyeon con un tono más tímido e inocente, como un niño pequeño intenta comprender el porqué la gente moría,  algo que terminó por derretirme–

–Superar es una palabra muy fuerte Jeong... –dije sonriendole– Aprendí a aceptarlo... Aceptar sus sentimientos con los míos, aprendí a vivir con aquella inseguridad sin dejar que me afectará, se qué no es lo más recomendable pero cuando no tienes ayuda te es muy fácil perderte...

–Entiendo eso... –Jeongyeon soltó mi mano y se terminó por sentar en el suelo, abrazando sus rodillas y escondiendo su cara entre ellas, yo la imite pero sentándome con las piernas cruzada y volví a tomar su mano, quería tomar su mano–

–Y yo entiendo que entiendas –reímos las dos– Jeong... Mi consejo para ti sería... Que dejarás de culparte siempre –la miré a sus cálidos, y al mismo tiempo, fríos ojos– Te he dicho que es de humanos cometer errores –ella quiso bajar la mirada de nuevo y yo la tomé del mentón– Pero también es de humanos repararlos... Tu puedes hacerlo Jeongyeon, tienes mucho por delante como para dejar que el pasado te atormente

–Pero... Me siento igual de pérdida que cuando era niña, otra vez me quedé sola... –dijo con algunas lágrimas en sus ojos–

–Mientras yo esté aquí, no estarás sola, me quedaré a tu lado siempre, confía en mí –dije débilmente pero firme porque era la verdad–

Ella titubeo con un puchero mientras me veía con los ojos más abiertos de lo normal sin poder creer en mis palabras.

En un movimiento rápido, Jeong se abalanzó contra mí, su grande figura aprisionó mi cuerpo en una profundo abrazo, sus brazos fuertes habían rodeado mi cintura y su perfilada cara se encontraba respirando sobre mi cuello, quedé algo trastornada pero cuando me recompuse, pasé mis brazos por su cuello, aspirando el dulce aroma de su cabello.

Quedamos inmóviles en la misma posición por varios minutos que parecieron horas, su calor... Su calor se sentía a hogar.

Lentamente Jeongyeon se separó de mí quedando cerca de mi rostro, recogió un mechón desordenado y lo colocó detrás de mi oreja, yo la miraba hipnotizada por sus expresivas facciones, tan únicas como ella.

Se podría decir que las dos nos acercamos al mismo tiempo y, una vez más, nuestros labios se encontraron, en un beso lento y salado debido a nuestras lágrimas, fue largo pero lento, y me sentí desfallecer en ese momento.

Cuando nos separamos, muy poco a decir verdad, Jeong juntó nuestras frentes con los ojos aún cerrados, acariciando mis mejillas con sus manos y yo acariciando las suyas con las mías.

–No te vayas...

–No lo haré.











Y si me matan?
;v;
Perdonen los errores
En recompensa
Fueron 1000 palabras
Y en unas hrs subo
Otro;

//Ramé// - [2yeon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora