Un adiós amargo

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No tenían cosas que llevar realmente, llegaron ahí sin nada, sus heridas seguían doliendo, pero podía caminar sin problemas, aunque aún mostraba molestia y a veces se cansaba muy rápido.

H:no sé, tal vez una semana más.
S;me iré contigo o sin ti

Hermione avanzó y lo agarró del brazo utilizando más fuerza de lo que planeaba, no quería lastimarlo.

H:¿por qué eres tan obstinado? No te das cuenta que es por tu bien
S:es tiempo perdido, y necesito describir quien lo hizo. No voy a seguir de holgazan aquí. Me voy
H:te voy a hechizar si sigues así.
S:inténtalo
H:ni siquiera tienes tu varita
S:no la necesito.
H:hablo en serio Severus
S:me voy. - salió de la cabaña, la luz del día lo cego un poco, pero tomó dirección, había estudiado minuciosamente el mapa, y lo tenía memorizado.
H:demonios- salió tras él, no había marcha atrás, lo vio hablando con Hipo, Astrid, y su mamá, Valka.

Se acercó hacia ellos, pero en ese momento el gran dragón que antes vio, aterrizó justo en medio de ellos, y se sustrajo un momento para ver a Hermione, ella le sonrió, la Furia Nocturna se acercó un poco a ella, sus ojos verdes parecían brillar.

H:Hola, chimuelo.

Él pareció responder a su nombre, ella estiró el brazo para acariciarlo y él se dejó hacer. Realmente parecía un gato, todo vieron la escena, pareciera que sólo estuvieran ellos dos.
Hasta que chimuelo volteo porque sintio que la gente se acerca atrás de él.
Hi:Hola, hermione
H;Hola hipo, buenos dias- saludo a todos.
Hi:veo que han decidido marcharse, si necesitan algo por favor ni duden en pedirnoslo. Tal vez podríamos acercarlos a donde  van, verdad, amigo.
S:no es necesario, no es lejos.

Ella quería suspirar, claro, se llevaría todo el trabajo, cuando Snape se cansara, pero sería peor lograr que se subiera a un dragón.

H:no queremos causar problemas, estamos bien, muchas gracias por todo.
A:preparamos un poco de comida para el viaje.
V:y unos abrigos para el frío.
H:muchas gracias.
Hi:visetenos cuando puedan.
H:por supuesto.

Emprendieron el viaje en bote, hacia sol, pero el clima era muy frío.
Cada quien remaba con dos remos, estaba seguro que ella se molesto por la salida tan abrupta, no sé pudo despedir de los demás aldeanos ni de los dragones, porque sabía que se llevaba bien con todos. Y tenía razón, pero no lo admitiría.

Cuando dejó de remar porque le faltaba el aire, ella ni se inmutó, siguió remando, sin decir nada.
Era raro, siempre estaba ella cuando se sentía mal, pero se lo había buscando, diciendo que estaba bien.

En cuanto pudo, volvió a ayudar remando, el peso de los dos era considerable.

Tardaron unas horas, incluyendo las paradas que tuvieron para comer y descansar. Cuanto hubiera querido abrazarla, sabía que tenía frío, pero no sé disculparia, estaba arto de estar ahí, y no porque le desagradara, sino porque quería matar a quien lo envío ahí.

Cuando vio los primeros indicios de tierra por fin respiro tranquilo.
Pero no tanto cuando pisaron tierra.

H:ya estamos aquí, haz lo que quieras, voy a casa.
S:hermione
H:¿qué?- volteo a verlo, pero no dijo nada. Negó con la cabeza y le dio la espalda para irse.

Él la siguió, el dolor en su costado izquierdo seguía molestandole, pero no le importó.

S:espera- corrió como pudo para adelantarse y detenerla. - tenía que volver, lo sabes.
H:ya estás aquí, ve hacer lo que quieras.

Lo vio un momento, pensó que lo abrazaria, eso quería, pero se movió a un lado para seguir su camino.

S:¿quieres que te diga que tenía razón?- gritó- que debíamos quedarnos- el vapor salía de su boca al hablar.
H:siempre va a ser así contigo - se volteo gritándole, ya habia avanzado unos metros.- te importa poco lo que todos digan y se tiene que hacer lo que quieras, pues bien, siguelo haciendo, quédate solo.

Y siguió su camino, pero de nuevo escuchó como el se acercaba. Se colocó en frente de ella y la beso. Ella parecía dejarse llevar al inicio, pero terminó empujandolo, tirandolo y con una mueca de dolor.
Se cubrió la boca y abrió los ojos.

H:lo siento- se agachó para ver como estaba-¿ dónde te duele?
S:dejalo, debo buscar a Malfoy
H:no, iremos a San Mungo
S:no...
Vio la mirada de ella, continuaba enojada, y no quería perderla
S:vamos a tu casa

Ella sacó aire por su nariz enojada. Lo ayudo a pararse, incluso a caminar.
Desearía poder aparecerse, pero con sus heridas no quería correr  riesgo, se acercaron lo suficiente a la ciudad para tomar un taxi.

Cómo entrenar a tu dragón (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora