A la mañana siguiente, alguien comenzó a llamar frenéticamente a la puerta. Aún adormilado me levanté de la cama y me dirigí torpemente a la entrada. Miré por la mirilla para asegurarme de que no era alguien desconocido. Y no lo era.
Abrí lo más rápido que me permitieron mis flojas manos y me quedé ahí, de pie, frente a él.ㅡBuenos días. Siento venir sin avisar.
Su voz salió notoriamente rasposa y sin fuerza. Además, tenía la nariz algo roja y los ojos vidriosos. Las piezas del puzzle encarajon en cuestión de segundos y me permitieron respirar con normalidad y, a la vez, sentirme idiota.
Me había alegrado tanto de verle que me daban ganas de abrazarle y pedirle perdón una vez más. Pero no lo hice.ㅡNo te disculpes, pasa.
Me hice a un lado y le invité a que pasase a mí cocina, donde preparé café para ambos. Me senté en frente suyo y comencé a juguetear con mi taza, sin saber por dónde empezar o qué decir exactamente.
ㅡSiento no haber venido ayer. Me resfrié y hasta me dio fiebre. Mi madre llamó al trabajo para avisar de que iba a faltar, pero quería venir a verte.
Nada más escuchar la última frase sentí un leve pero notorio nerviosismo en el cuerpo. Me sentía importante. Sentí, por un segundo, que de alguna forma le importaba, le importaba de verdad. Había venido hasta mi casa para verme aún cuando estaba enfermo.
ㅡNo te preocupes por eso, en serio. No es culpa tuya, no es algo que puedas controlar. Además, quien debería pedir disculpas soy yo, por lo del sábado...
Mi voz fue bajando de volumen e intensidad hasta que terminé hablando en susurros. Pude ver de reojo a Jimin sonreír y negar con la cabeza, dándole otro sorbo al café.
ㅡMe imaginé que te agobiaste en el último momento o algo así, no te preocupes.
ㅡYa, pero...
ㅡPero nada. No te disculpes más. ㅡSentenció, de forma dulce y amable. De pronto, se levantó de la mesa con rapidez y se me quedó mirando fijamente. ㅡDe hecho, he venido porque vamos a salir. Terapia de choque.
ㅡ¿Cómo?
ㅡVenga, vístete.
Aún me encontraba con la taza de café, ya vacía, en las manos. Tenía la boca ligeramente entreabierta y los ojos abiertos como platos. Me quedé en mi sitio, sin moverme, creyendo que todo se trataba de una broma. Pero, al ver que Jimin se me quedaba mirando, a la espera de mi reacción, supe que iba en serio.
ㅡNo voy a salir. ㅡAfirmé, tragando saliva. Estaba empezando a ponerme muy nervioso y a sentir que comenzaba a sudar.
ㅡSí vas a salir.
Salió de la cocina como si nada. No sabía a donde se dirigía, pero al escuchar los pasos cada vez más de lejos, me levanté de mi sitio y le seguí. Ahora se hallaba en mi habitación, husmeando en mi armario.
ㅡ¿Qué haces? ㅡPregunté, algo alarmado.
ㅡVoy a escogerte la ropa que te vas a poner. Venga, lávate la cara que nos vamos en cinco minutos.
ㅡJimin, en serio que no es b-
ㅡHazme caso, por favor. ㅡHabía detenido su labor para girarse y mirarme a los ojos. Los suyos brillaban debido al resfriado, pero eso tan sólo hacía que su mirada fuese más penetrante. Su voz, en cambio, daba cierta ternura.
Una melodía en mi interior, débil, me susurraba una y otra vez que aquel era el momento de traspasar la primera barrera. Era ahora o nunca. Si aceptaba, había oportunidades. Si me negaba, no volvería a tener ocasión de poder salir de aquel lugar y de aquella vida.
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Mi melodía favorita - Yoonmin
FanficEra un chico reservado, callado, tímido. No tenía planeado salir de casa en, al menos, aquel verano. Prefería quedarse en su casa e imaginar la vida que le daba miedo vivir, mientras tocaba el piano o leía por tercera vez la misma novela. Tampoco te...