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PRIMERA PARTE.
7. Amar.

Hoseok miró por el rabillo del ojo el delicado movimiento de la mano de YoonGi detrás del lienzo. También miró de reojo la manera en que Suran, sentada a su lado, se inclinaba sobre el lienzo para ver mejor y como se ponía de pie tras dejar su pincel junto a su propio lienzo.

Chinmae. YoonGi.

Suran se sentó en su pierna, tomando su mano para rodear su propia cintura y ayudarle a pintar. YoonGi la miró de reojo un par de veces, con incomodidad.

Hoseok apretó el lápiz, pero no los miró directamente ni una sola vez.

Mamá. Papá.

La mujer acarició la rodilla del azabache con la otra mano, y sólo entonces Hoseok dejó de mirar su libreta y le dedicó a Suran una mirada airada.

—El modelo debe quedarse quieto —habló Suran, haciendo a Hoseok volver a mirar su libreta de mala gana.

Chinmae.

Escuchó un pequeño jadeo por parte de YoonGi cuando la mano de la mujer acarició su muslo y siguió avanzando.

YoonGi.

—Espera —se quejó el azabache—. Detente.

No le gusta, maldita perra —pensó Hoseok con odio, los finos labios vueltos una línea y sus manos apretando el lápiz contra el papel de la libreta.

—¡Detente! —exclamó YoonGi con molestia mientras apretaba sus manos en su regazo. Hoseok les miró—. No puedo hacer esto.

El criado se puso de pie de un salto y le miró con enfado.

Suran se aclaró la garganta, agachando la cabeza mientras se ponía de pie. Se acomodó el vestido y miró a Hoseok cortamente.

—Ven aquí, Hobi.

El criado obedeció, cruzando la habitación con largas zancadas para llegar hasta la mujer. Suran alzó una moneda plateada frente a su rostro.

 —Busca otra cosa en qué ocuparte, ¿entiendes lo que digo?

Hoseok le dio un fugaz vistazo a YoonGi, quien le miraba fijamente con una expresión incómoda, aún sentado frente al lienzo. Se mordió la lengua, le arrebató la moneda a Suran y se dirigió a la puerta sin volverse a ver a YoonGi. No obstante, no tomó la perilla al detenerse frente a la puerta, permaneció inmóvil unos segundos antes de volver a la altura de la pareja.

Suran podía irse al carajo.

—No tengo otra cosa qué hacer, mi trabajo es permanecer junto a mi amo —respondió al colocarse frente a ella, y con una sonrisa depositó bruscamente la moneda en la mesita de pinceles frente a la mujer.

Esta le miró con las cejas arqueadas mientras cruzaba nuevamente la sala y volvía a tomar su asiento.

[🍑]

—Lo escupo sin masticar, todo por ti —exclamó Suran con rabia, entre dientes, sus delgadas manos se cernían fuertemente alrededor de los brazos de Hoseok—. Está maduro, ¡completamente maduro! Si fallo esta quincena estoy acabada —le soltó bruscamente para tomarle de la muñeca y poner su mano en su feminidad sobre la tela de su fino vestido blanco—. ¿Puedes sentirlo? ¿Cuánto lo deseo?

주인 ( 솝 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora