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[🍑]

PARTE DOS.
4. Punto.

—Es... muy lindo, si la Condesa ve esto... —vaciló, antes de acercar sus labios y envolver una parte del miembro palpitante con sus labios, aún sobre la tela de la ropa.

YoonGi se aferró a la almohada mientras Hoseok masajeaba su erección, entre gemidos roncos y gruñidos.

Luego de desnudarlo, el criado se acercó a su miembro con las mejillas tornadas de rojo, cerrando los ojos y sacando ligeramente la lengua.

YoonGi soltó un gemido espeso al sentir la lengua del criado en su pene, y cerrando sus dedos en torno a los cabellos castaños del mismo, movió sus caderas, empujando su miembro contra la boca de Hoseok con el rostro encendido. Al sentir la cálida cavidad bucal de Hobi envolviéndole, gruñó de satisfacción y apretó su agarre en el cabello del mismo.

Hoseok le miró con sus ojos inocentes entrecerrados y gimió contra su masculinidad al tiempo que embestía, haciéndole gruñir de nuevo mientras le tiraba fuertemente del cabello. El criado se apartó para tomar aire y alzó el rostro, con los ojos llorosos, la cara roja y el cabello aún enredado en los dedos de YoonGi; sus labios rojizos estaban hinchados y una expresión de deseo puro llenaba su rostro torpe.

YoonGi tomó su propio falo y lo pasó por los labios de Hoseok lentamente, haciendo a este cerrar los ojos. Gimió cuando volvió el castaño a pasar su lengua por la punta y depositó un pequeño beso antes de meterlo otra vez en su boca con torpeza.

—Mierda —murmuró mordiéndose el labio y ayudándole a mover la cabeza con el agarre en sus mechones.

Hoseok se apartó, atragantándose y respirando con dificultad.

Tan lindo.

—¿L-le enseño más, amo? —susurró entre jadeos.

YoonGi asintió antes de incorporarse, tomarlo de las caderas y atraerlo hasta sentarlo a horcajadas sobre sí nuevamente. Se aferró a su cintura y le besó el cuello con ansías; el cuello que tanto tiempo le había estado provocando. Mordió sus clavículas y sus hombros, arrancándole jadeos y temblores. Besó toda la tersa y suave piel apiñonada hasta llegar a sus pezones y los tomó entre sus labios y dientes sin dudar, arrancándole un gemido agudo. Los lamió mientras sonreía, dirigiendo su mano a la erección del castaño y acariciándola, ocasionando contracciones en el cuerpo del contrario, que se aferraba a su espalda y mordía sus hombros entre gemidos roncos.

—A-amo... yo... —pegó un brinco al sentir la erección del contrario entre sus mejillones y gimoteó, haciendo a YoonGi reír contra sus pezones.

Acto seguido, este mismo lo depositó dulcemente sobre la cama y se incorporó luego de sonreírle, desapareciendo por unos segundos.

Hoseok aguardó entre gemidos necesitados, buscándolo en medio de la oscuridad con el pecho subiéndole y bajándole violentamente.

Cuando YoonGi volvió, se lanzó entre las piernas del criado como un animal hambriento, sosteniendo algo en una mano. Hoseok lo miró con los ojos entrecerrados de lujuria, y lo atrajo hacia sí por los hombros para besarle con desesperación. YoonGi envolvió su cintura de nuevo, haciéndolo estremecerse al rozar su erección goteante contra su muslo interno.

—Amo —llamó Hoseok sobre los labios del aludido, con voz sedosa y oscurecida, sin dejar de mirar el frasco que YoonGi sostenía con la mano libre—. ¿Qué es eso?

El azabache se apartó y le sonrió ligeramente antes de abrir el frasco y depositar en sus dedos una buena cantidad del líquido.

—Aceite, servirá como lubricante.

주인 ( 솝 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora