Autumn Leaves (Max Mayfield y Billy Hargrove)

Chapter 2

Max, después de salir de la escuela, se distanció un poco de sus amigos y de Lucas. Sus prioridades eran otras en ese momento; estar junto a Billy. Desde que había despertado del coma, no dejo de ir al hospital ni un solo día. Para Susan y Neill era difícil asistirlo en cada terapia física y del habla que recibía.

Billy podía comunicarse mejor verbalmente. Sus músculos estaban un poco tensos, pero eso era parte de la recuperación. A pesar de ello, ya podía caminar y hacer sus necesidades en el baño, sin necesidad de un urinal.

—Yo p-puedo.—Dijo Billy, soltando una pequeña risa.—No s-soy un b-bebé.—Dijo tomando la cuchara.

—Lo sé.—Respondió Max.—Darte la comida no te hace uno, así que no me hagas enfadar y déjame alimentarte.—Max bromeó.

Billy abrió su boca, recibiendo una cucharada de sopa tibia, para su gusto.

—La comida aquí ap-pesta.—Se burló él.

—Por como huele te doy la razón.—Rió Max.

Billy masticó con cuidado las zanahorias que tenía.

Repentinamente, alguien tocó la puerta.

—Adelante.—Exclamó Max, mientras le daba otra cucharada a Billy.

—Hola.—Escuchó Max, frente a ella.

—¿El?—Max se alegró al ver a Eleven.

Eleven se acercó a ella. Max colocó la cuchara a un lado para darle un abrazo.

—Que bueno que has venido.—Max dejó saber lo contenta que estaba al verla de visita en el hospital.

—Se lo ocupada que has estado, Max.—Mencionó El, comprendiendo la situación

Eleven hizo contacto visual con Billy.

—Hola, Billy.—Saludó Eleven, con timidez.

Billy tuvo algunos recuerdos lúcidos. Eleven era la única que tenía conocimiento en ese momento de sus dolorosas vivencias y el maltrato físico y emocional que sufrió en su niñez.

Eleven había sufrido igual que él y lo comprendía perfectamente. Hizo que por un momento el Atrapa Mentes abandonará su ser.

Jamás se arrepentiría de haber salvado su vida.

—Hola.—Sonrió Billy.

Max se puso de pies.

—Creo que los dejaré solos.—Sonrió Max.

—No te vayas lejos.—Comentó Billy, guiñándole un ojo.

Max salió de la habitación, dejando a Billy e Eleven solos.

—Billy, es genial verte; vivo...—Eleven comentó.

—Es genial estar con vida otra vez.—Rió Billy, mostrándole una sonrisa a la chica.

—Billy.—Eleven bajó la mirada.—Tú te sacrificaste por mi.

—Lo volvería a hacer.—Dijo él.—Me mostraste lo que es sentirse querido, la empatía hacia un ser humano, a pesar de los errores que pudo haber cometido.

Eleven era una chica de pocas palabras, pero sabía comunicar sus sentimientos a la perfección.

—Billy, yo te entiendo.—Dijo ella.—Es difícil, todavía, vivir con ello.—Mencionó la chica.

Billy la escuchó con atención.

—Pero sólo tú puedes darle un alto.—Dijo, haciendo referencia a los tratos de su padre hacia a él.