Chapter 22

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—Se sentía tan real, como si fuese el verdadero Billy el que estuviera en su cuerpo.—Max habló, hundida en sus pensamientos.

Max no sacaba de su mente esos momentos de pasión junto a Billy. Pareciera por un momento que todo se trató de un sueño nada más, que El Deshuellamentes solo la estaba utilizando con un fin.

—Todo debe tener una explicación lógica.—Dijo Lucas.—A lo mejor si es el verdadero Billy, pero una parte del Deshuellamentes está en su cuerpo.

—No es fácil librarse del Deshuellamentes. Una parte de él se queda en el cuerpo del que se apropia.—Eleven contestó con seguro.

Eleven todavía no era capaz de utilizar sus dones en su totalidad. El Deshuellamentes era como una sanguijuela. Se llegó a escabullir por la pierna de Eleven, la noche en que Billy se enfrentó a él. Eso género grandes secuelas en el cuerpo de la chica.

—Billy sigue siendo su huésped.—Lucas afirmó.

—Tenemos que sacarlo de su cuerpo.—Max estaba dispuesta a todo con tal de sacar a esa criatura del cuerpo de Billy.

Los chicos miraron hacia a fuera del cuartel y observaron como la camioneta que transportarnos a Billy a la correccional de menores, se alejaba.

—Tenemos que ir a la correccional.—Max se dirigió hacia la salida.

—¡Max, no es tan fácil!—Lucas le gritó.—El Deshuellamentes puede matarnos a los tres, si nos atrevemos a enfrentarlo.—Lucas no arriesgaría a sus amigas ni a el mismo tomando decisiones precipitadas.

—Tenemos que pensar en algo.—Eleven trató de tranquilizar a su amiga.

—No debí denuciarlo con la policía...—Max puso sus manos sobre su cabeza; estaba alterada.

—Creeme, por ahora es mejor que él está allá...—Eleven respondió, convenciendola.

—Debemos planificar bien lo que haremos. Librar a Billy del Deshuellamentes no es una tarea fácil, y más sabiendo que todo lo que hicimos la última vez fue en vano.—Lucas analizó la situación.

—El podría morir...—Eleven comentó.

Max sintió un miedo indescriptible.

—Esa cosa es mil veces más fuerte que él y se ha manifestado mediante su ira, que va creciendo poco a poco.—Dijo Max.—La vida de Billy está en un hilo.

...

Max regresó a su casa, en dónde Susan la esperaba sentada en la mesa del comedor.

—Billy está en prisión.—Hablo Susan.—Tú sabías de esto y jamás fuiste a avisarme...—Susan no podía creer que entre ella y Max existiera tanta desconfianza.

—Mamá fue un día muy difícil, solo quiero descansar.—Max suspiró, tratando de evadir a su madre.

—Max, mira esto.—Susan azotó contra la mesa un aviso del Tribunal,

Billy tenía una vista pautada dentro de tres semanas. Lucas Sinclair era la parte demandante.

—¿Volvio a agredir a Lucas Sinclair?!—Susan cuestionó en voz alta.

—Sí, mamá...—Mintió la pelirroja.

—¡Esto es increíble!—Protestó Susan.

Max decidió ir a su habitación.

—Un momento, señorita.—Susan la detuvo.

Max se volteó lentamente hacia su madre.

—¿Por qué no me dijiste que estuviste en la comisaría acompañando a ese chico, Lucas, a someter la denuncia nuevamente?—Susan colocó las manos en su cintura.—¿Qué escondes, Maxine?

—Tenia que acompañarlo, es lo menos que podía hacer después de lo que Billy le hizo.—Max comentó.—¿O esperabas que lo defendiera?

—No, olvídalo.—Susan colocó las manos en su cabeza.—Mañana hablaremos de esto; descansa.—Susan decidió irse a su habitación.

Max tomó un baño y se acostó en su habitación. Por el momento, Max solo quería concentrarse en conciliar el sueño. Solo esperaba encontrar una solución a los problemas que acontecían en su hogar y ser el fuerte de su madre, pero sobretodo, salvar la vida de Billy.

2:45 A.M

Max sintió una respiración estruendosa es su oído.

La chica abrió los ojos lentamente, ya que el cansancio le impedía mover sus músculos con rapidez.

—Hueles tan bien.—Escuchó en su oído, seguido de una cálida respiración.

—¿Billy?—El miedo se apoderó de Max.

Max intentó salir de la cama, pero Billy agarró su cintura.

—Sh...—Billy le ordenó hacer silencio.—Tranquila...

—¿Cómo saliste de prisión?—Cuestionó Max, asustada.

La imaginación de Max iba muy lejos. ¿Y si Billy le había hecho daño a alguien para salir?

—Billy.—Max mencionó su nombre, al no oír respuesta de él.

Repentinamente, Billy se movió, posicionándose frente a ella. Max saltó del susto.

—Sabes que te perdono por acusarme con las autoridades...—Billy habló, sonriente.

Max podía observar sus ojos. Estaban más azulados que nunca y sus marcas en la piel eran cada vez más notables.

—Era lo correcto.—Max respondió.—Tu no estás bien.—Max trató de convencerle.

—No, Maxine.—Billy negó con molestia.—Arruinaste nuestros planes.

—¿Nuestros?—Max cuestionó con temor.—¿A qué te refieres?—Max no dejaba de temblar.

—Si queremos estar juntos, no podemos quedarnos en Hawkins. Es por eso que estoy aquí; vengo por tí.—Billy se explicó.—Tenemos que irnos a otro lugar, dónde estemos tú y yo, solos...

Su actitud parecía genuina, pero su apariencia demostraba todo lo contrario.

Billy recorrió con su pulgar los labios de Max.

—¿Irías conmigo a cualquier lugar, verdad?—Susurró Billy, provocativamente.

Billy deslizó la palma de su mano por el muslo de la chica. El unió sus labios con los de Max, de manera provocativa. Max sintió la resequedad en sus labios. Estaba deshidratado. Su aliento era frío, como si aquello que lo estuviese poseyendo se hubiese apropiado de su ser completamente.

Max abrió levemente sus ojos, y pudo visualizar su radio en la mesa de noche. Tenía que tomarlo para pedir ayuda.

—Es hora de irnos Max.—Billy susurró en sus labios.

Billy se puso de pies y salió por la ventana. Max aprovechó el momento para tomar su radio.

La pelirroja sabía que la noche sería larga y que la ayuda de sus amigos sería escencial para acabar con el Deshuellamentes.

Esa noche, los caminos conducían al Upside Down...

Autumn Leaves (Max Mayfield y Billy Hargrove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora