A Max no le quedó otro remedio que hablar seriamente con su profesora. La pelirroja se puso de pies y caminó hacia ella con libreta en manos.
—Disculpe, profesora.—Habló Max, aclarando su garganta.
—¿Ajá?—La mujer miró a Max por arriba de sus anteojos.
¿Por qué hacia eso? ¿Era un método de intimidación? Max buscaba una explicación a eso.
—Profesora, yo olvidé hacer la tarea.—Admitió Max, con vergüenza.
—Pues sabes que no tendrás los puntos.—Respondió la profesora, pacientemente, a pesar de que nada le molestaba más que la irresponsabilidad de sus estudiantes.
—Profesora, he tenido una situación difícil en mi casa.—Max se justificó.—He tenido que quedarme en el hospital con mi hermano, Billy Hargrove.
La profesora sabia quién era Billy y que le había ocurrido, ya que era uno de sus estudiantes.
—Entiendo.—La profesora tuvo un poco de empatía.—¿Billy está bien?—Se preocupó la mujer.
—Sí. Despertó del coma y volverá a casa hoy.—Comunicó Max.
—Felicidades, Maxine.—La profesora se pronunció con felicidad.—Espero verlo pronto por aquí, estudiando. Él es buenísimo en matemáticas.
—Gracias.—Max fue cortés con la profesora.—Pero me preguntaba si me da la oportunidad de terminar esta tarea hoy y entregársela mañana. —Propuso Max.—Esto podría ayudarme muchísimo y no me gustaría desperdiciar la oportunidad. Prometo no volver a fallarle con la impuntualidad.—Dijo Max, tratando de convencer a la mujer.
—Esta bien.—Contestó la profesora. Después de todo, no era tan mala.—Pero solo tienes hasta mañana, a esta misma hora. Trata de tener las respuestas correctas, eso te beneficiará.
—Así será.—Asintió más, con el ánimo en las nubes.—Gracias un millón.
Max caminó hacia su pupitre, mientras le hacía gestos de victoria a Eleven.
...
Max regresó a casa, somnolienta, después de un largo día en la escuela. La chica abrió la puerta de su casa y no dudó en dirigirse a la habitación de Billy, rogando que ya hubiese llegado a casa.
Max tocó tres veces la puerta.
—Pasa.—Max escuchó la voz de Billy por todo lo alto.
La chica abrió la puerta, recibiendo a su hermano con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Ya era hora de verte en casa!—Max exclamó, dirigiéndose hacia Billy.
Max notó que Billy volvió a ser el mismo. Lo notaba extraño, pues pasó casi un año y seis meses con una bata de hospital. Tenis puesta una de sus sudaderas favoritas y al lado de su cama varios útiles del la piscina familiar de Hawkins, donde fue su último empleo.
—Se siente extraño estar aquí después de tanto tiempo.—Billy río, mientras observaba los alrededores de su habitación.—Llevo todo el día acomodando cosas y sacando recuerdos. Esto fue lo más reciente.—Dijo, sacando una gorra de salvavidas, color rojo.
—Todavía recuerdas cuando trabajabas ahí, ¿no?—Le preguntó Max, notando un poco de tristeza en su rostro.
—Solo algunas cosas.—Billy recordó su coqueteo con la señora Wheeler, frente a la piscina. El chico soltó una risa.
Max sonrió y apretó levemente una de las mejillas de Billy. Billy se limitó a sentir su tacto, tan atractivo.
—Propuse esta tarde una cena familiar.—Max le compartió a su hermano.—Solo espero que Neill llegue temprano.—Max mencionó.
El semblante de Billy cambió.
Max lo notó.—Lo dudó mucho.—Billy dijo con mucha seguridad.
Max evitó entrar en detalles, acerca de la situación familiar que acontecía en su hogar, con respecto a los problemas de alcoholismo de Neill.
Max también dudaba un temprano regreso de Neill a casa.
—Necesito tu ayuda.—Max cambió el tema de conversación.
—Te escucho.—Billy cruzó sus piernas en la cama.
—Tengo una tarea de matemáticas que debo entregar sin falta mañana. Era para hoy pero tuve un chance.—Explicó la pelirroja.—Sé que eres muy bueno en matemáticas y pienso que podrías explicarme algunas fórmulas.—Max sacó su libreta.
—Claro.—Billy tomó la libreta en sus manos.
Para Billy, eso no era una ciencia, para Max, una de las cosas más dificultosas con las que había trabajado en clase. Billy y Max estuvieron toda la tarde resolviendo las ecuaciones.
Max entendía un poco y Billy la iba corrigiendo, según hacia los ejercicios.
—Chicos, la cena ya está lista.—Susan exclamó desde la cocina.
Max y Billy se dirigieron con rapidez hacia allá. Max notó la ausencia de Neill, como siempre.
Billy no se molestó en preguntarse dónde estaba su padre, ni siquiera le importaba. No fue por él al hospital; Susan tuvo que recogerlo. Era una tortura mental.
—No había probado nunca los tomates rellenos.—Habló Billy, terminando su plato.
—Están buenos.—Max limpió su boca con una cervilleta.
—Que bueno que les guste.—Susan habló, contenta ante el elogio.
—Oye.—Billy se dirigió a Max.—¿Terminamos la tarea?—Preguntó.
Max no tenía ganas de hacer la tarea, pero no sé negó.
—Vamos.—Dijo la pelirroja poniéndose de pies.
Susan se sentía muy feliz, al ver que Max y Billy estaban llevándose como verdaderos hermanos. Su riña hacia un daño familiar. El hecho de que se ayudarán uno al otro era saludable.
—Necesito que me expliques otra vez el proceso, para refrescar mi memoria.—Max se recostó del espaldar de la cama de Billy.
Billy comenzó a discutir paso por paso como encontrar el volumen de distintas figuras geométricas y sus fórmulas.
Por otro lado, Max comenzaba a hacer la digestión. El sueño se estaba apoderando de ella y sus párpados caían lentamente. Hasta que dejó de escuchar a Billy; quedándose dormida.
—Es así como obtienes el volumen del triángulo equilátero.—Billy la miró.
Max ni siquiera le había oído. ¿Acaso había estado hablando sólo durante todo ese tiempo?
Billy observó el reloj, eran como las 8:30 de la noche. Sabía lo cansada que estaba Max, por las visitas al hospital.
Billy decidió traer las almohadas de Max a su cuarto y su manta favorita, que siempre usaba para arroparse.
Billy salió de su habitación y entró a la de Max. Billy visualizó el cuarto de Max. Ella era muy ordenada con sus cosas. Siempre tenía la costumbre de vestir la cama de una forma impecable y mantener sus útiles en orden.
Billy caminó hacia la cama y tomó dos almohadas y la manta de Max. Repentinamente, oyó un ruido en la ventana.
Billy volteó hacia la ventana, pero no oyó nada más.
—Max, soy yo.—Oyó Billy.—Déjame entrar.—Dijo alguien, en un susurro.
Billy caminó con rapidez hacia la ventana.
—¿Quién está ahí?!—Exclamó Billy, abriendo la ventana con brusquedad.
Era Lucas. Lucas se alejó de la ventana con rapidez, alzando sus brazos.
—¿Sinclair?—Billu frunció el ceño, al verlo.
Lucas tartamudeó.
—Em...—Lucas suspiró, por el gran susto que había pasado.—Diablos...—Lucas sonó un poco disgustado.
Billy lo miró por encima del hombro, algo que fue directo al hígado de Lucas.
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Autumn Leaves (Max Mayfield y Billy Hargrove)
Fanfic«Posterior a los sucesos de Stranger Things 3.» 🔴Editando ortografía.🔴 No esta permitida la copia o adaptación de esta historia. Todos los personajes de esta historia pertenecen a Stranger Things.