Valentina disfrutó de sobremanera la carta, le sonó tan fresca que le parecía estar oyendo a Camila contándole sobre cómo eran los 80s. Se quedó con ella en la mano y se puso a pensar.
Si pudiera platicar con ella le contaría que el Año 2030, no es muy diferente a la vida en las décadas pasadas, nada que ver con el futuro que mostraba la película de los 90s el quinto elemento, los carros siguen teniendo llantas y corren en carreteras y caminos, tampoco los extraterrestres caminan por las calles. Eso sí, los cassettes, los CDs esos son cosas del pasado. La moda? Los estilos van y vuelven, siempre hay una influencia de una época anterior.
Valentina metió la carta en el sobre y procedió a desempacar el primer paquete, resultó ser el cubo de rubik el cual estaba en buenas condiciones, trató de resolverlo, pero no era labor fácil. Luego procedió con el siguiente este tenía más envoltorios que el anterior, al abrirlo por completo cayeron pulseras y collares y se dispersaron por el suelo, al recogerlas pudo apreciar mejor cada una de ellas. Tenía razón Camila eran muy a lo Madonna. Prácticamente eran las réplicas del vídeo clásico de Madonna like a virgin. Definitivamente, si los usaría. Por suerte, el material de que estaban hechos los hizo resistir los embates del tiempo.
El siguiente paquete venía en una caja y ese resultó ser el más asegurado de todos, era el walkman Sony,
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Y sorprendentemente se miraba en muy buen estado. Pudo observar que el compartimento tenía un cassette, en ese momento rezó para que funcionara. Había tratado de conseguir uno en eBay hacía algunos años atrás y cuando ya prácticamente era suyo, alguien a última hora aumentó la oferta y perdió la subasta. Así pasa en la vida, a veces se gana, a veces se pierde.
Sacó las revistas y los almanaques y los hojeó rápidamente. Le llamó la atención algunos titulares, ese año expertos de la ONU confirmaron que se estaba abriendo un agujero en la capa de ozono y ese mismo año el Papa Juan Pablo II condenó la inseminación artificial, la fecundación en vitro y el alquiler de vientres, procedimientos que ahora son de rutina. Recogió todas las bolsas y material usado para los empaques, para tirarlos en el cesto de la basura y al coger la cajita en que venía el walkman vió en el fondo una fotografía.
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Dejó todo a un lado y admiró la chica de la foto, seguro era Juliana, el walkman era de ella, quedó maravillada por su belleza, sus ojos aparentaban ser negros, y la expresión de su mirada era única, irresistible, sus labios muy, pero muy bien delineados, y aunque la foto era de perfil, se podīa apreciar que tenía la barbilla partida. Una chica muy atractiva pensó Valentina.
Absorta estaba viendo la foto, cuando la voz de Lucho la trajo de vuelta a la realidad.
- Cariño, ya regresé, vente para acá. Traje comida china,
- Ok Lucho, voy para allá - Valentina dejó su tesoro ahí y fue a reunirse con él.
Al entrar a la casa, le dio un beso en la mejilla, y fue a la cocina a buscar unos platos y cubiertos. Puso la mesa y se sentaron a comer. Hablaron de todo un poco, principalmente de las luces que se veían en el cielo. Luego se sentaron en la sala, y vieron TV por un rato más. Al terminar la primera temporada de GoT se fueron a sus aposentos.
Lucho se quedó de pie y admiró la belleza de su esposa mientras se cambiaba, era bella por dentro y fuera, le encantaba su cuerpo esbelto, al verla ya descansando en la cama, se unió a ella en el lecho. Se acercó a ella para olerla, ese olor le alteraba sus sentidos, la apretó contra sí, y acarició sus brazos, besó su cuello con el objetivo de despertar su pasión. Valentina se volteó, agarró sus manos, le apretó un cachete con cariño como pidiendo disculpas y le dio un beso rápido,
- Lucho, hoy pasé en mi proyecto todo el día, de verdad que estoy agotada, Necesito descansar, me disculpas?
A Valentina le dolió decirle eso una vez más a Lucho, el era el mejor amigo, el mejor esposo y ella lo amaba, pero después de casarse se dio cuenta que ella no era muy dada al sexo. De hecho no lo disfrutaba y en el poco tiempo de casada jamás había llegado a un orgasmo.
- Sí, mi amor! No te preocupes, descansa! - contestó con comprensión. Cambió de posición y se dispuso a dormir.
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Minutos más tarde Lucho abrió sus ojos. No pudo conciliar el sueño, así que se puso a ver como Valentina dormía. No pudo evitar recordar que él se enamoró a primera vista, desde el día que ella llegó por primera vez a la secundaria, el supo que ella sería su novia. En esa ocasión se le acercó con timidez y se presentó a sí mismo. A Valentina le cayó muy bien y desde ese día se hicieron grandes amigos, y se volvieron inseparables. Cuando ella cumplió sus 15 años, le declaró su amor. Valentina sentía un cariño especial por él y no dudó en darle el sí. Además era muy guapo. Ese fue el día más feliz para Lucho.
León miró con beneplácito la relación de su hija, consideraba a Lucho un excelente chico, y la verdad no estaba equivocado. De algo que no tenía duda era del amor que él le profesaba a Valentina. Cuando Valentina cumplió 20 años su padre falleció, al saberla sola, Lucho le propuso matrimonio. Valentina aceptó porque consideró que ese era el siguiente paso en su relación.
Antes de su matrimonio, ellos nunca tuvieron relaciones, Lucho siempre respetó los deseos de Valentina de esperar hasta el día de la boda.
Llegó el día de tan ansiada fecha, y por fin Lucho hizo suya a Valentina. Lucho era el hombre más feliz, tenía un hogar y una esposa. No tenía duda amaba a su mujer con todo su ser.
Solo había un detalle que empañaba un poco su felicidad, Valentina no era muy dada a las demostraciones de amor, y era muy poca para hacerlo. Lucho atribuía eso, a su poca experiencia, pero estaba seguro que eso iba a cambiar con el tiempo. Por que del amor, y la complicidad que se tenían, Lucho nunca tuvo ninguna duda. Tendría paciencia con ella, con el tiempo ella se entregaría plenamente.
