Después del matrimonio, Lucho y Valentina decidieron trasladarse a vivir a una ciudad más pequeña, pero siempre cerca de la capital para que Valentina pudiera seguir asistiendo a la universidad sin problemas. Lucho era graduado en ingeniería en sistemas y llevaba los trabajos desde su casa.
Valentina estaba que irradiaba felicidad, se había casado con su mejor amigo, tenían una casa muy bonita y lo mejor muchas áreas verdes para dedicarse a su hobby favorito, la jardinería.
Cerca de la casa, se erguía un imponente árbol, desde que lo vió se imaginó todo lo que podía hacer ahí.
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- Lucho, ya no quedan más cajas en el apartamento verdad? Ya todo está acá? Preguntó Valentina mientras se sentaba junto a él, Lucho cruzó su brazo detrás del hombro de Valentina, la aproximó junto a él y dió un beso en su frente.
- Sí, Vale! Ya todo está acá! Mañana comienzo a desempacar.
- Podrías por favor abrir primero la caja con mis herramientas de jardinería. Es que este fin de semana quiero aprovechar para comenzar a trabajar en mi jardín - Lucho se giró hacia ella, apretó con su pulgar y dedo índice su barbilla,
- Y qué tiene en mente mi princesa?
Valentina lo agarró de la mano y lo llevó con ella hacia la ventana.
- Lo ves? - señaló el árbol frente a su casa- ese árbol está perfecto para lo que lo quiero! Me gusta mucho, es tan majestuoso! Seguro ha sido testigo de muchas historias, estoy segura que ha estado ahí unos cientos de años! Me imagino un banco de estructura de hierro forjado con sus largueros de madera barnizados en su color natural, y unos rosales. Quiero picar un circulo alrededor para luego rellenar con grava blanca.
- Grava? - hizo un gesto de interrogación con la frente, Valentina sonrió y le dijo,
- Marmolina, Lucho!!
- Tú ya sabes que soy ignorante en jardinería.
Regresaron al sofá, y continuaron hablando de otros temas
——-
El fin de semana llegó y Valentina se levantó muy temprano para iniciar a trabajar en su proyecto de jardín. Le llamó la atención el clima, se sentía una atmósfera diferente, vio el cielo y recordó que ese día el cometa Miley, estaría orbitando alrededor del sol, y sería visible desde la tierra. El cometa hacía ese recorrido cada 43 años.
- Lucho, me ayudas con la caja de herramientas, quiero llevarla hasta el árbol.
- Ok, mi cielo! Con gusto! - tomó la caja y la dejó exactamente donde le indicó Valentina.
Valentina regó alrededor del árbol para suavizar la tierra para hacerle más fácil la labor de picarla.
- Vale, no quieres que te ayude? La picada no se ve tarea fácil!
- Lucho, sí lo haces, dejaría de ser mi proyecto, así que no! Además, solo en donde voy a plantar picaré profundamente para cambiar esta tierra, el resto es superficial ya que solo lo cubriré con grava o sea la marmolina - cerró un ojo a su pareja con un poco de burla.
Valentina procedió a tomar las medidas y luego escogió los puntos donde sembrarían sus Rosales. Primero picó todo el área medida y luego comenzó a trabajar el primer cuadro, tenía mucho por picar ya que en el botánico le recomendaron por lo menos picar 12 pulgadas de profundidad, cuando estaba por terminar se sintió cansada, buscó su botella de agua, descansó unos minutos y luego procedió con la faena.
Al clavar el pico contra el suelo, sintió que daba contra una superficie metálica, puso el pico a un lado y se arrodilló para inspeccionar mejor que es lo que había tocado, definitivamente era una superficie metálica. Con las manos fue removiendo la tierra hasta quedó completamente descubierta. Con la ayuda de una barra sacó completamente la caja metálica que tenía ante ella.
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Era una caja de acero, estaba herméticamente cerrada, y era obvio por lo corroído que había pasado enterrada ahí por muchísimos años.
Valentina se emocionó por el hallazgo, en ese momento se sintió como pirata que encuentra su cofre del tesoro. No supo porqué lo hizo, pero decidió guardarse el secreto, llevó la caja al garage, para después abrirla a solas.
El domingo llegó y Lucho le informó a Valentina que iría a revisar el sistema de una compañía para la cual trabajaba.
Después de marcharse Lucho, Valentina muy emocionada corrió hacia el garage para abrir su cofre del tesoro, no sabía que encontraría pero igual sentía una tremenda agitación. La inspeccionó con cuidado, hasta que encontró un lugar donde se observaba una especie de cerradura, la golpeó con un martillo, haciéndola ceder, con un desarmador, hizo palanca hasta que logró abrirla.
Al abrir esta se encontró con un cooler vintage típico de los 80s, lo sacó de la caja, lo limpio y procedió a abrirlo, la tapa no parecía, pero estaba herméticamente cerrada con un material que ella desconocía con la ayuda del desarmador y una navaja procedió a abrirla.
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Dentro del cooler habían varios objetos envueltos en bolsas plásticas que los protegieron del pasar del tiempo y el clima.
Entre los paquetes que habían observó una carta. Realmente estaba muy emocionada, era obvio que se trataba de una cápsula de tiempo. Recordaba haber visto un reportaje sobre ello en un canal educativo, así que procedió abrirla para leerla.