2016

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Esa semana Valentina tuvo que llevar a sus hijas a la capital a la nacional de las olimpiadas de matemáticas. Después de días de exámenes y otras actividades estudiantiles, regresaban a su ciudad en su vehículo, las niñas desde atrás por Bluetooth venían tocando música en el estéreo desde sus cells. Tocaban las tres mismas canciones una y otra vez, Hello de Adele, Sorry y love yourself de Justin Bieber. De imprevisto la música paró,

- Mamá!!  Te puedes detener en la siguiente gasolinera? Necesito usar el baño- preguntó Lupita. Es emergencia!!!!

Valentina sonrió, era buena idea parar, así todas iban a estirar las piernas,

- Claro, Hija! - Valentina manejó unos kilómetros más, ubicó la gasolinera y se parqueó, sus hijas fueron al baño y ella decidió recorrer la tienda a ver que se le antojaba, estaba viendo la sección de dulces , cuándo sintió que alguien jaló su camisa, giró su cabeza para ver y era una pequeña de escasos 6 años, sus ojos azules y su cabello rubio la hizo recordarse a sí misma de pequeña,

- Has visto a mi mamá? Me dijo que no me moviera, y yo lo hice y ahora no se donde está. Tengo miedo!!!

Valentina se puso en cuclillas para estar a su altura,

- No tengas miedo! Yo no te dejaré sola. No se donde está! Pero puedo ayudarte a buscarla. Te parece?

La pequeña la agarró por las mejillas y dijo,

- Tú tienes mis ojos, tienen el mismo azul - y se quedaron viendo por un momento - eres ojos bonitos!

- Tú también eres ojos bonitos!

Y ambas sonrieron,

- Valentina!!! - Valentina y la pequeña de inmediato voltearon, la mujer se dirigió a la nińa, la alzó en sus brazos y le dijo,

- Mi amor que susto me has dado! No te alejes de mi, ok?

La pequeña la abrazó,

- No te asustes mamá, estaba platicando con mi amiga. Mírale que bonitos ojos tiene! Se parecen a los míos!

- Hola!- dijo Valentina quien no podía aguantar la emoción, esa niña era ella! Y estaba frente a su madre Lucía.

Valentina recordaba muy poco a su madre, al morir, quedaron las fotos, con el tiempo lo que recordaba eran las imágenes grabadas en ella. Le hubiera gustado decirle quién era ella, cuánto la había extrañado, la falta que siempre le hizo. Quiso abrazarla, sentirla una vez más en sus brazos. Pero no podía!

- Hola! Espero que la Valentina no la haya molestado en este ratito - dijo Lucía en un tono muy amable.

- Para nada, es una niña preciosa, y muy educada.

- Bueno, nos vamos! - puso a la niña en el suelo.

La pequeña Valentina se acercó y le hizo señas a Valentina para que se agachara y le diera un abrazo,

- Adios ojos bonitos! - se dijeron al mismo tiempo.

- Mamá, dale tu también un abrazo a mi amiga, ojos bonitos!

Lucía sonrió y se acercó a Valentina y la abrazo!

- Asi no! Uno largo y fuerte! - pidió la pequeña, Valentina le dio una sonrisa a su madre, levantó sus hombros, y le dio otro abrazo más fuerte y prolongado, respiró profundamente y regresó a su memoria su olor. Se separaron, y después las vio alejarse. Sus ojos se anegaron de lágrimas.

Minutos después se acercaron sus hijas, para avisarle que estaban listas, para reanudar el viaje.

Subieron todas al vehículo y las chicas siguieron con las mismas canciones. Valentina dio gracias a Dios por tenerlas y estar ahí para ellas. Todo el camino no dejó de pensar en su mamá!

—————

Al llegar a su ciudad, fue a dejar a Lupita y Lucía a su casa,

- Bueno, mis amores, las dejo, voy a ir a buscar a mamá, seguro ya está por terminar su clínica.

Dio un beso a cada una en la frente, las estrechó a ambas en sus brazos, para luego soltarlas y decirle adiós con la mano.

Manejó unos cinco minutos, y llegó a la clínica de Juliana, al entrar notó que se encontraba vacía y fue directo a su oficina, en su camino se encontró a la recepcionista junto a un señor con una serpiente en la mano.

- Pase sin problema! Ya no tiene pacientes! Me dijo que después de este me podía retirar.

- Gracias! Que te vaya bien!

Valentina abrió la puerta de la oficina de Juliana sin siquiera golpear, al verla perdió su fortaleza y comenzó a llorar, de inmediato Juliana corrió hacia ella y la abrazó muy preocupada,

- Qué tienes amor? Le pasó algo a nuestras hijas? - preguntó con nerviosismo que no podía disimular.

- Discúlpame, amor! No te alarmes! Ellas ya están en casa, y están muy bien.

- Qué te pasa, Val? - le agarró de la cara para verla directamente a sus ojos- cuéntame amor, vamos dime.

- Vi a mi madre! Puedes creerlo? No solo eso, la abracé dos veces!!

- Pero cómo fue eso?- preguntó intrigada Juliana.

- Paramos en una gasolinera, mientras esperaba a nuestras hijas, una pequeña se me acercó, sabes quien era esa pequeñita?

- No! - moviendo su cabeza hacia los lados.

- Era yo!!!! La ví y me recordó a mi misma de niña, cuando su mamá la llamó, por su nombre ambas volteamos y ahí estaba ella.

Sus lágrimas seguían corriendo por sus mejillas a pesar que Juliana las limpiaba.

- Venía caminando rápido, con la preocupación en su cara, con su porte erguido y su elegancia innata, traía su cabello suelto, una camisa blanca y por encima una chaqueta negra, unos jeans, y tennis blancos! - respiró profundamente y continuó con su relato- se miraba tan elegante a pesar de usar ropas deportivas.

- Mi cielo, me hubiera gustado estar ahí para brindarte mi apoyo, esto es una carga emocional muy fuerte para no compartirla. Me alegra que ya estás aquí.

Acarició su cabello y con mano acercó su cara hacia su pecho,

- Ya no estes triste, Juls!

Valentina levantó su cara y le dijo con una sonrisa,

- Juls, es que no lloro de tristeza! Lloro de alegría. Yo había olvidado el rostro de mi madre, su cabello, su olor. Hoy nuevamente la recuerdo. Esa pequeña Valentina va a vivir el último paseo con su mamá, y el tiempo se encargará que lo olvide, pero hoy el mismo tiempo, destino, ya no se ni a quien mencionar hizo que esa pequeña vuelva a recordar.  Hoy he vuelto a ver a mi madre, y su imagen quedará grabada de por vida!

- Val, me alegro tanto por ti!

Juls pasó el brazo por la cintura de Valentina, y caminaron juntas hacia la salida,

- Quieres que vayamos a algún lugar, por una copa de vino? O prefieres ir a la casa?

- Juls, estoy cansada mejor la casa y me haces un masajista?

Juls le brindó una sonrisa y dijo,

- A la casita, pues!

La Viajera del Tiempo (Juliantina) TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora