Capítulo 4

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Dad gracias a mi insomnio por este capítulo xd



Estuve casi media hora cambiándome los pantalones —¿qué me había dado últimamente con cambiarme compulsivamente de ropa antes de salir?— para terminar decantándome por un vestido azul oscuro. Me delineé los ojos mordiéndome el labio por la concentración y luego me puse mi pintalabios favorito, el rojo oscuro.

Teníamos una fiesta en casa de Lana y me apetecía emborracharme, no voy a negarlo.

Los demás estaban en el salón. Bueno... todos menos Naya y Will. Él estaba aporreando la puerta de su habitación, impaciente, mientras ella le pedía cinco minutos más. Sue y Jack estaban en la cocina en silencio con cara de impaciencia.

No miré a Jack cuando me detuve en la encimera para meter mis llaves en el bolso, pero noté su mirada clavada en mí. No entendía su actitud. No me había hablado en todo el día. No desde salir a fumar anoche. Honestamente, esa noche solo quería pasármelo bien y olvidarme un poco de él.

—Me gusta ese pintalabios —me dijo Sue.

—Puedo prestártelo si quieres —le sonreí.

—¿Va a ir tu nuevo novio? —preguntó ella.

Le puse mala cara cuando vi que Jack cerraba la nevera con un poco más de fuerza de la necesaria.

Gracias por tanto, Sue.

—Curtis estará ahí, pero no es mi nuevo novio —aclaré.

—Te has arreglado mucho para Charlie —murmuró Jack sin mirarme.

No respondí. Apreté los labios.

Naya tenía una sonrisa inocente cuando apareció por el pasillo después de hacernos esperar durante más de media hora de silencio incómodo.

—¿Podéis sentaros un momento en el sofá? —preguntó ella.

—Ya llegamos muy tarde —le dijo Sue con una ceja enarcada.

—Es una fiesta universitaria. No llegaríamos tarde ni aunque quisiéramos.

Los tres suspiramos y nos sentamos en el sofá. Will y Naya se quedaron de pie delante de nosotros. Yo dejé a Sue entre Jack y yo estratégicamente.

—¿Qué? —preguntó Jack al ver que ninguno de los decía nada.

—Tenemos que contaros algo —dijo Naya, sonriendo entusiasmada.

—Sí —Will también sonrió—. Algo muy importante.

—Dime que no vais a meter a más gente a vivir aquí, por favor —murmuró Sue, negando con la cabeza.

Los tres los miramos cuando intercambiaron una mirada divertida.

—No podemos decir que no —Will sonrió.

—No, por favor —suplicó la pobre Sue.

—Pero... —Naya sonrió aún más—, no tendrás que preocuparte del espacio hasta dentro de unos nueve meses.

Un momento...

¿Qué?

¿Había oído bien?

Creo que los tres tuvimos la misma reacción perpleja. De hecho, Sue y Jack no parecían tener intención de decir nada mientras Will y Naya sonreían ampliamente, esperando una respuesta de nuestra parte.

—¿Estás...? —le señalé la tripa.

—De tres semanas —me dijo Will, sonriéndole a Naya.

Antes de diciembre / Después de diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora