Capítulo 23

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Mini-maratón 2/2

No es para que entréis en pánico, pero... ¡la historia tendrá 26 capítulos! Así que sí, solo le quedan tres más :D

Admito que estaba nerviosa mientras Mike, Jack y yo nos  poníamos en camino a la casa de los padres de Jack. Se suponía que iban a disculparse el uno con el otro, pero con ellos nunca era nada tan sencillo. Mike parecía bastante tranquilo mientras revoloteaba a nuestro alrededor de camino al coche.

—Así que conoceremos tu familia —Mike sonrió ampliamente, asomándose entre los dos asientos delanteros—. Espero que les hayas hablado bien de nosotros, Jenna.

Esa mañana había llamado a mamá para preguntarle qué le parecía. Había pasado de la felicidad extrema al estrés por querer causar una buena impresión en pocos segundos. Lo que estaba claro era que quería conocer Jack.

—Les he hablado bien —le aseguré, sonriendo.

—De mí —aclaró Jack—. No saben que tú existes.

—Pues se llevarán una gran y bonita sorpresa —sonrió Mike—. Puede que, incluso, me prefieran a mí de yerno.

Reprimí una sonrisa cuando su hermano puso los ojos en blanco descaradamente.

Llegamos a la casa y me sorprendió ver que Jack esperaba con la mano extendida hacia mí. Creo que nunca me había llevado de la mano a ningún sitio. Se la agarré de todas formas, extrañada, y lo seguí hacia el interior de la casa.

—¡Cariño, ya estoy en casa! —exclamó Mike alegremente, entrando.

Mary y el señor Ross estaban hablando en la cocina, pero ambos se callaron al instante en que nos vieron llegar. Mike ya estaba husmeando en el horno bajo la reprobadora mirada de su padre.

—¿Qué hay para cenar?

—Ensalada de pollo —sonrió Mary.

Mike arrugó la nariz, no muy convencido.

Intenté soltar la mano de Jack para ir a saludar a Mary, pero me la apretó un poco más y me di cuenta de que estaba mirando fijamente a su padre. Él miró nuestras manos unidas sin ningún tipo de expresión. Me sentía como si estuviera interrumpiendo un duelo de titanes.

—Oh, querida mía —Mary se acercó (para salvarme) con una sonrisa de oreja a oreja al ver nuestras manos. 

Jack por fin me soltó para que pudiera devolverle el abrazo.

—Señor Ross —lo saludé, separándome de ella.

Él pareció volver en sí y me sonrió amablemente.

—Jennifer —miró a su hijo—. Jack.

Jack no respondió. Bueno... no empezábamos bien.

Pusimos la mesa entre todos y nos sentamos. Mike tuvo la brillante idea de sentarse solo en un lado de la mesa, dejándome entre Jack y su padre.

Genial.

Empezamos a comer en un silencio interrumpido por los intentos de charla de Mary y míos. Al final, lo que más cortó el silencio fue Mike parloteando de su banda hasta que su padre le pidió que no contara los detalles de lo que hacía con su club de fans.

—Bueno... —el señor Ross se puso serio cuando todos terminamos el plato—, ayer Jennifer vino a hablar conmigo.

Miré a Jack enseguida. Él tenía la mirada clavada en su padre con la misma inexpresión que había visto en él muchas veces. Mary parecía un poco nerviosa, como yo.

Antes de diciembre / Después de diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora