Capítulo 3

2.2M 163K 669K
                                    

Para todxs los que preguntaban: no tengo días fijos para subir capítulo. Intento subir uno por semana, aunque a veces puedo subir otro más.

De todos modos, en mi Instagram (joanamarcusx) voy subiendo pequeños adelantos y avisando de cuándo habrá nuevo capítulo. A veces, cuando nuestro querido Wattpad no notifica que hay nuevo capítulo, también aviso por ahÍ. Así que, si te interesa, ahí tienes el user :p

Y también aprovecho para deciros que habrá un libro narrado por Jackie, pero todavía no puedo decir mucho más :D

Ahora, a leer, pequeños saltamontes.





Admito que estaba un poco nerviosa cuando entré en el salón. Solo Naya y Jack estaban en casa. Ella estaba en el sillón con sus apuntes mientras que Jack miraba su portátil en uno de los sofás. Tragué saliva con fuerza.

—Eh... —empecé.

Los dos me miraron. Mis nervios aumentaron con la mirada de ojos entrecerrados de Jack.

—Tengo que hacer un trabajo de clase —empecé torpemente.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Naya, confusa.

—No, no es eso... es que... mhm... tiene que venir un compañero. Su compañero de habitación es un poco raro y no podíamos ir ahí, así que... eh... le ofrecí hacerlo aquí. Espero que no os importe. Solo será un ratito.

Naya sonrió.

—Por mi no hay problema. ¿Es Curtis?

Asentí con la cabeza. Su sonrisa se ensanchó mientras que Jack enarcaba una ceja lentamente.

—Pero podemos ir a la habitación o... —intenté arreglarlo.

—Quedaos aquí —me cortó Jack.

Lo miré, perpleja.

—Pero... vosotros estáis aquí.

—Veo que lo entiendes.

—Ugh, no empieces, Ross —Naya puso los ojos en blanco.

Él no respondió. Volvió a clavar la mirada en el portátil. Sin embargo, un segundo más tarde, todos nos tensamos cuando escuchamos el timbre.

—Creo que es... ¡Ross, vuelve aquí!

Ya se había puesto de pie e iba directo hacia la puerta. Naya y yo intercambiamos una mirada de pánico colectivo cuando la abrió con un poco más de fuerza de la necesaria. Vi que Curtis daba un respingo, mirándolo.

—Eh... hola —murmuró.

—¿Qué? —le preguntó Jack secamente.

Por el amor de Dios...

—¿Está... Jenny?

—No.

Y le intentó cerrar la puerta en la cara.

Metí el pie justo a tiempo, deteniéndola.

—¡Sí estoy! —le sonreí dulcemente antes de dedicar una mirada furibunda a Jack—. Pasa, Curtis.

El pobre Curtis pareció aliviado cuando aparté a Jack sin mucho cuidado. Pasó por delante de nosotros y saludó a Naya mientras yo me giraba hacia el idiota y cerraba la puerta. Él seguía teniendo los ojos clavados en la nuca de Curtis como si quisiera atravesarla.

—No empieces —advertí en voz baja.

—¿Empezar qué?

—Lo de ayer —le recordé—. Sabes perfectamente de lo que te hablo.

Antes de diciembre / Después de diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora