No sé cuántas veces lo había besado, pero no parecía suficiente.
Hacía ya cinco minutos que estábamos en la puerta de embarque. Vivian estaba a unos metros, fingiendo que miraba su móvil cuando me daba la sensación de que tenía toda su atención en nosotros. Joey estaba con los demás. Yo tenía las manos en las mejillas de Jack y él me había rodeado con los brazos justo debajo del culo, levantándome para dejar nuestras caras a la misma altura. Solo quería seguir besuqueándolo y que no se fuera —qué cursi me estaba volviendo, por cierto—. Pero, a la vez, me hacía ilusión que fuera a todos esos festivales a pasárselo bien.
Qué contradictoria eres, chica.
—Más te vale cuidarte de los fans locos —murmuré, mirándolo.
—Más te vale cuidarte de los Charlies locos...
—Es gay —puse los ojos en blanco—. Debería estar yo más preocupada que tú. Y se llama Curtis, pesado.
—Bueno —ladeó la cabeza, apretujándome un poco más—, ¿me vas a echar de menos?
—No.
Puso una mueca, pero después sonrió.
—Vamos a pretender que eso es verdad porque no quiero seguir notando los ojos de Joey agujereándome la nuca mucho más tiempo.
—Es que llegaréis tarde.
—Pues que se esperen.
—¡Ross, ya es hora! —gritó ella, como si quisiera confirmarlo.
Jack sonrió y volvió a besarme cuando intenté separarme.
—Sabes que tienes que aguantar un vuelo de doce horas con ella, ¿no? —enarqué una ceja.
—Tengo que aguantar mucho más sin hacer esto. Que se jodan y esperen.
Se inclinó hacia delante y me plantó un beso que me dejó mareada. Me dejó en el suelo sin separarse y luego subió las manos a mi cara, sujetándomela. Joey seguía llamándolo, impaciente, pero él no despegó la mirada de mí.
—Llámame si pasa cualquier cosa —murmuró, acariciándome las mejillas con los pulgares—. O si quieres hablar conmigo. O lo que sea.
—Lo haré —dije por enésima vez—. Como te he dicho las otras diez veces que me lo has recordado.
—Y no te metas en líos.
—Vale, papá.
Lo miré un momento. Hizo un ademán de separarse, pero se detuvo cuando vio que estaba dudando y frunció un poco el ceño.
—¿Qué? —preguntó.
—Te echaré de menos.
Él sonrió un poco.
—Sobrevivirás un mes sin mí. Obligaré a Will a cuidarte.
—Sé cuidarme sin ti, creído —le puse mala cara.
—No demasiado bien, agresora de coches policiales.
—¡Yo no...! ¡No es...! ¡He sobrevivido diecisiete años sin ti!
—Y sigo preguntándome cómo.
Puse los ojos en blanco, pero él no borró su sonrisa divertida.
—Te llamaré cada día. Y tendremos largas e interesantes conversaciones sobre la ropa interior que lleves puesta. Hasta que te haga quitártela.
—¡Jack!
—Uno tiene derecho a fantasear —protestó.
Se mordió un momento en interior de la mejilla. La sonrisa desapareció un poco.
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Antes de diciembre / Después de diciembre
RomancePRIMER Y SEGUNDO LIBRO [Primer y segundo libro ¡publicados en papel! Esta es solamente la primera versión de ambas historias] Para Jenna Brown, su primer año en la Universidad suponía alejarse de su familia y sus amigos y enfrentarse al mundo por pr...