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La muchacha se miró frente al espejo y luego miró la ropa que su madre la había regalado.

Se acercó y no vio la redecilla que utilizaba debajo.

-¡Mamá, ¿Dónde está mi redecilla? -gritó asomándose por la puerta de su habitación esperando la respuesta de Ino.

-¿Cuál redecilla? -gritó de vuelta su madre.

-La de entrenamiento.

-Ah. ¡La tire!

A la chica casi le da un paro cardíaco y miró asustada la ropa. Tenía quince minutos para salir y verse con su equipo.

Soltó un suspiro. Y volvió a mirarse al espejo. Su cuerpo había cambiado bastante los últimos años y tanto su madre como ella lo sabían.

E Ino se aprovechaba de ello. ¿Por qué su padre no estaba cuando lo necesitaba?

Murmuró un par de maldiciones como de costumbre y se comenzó a vestir.

En un par de minutos salió, tomando una gabardina.

-Ya me voy.

-¿Sí te quedó?... ¡________! Quítate esa gabardina.

-No.

-Vamos. Ya no eres una niña. Te ves bien.

-Hace frío.

Y sin decir más, salió de la casa, dejando a Ino gritándole al aire.

Caminaba con algo de prisa. Ya iba tarde y le comenzaba a dar calor.

Comenzó a correr, esquivando a las personas de la aldea que la veían raro por traer una gabardina negra a pleno medio día de verano.

Un empujón le hizo perder el equilibrio, cayendo de golpe.

-¡Perdón!

-¡Hatsu! -le gritó a la chica de ya doce años.

-Lo siento pero... Chōchō-san me viene siguiendo ¡Ayúdeme!

La niña se escondió detrás de ________ que se levantó con calma.

Una nube de polvo se dirigía hacia ellos. Era Chōchō.

-¡HATSU!

La niña se abrazó más fuerte a ______. Ella sólo soltó un suspiro.

-¡_______ entrega a esa niña!.

-¿Qué te hizo?

-¡Es una tramposa!

-¡Que usted no sepa perder no es mi problema, Chōchō-san! -gritó la niña y se escondió de nuevo detrás de ________. Sólo hizo enfurecer más a Chōchō.

________ suspiró.

-¿Qué pasó?

-Jugamos póker con patitas... ¡Y ella perdió!

-¡Mentira!

-Chōchō. Ya no tienes trece años. Deja a Hatsu.

-Pero...

-Nada. Vámonos -tomó a Chōchō llevándose la de ahí. -Nos vemos después, Hatsu. Y deja de causar problemas.

-Sí, ma... ¡_______-san!

La niña se despidió con una pose de soldado.

-¡Hatsu-chan! -la pequeña Hima se acercó a la castaña.

-¡Hima-chan! -gritó la castaña alzando los brazos al cielo feliz de ver a su amiga.

Himawari se acercó a las tres con una sonrisa.

Invisible para ti. [Shikadai Nara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora