Cita a ciegas

Cap. 10

Era miércoles, y no sé porque ese día todo el mundo se puso de acuerdo en contactar con nosotros. Será verdad eso de que 'la primavera, la sangre altera'. Estaba en mi despacho enterrada en papeles, cuando oí mi móvil sonar. Empecé a remover todo lo que tenía por delante, hasta que lo encontré.

- ¿Si? -dije jadeando, por el esfuerzo de buscar el móvil.

- ¿Estabas haciendo ejercicio? -dijo riendo.

- Algo por el estilo -dije soplando para apartarme el pelo de la cara.

- ¿Te pillo en mal momento?

- Sí. Digo, no. Digo... -suspiré-. ¿Para qué?

- Te invito a comer. Espero que no estés tan indecisa... -dijo riendo.

- No tiene gracia. Además, tengo un montón de trabajo, y todavía no es la hora de comer y...

- ¿Has visto la hora? -dijo Dean cortándome-. Son las dos, hora de comer. Te espero en el Blue Harmon en diez minutos.

- Pero... -y colgó-. Maldita sea.

Puse un poco de orden a mi despacho, cogí mi bolso y salí de mi despacho. Me dirigí a la mesa de Christie, que estaba comiendo en un tuperware.

- Me voy a comer -dije mirando la hora-. Y me voy ya que llego tarde -dije giradome y dirigiéndome la puerta.

- Recuerda que solo sois amigos -dijo sonriendo.

Y yo suspiré. Sí, lo sé, me dije a mi misma. Me puse las gafas de sol y me dirigí al Blue Harmon. Estaba a unas pocas calles, así que decidí ir andando. No me vendria mal un poco de aire fresco. Llegué al Blue Harmon, pero Dean no estaba. Miré a mi alrededor, hasta que mi móvil sonó.

>>Dean, 14:21: Estoy dentro.<<

Guardé el movil y entré en el Blue Harmon. Miré por todas las mesas, hasta que le vi. Estaba sentado, hablando por teléfono y muy guapo. Llevaba un traje gris, a medida, y le sentaba genial. Agaché la cabeza y me miré a mi misma. Si llego a saber que estaría así de guapo, me arreglo un poco, pensé. Cuando me vio, levantó la mano y yo me acerqué. Dejé el bolso en la silla y me senté.

- Ya he hablado con sus managers. No. ¿Todavía no te ha llegado la confirmación? Está bien, estaré allí antes que ellos -colgó, me miró y sonrió-. Cosas de trabajo.

- Oh cierto, ese trabajo que no conozco -coloque mis codos en la mesa y apoyé la cabeza en mis manos-. Dime, ¿de que se trata?

- ¿Que te parece si primero pedimos, y luego te cuento todo acerca de mi trabajo? -asentí, y el camarero se acercó-. Para mi una ensalada mixta, y un solomillo echo.

- Yo una ensalada César y un solomillo, pero al punto.

- ¿Y para beber? -preguntó el camarero.

- Vino blanco de la casa, por favor.

El camarero asintió, recogió las cartas y se fue. Entonces, Dean me miró, sonriendo. Siempre sonríe este hombre.

- Así que quieres saber a que me dedico, ¿no? -yo asentí-. Estudie económicas en la facultad, pero no me terminó de gustar, así que hice marketing, y ahora trabajo en una de las grandes empresas de publicidad.

- ¿Por eso vas tan arreglado?

- Exacto. Hoy teníamos una reunión importante.

- ¿De?

- Para la nueva campaña publicitaria de una nueva fragancia. Publishing INC. me lleva loco con la campaña y...

- Espera, ¿trabajas en Publishing INC.? -dije, cortandole.

- Sí. ¿La conoces?

- Mas o menos. Me ofrecieron una vez hacer las fotos para un anuncio de ropa que tenían. Pero lo rechacé.

- ¿Que hiciste qué?

- Lo rechace -repetí, y después bebí un poco de vino.

- ¿Y eso por qué?

- Porque opino que esa empresa abusa demasiado del photoshop. Quiero decir, ¿para qué estar un día entero haciendo una sesión de fotos, buscando el plano perfecto, la luz perfecta, si luego vas a coger una foto y la vas a retocar? -Dean me miraba expectante, con media sonrisa en la cara-. Es una falta de tiempo si vas a romper la magia de la foto.

- ¿Así que estás en contra del uso del photoshop?

- No, ni mucho menos. Yo soy la primera que lo usa. Estoy en contra del abuso del photoshop. Si vas a retocar al modelo, no escojas a ese modelo, escoge a otro. Simple -dije encogiéndome de hombros.

- Me gusta tu forma de pensar -dijo Dean sonriendo-. Te propongo una cosa: trabaja con nosotros.

Me reprimí una carcajada, y le miré lo mas seria que pude.

- ¿Estás bromeando? -dije con una ceja levantada, y él negó lentamente-. Siento decirte que no.

- ¿Y por qué no? -preguntó él.

- Aquí tienen la ensalada. Buen provecho.

Pinché en el plato, y mientras masticaba iba pensando en la respuesta. Cuando tragué, le miré.

- Porque estoy bien con mi local. No quiero trabajar en una gran empresa. Al menos, de momento...

- Quiero que sepas que la oferta sigue en pie.

Seguimos comiendo, y al terminar, no me dejó pagar. Y eso se lo supliqué. Salimos del restaurante, y me dijo que me acompañaba hasta PAY.

- ¿Y que quiere decir PAY? -preguntó.

- Photo And You. Fue el único nombre que se nos ocurrió, y así lo dejamos.

- ¿Y no va con segundas? Para avisar a los clientes que pagan sí o sí, por ejemplo.

Entonces reí, ante su ocurrencia.

- Podría ser, pero no -llegamos al local y me miró, sonriendo-. ¿Qué?

- Este viernes. Cita. Me toca a mi -dijo haciendo una pausa entre frase y frase.

- Oh, sí... ¿A que hora y donde?

- Harás novillos por la tarde.

- ¿Como dices?

- Llegaré aquí a las seis de la tarde, y mas te vale que solo estés tú.

- ¿Pero por qué? -entonces Dean me dio un beso en la mejilla y se dio media vuelta-. ¡Dean!

- ¡Es una sorpresa! -dijo girándose y guiñándome un ojo.

Entré en el local y me encontré a Christie, Luca y Sarah de pie, mirándome, y con los brazos cruzados.

- ¿Y bien? -dijo Christie.

- ¿Como ha ido? -preguntó Sarah.

- ¿Ha habido beso? -dijo Luca.

- Ha ido genial, hemos quedado para el viernes como siempre, y no, no ha habido beso -los tres se quejaron y volvieron a sus mesas-. ¿En serio estabais esperando por el simple echo de saber si nos habíamos besado o no?

- ¡Es que es perfecto! -dijo Sarah.

- Y esta muy bueno -añadió Luca.

- Y es atento contigo -prosiguió Christie.

- Haced una lista de los puntos fuertes de Dean y dejarla encima de mi mesa, así acabaremos antes con esta conversación.

Y entre risas, volví al trabajo, pensando yo también en los puntos fuertes de Dean. El estar bueno, ya era el primero.