- Está bien -dijo, y se puso a pensar-. ¿Tú ultima relación?
- Hace cuatro años... Y fue un desastre. ¿Tus hobbies?
- Leer, ver películas, ir al gimnasio, y las chicas -reí ante su ultimo hobbie-. ¿Comida favorita?
- La pizza. ¿Como es para ti la mujer perfecta?
Se puso a pensar en la respuesta, y después sonrió.
- No tiene que ser simplemente un cuerpo y una cara bonita, aunque si lo tiene, mejor. Pero lo que la haría perfecta, sería su naturaleza, que sea divertida, alegre, que se deje querer y sepa querer. Y sobretodo, que no le de miedo hacer el ridículo. ¿Tú lugar favorito en el mundo? Aquel al que viajarías sin pensártelo dos veces.
Me quedé en silencio, pensando en mi lugar favorito. Tenía tantos, que no sabia cual escoger. Pero sin duda, me vino uno a la cabeza.
- París -dije, mientras recordaba todos los veranos con la familia en casa de mi tio-. Mi tío tenia una casa allí, e íbamos a veranear siempre. Aunque... -entonces me callé, y suspiré.
- ¿Aunque qué?
- También iría a Manhattan, ya que crecí allí y me trae buenos recuerdos. ¿Y tú?
- Vas a malgastar una pregunta.
- Esa es mi pregunta. ¿Donde viajarías sin pensártelo dos veces?
- Al Caribe. Recuerdo como hacia planes con mi madre para ir en vacaciones.
- ¿Y fuisteis?
- No. No pudimos ir. Pero algún día iré con ella, lo sé -dijo sonriendo-. ¿Si te ofrecieran un deseo, que pedirías?
- Ir a la exposición de fotografía de Bernard Simmons. Es la semana que viene, pero no he conseguido una invitación... ¿Tú comida favorita?
- La pasta. ¿A cuantos tíos te has tirado?
- ¡Dean!
- ¿Qué? Habías dicho que cualquier pregunta -dijo apoyando su cabeza en su mano-. Espera, ¿eres virgen?
- ¡No! Claro que no, solo que no llevo la cuenta de los tios a los que me tiro. ¿Tú sí? -Dean sonrió-. No me lo creo. ¿A cuantas?
- Mas de cien seguro.
- Eres muy penoso si llevas la cuenta...
- Lo estaba haciendo a ojo... Me toca. ¿Cuanto hace que no mantienes relaciones sexuales?
- Meses. ¿Película favorita?
- El laberinto del Fauno. ¿Cambiarías algo de tu pasado?
- No, me gustan las decisiones que he tomado a lo largo de mi vida. ¿Por qué tienes esas heridas en las manos? -dije señalandole.
Dean bajó la mirada y se miró las manos. Las abrió y cerró un par de veces, y me volvió a mirar.
- En el gimnasio hago boxeo, y eso deja huella. ¿Te has enamorado ya de mi?
- No, y no me voy a enamorar de ti.
- ¿Por qué?
- Porque somos amigos.
- ¿Sabes que lo que empieza como amigos, puede terminar como algo más?
- Ese no será mi caso. ¿Tienes hermanos?
- Sí, dos. ¿Cuanto hace que no te besan de verdad?
- Nunca me han besado de verdad, porque ninguno de los chicos ha sido el indicado. ¿Tienes planes de futuro?
- Espero poder encontrar a la mujer de mi vida, casarme con ella y vivir felices para siempre. ¿Quieres que te bese ya, o que? -dijo acercando su cara a la mía.
Yo me quedé quieta, sin moverme, y Dean seguía ahí, a escasos centímetros de mi cara, penetrándome con su mirada y despistándome con su sonrisa. Me quedaba una pregunta, y la iba a usar bien.
- ¿Qué es la bolsa negra que hay dentro de tu armario? -dije mirándole fijamente.
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Cita a ciegas
Action- Hagamos una cosa -dijo Dean de golpe-. Cambiemos las reglas de las citas. - ¿Como dices? - Tengamos una cita. Sin muestras de afecto. Solo citas. Tú y yo. Como amigos. Conociéndonos, disfrutando de lo que nos gusta a los dos. Nada de besos, nada d...