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Me desperté temprano en la mañana con mi alarma, el Erick ya no estaba en mi cama, se había ido. Miré mi teléfono en mi velador y tenía un mensaje de él "Sorry, pero tenía que irme no se podían dar cuenta que no dormí en mi cama... pero quiero que sepas que fue maravilloso bb" Una sonrisa automática se formó en mi rostro. En verdad sí fue maravilloso. Estuvo re bueno. Nunca había tirado con alguien tan bacán como el Erick.

Hoy bajé tempranito a tomar desayuno porque hoy era día de partido e igual tenía harto trabajo, tenía que tenerle listas las ropas a los cabros, aunque bueno ya las tenía listas, pero igual era un día estresante, apenas bajé a tomar desayuno vi al Erick y al Charles conversando en la recepción, me acerqué a ellos, pero ninguno se percató de mi presencia, estaban en otra.

Hueón no me contesta ¿y si le pasó algo? ―se veía un poco desesperado el Erick. Fruncí el ceño―La he llamado no sé cuántas veces y le he mandado no sé cuántos mensajes y no me pesca.

―Oye tranqui compadre si demás que está bien.

―No, pero es que ella anda siempre pegada al teléfono po hueón, si es adicta al celu, no deja su teléfono ni un segundo. Me estoy preocupando en serio.

― ¿Qué pasó? ¿Quién no te contesta? ―pregunté interesada. El Erick me miró asustado, luego su cara se relajó y una sonrisa se formó en su rostro. Aunque no era una de sus típicas sonrisas, esta se sentía un poco fingida.

―Mi mamá―respondió.

―Sí, el Erick es tan mamón―asintió el Charles―la mamá no le contesta un rato y se desespera―enarqué una ceja. No sé por qué, pero no me creía ni una mierda de lo que me estaban diciendo.

―Ah bucha―si mi mamá estuviera viva yo quizás igual sería dependiente de mi mami...―pero demás que está bien y no te contesta porque se le apagó el teléfono o algo así...

―La Agus tiene razón po Erick, así que relaja la vena y cálmate, ya cabres yo me voy a tomar desayunior, nos vemos―dijo el Charles mientras se dirigía a donde servían el desayuno.

― ¿Amaneciste bien preciosa? ―preguntó el Erick aunque aún tenía un rostro de preocupación...

―Estoy perfecta―le di una sonrisa― ¿Cómo estay tú para el partido de hoy?

―Uy más nervioso que la cresta, por eso estaba desesperado por mi mami porque necesitaba que me diera suerte y ánimos...

―Tranqui Erick si vai a jugar la raja igual que en los entrenamientos no más...

―Ojalá tengai razón porque me duele hasta la guata de los nervios, quiero que llegue rápido la hora del partido para jugar y se me quite la ansiedad.

―Vas a estar bien flaco... Oye vamos a desayunar mejor...

―Sí vamos―me dijo con una sonrisa en el rostro. Ya se le había quitado la cara de preocupación se veía mucho más relajado―Que con todo el ejercicio que hicimos anoche me muero de hambre―dijo sobándose la guata.

―Por dos―dije con una sonrisa en el rostro.

Los dos caminamos hacia el comedor, nos sentamos junto al Charles y el Eduardo quienes hablaban puras hueás sinceramente, me hacían reír todo el rato, ni siquiera me molestaban los constantes joteos del Eduardo, era su esencia y tenía cara de chiste todo el rato entonces tampoco me lo podía tomar en serio, además no me gusta y segundo está casado ni loca me meto en ese lío. 

Luego de tomar desayuno los cabros se fueron a sus piezas a concentrarse mientras yo me dediqué a ordenar todo para llevarlo al estadio.

Secreto || Erick PulgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora