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Desperté tempranito en la mañana, hoy solo tendríamos entrenamiento en la mañana y después los cabros tenían libre así que iba a ser un buen día, además el Nico me había invitado a la playa así que iría a tomar solcito un rato, lo cual me hacía falta porque estaba muy blanca, además me vendría el tostado con el rubio.

Así que me levanté motivadísima a hacer todo mi trabajo. Obviamente llegué a la cancha de entrenamiento de la selección antes que los jugadores, me fui con los utileros, a preparar todo. Ahí me encontré con mi papi querido.

―Hola hija―dijo él― ¿Cómo te ha ido?―preguntó.

―Perfecto, papá el trabajo me ha hecho bien.

―Así veo―dijo observándome―Reinaldo me ha contado que has hecho bien tu trabajo―asentí. Bueno no tan bien si se contaba que me había comido ya a dos futbolistas―Espero que continúes así durante toda la copa.

―Obvio papá―respondí.

―Y Agus no te quiero ver involucrada con ningún futbolista... yo sé cómo son pero por favor no caigas...―rodé los ojos.

―Obvio que no papá... no me interesan ellos, tú sabes que lo único que me interesa a mí es el fútbol...

―Eso espero hija, ya vuelve a tu trabajo que ya vienen los futbolistas―asentí con la cabeza. Y volví a mi trabajo. Ay si mi papá supiera.

Miré al Erick que venía entrando con una sonrisa en el rostro. Ese estúpido. Lo miré seria, él no quitó la sonrisa de su rostro. Pensé que me iba a pasar de largo, pero no, vino directo hacia mí.

―Hola bebé ¿Por qué esa carita? ―preguntó. Lo miré feo.

― ¿Acaso se te olvidó la pelea de anoche?

―Ay pero bebé si fue una estupidez, perdóname por ser tan imbécil, pero no se enoje―fruncí mi ceño.

―Me enojo po, porque me cargan los imbéciles.

―Agus por favor, no te enojes, sé que me puse hueón, machista, posesivo, toda esa mierda, pero es que me enoja igual que te hayai comido al Nico... Aunque igual entiendo por qué lo hiciste, pero eso no quita que me enoje―suspiró―solo perdóname.

―Ay ya está bien, te perdono, pero deja de ser tan imbécil por favor

―Está bien preciosa... ahora ¿quieres salir conmigo después del entrenamiento? ―preguntó. No le iba a gustar la respuesta obviamente.

―No puedo, lo siento, pero iré a la playa con el Nico―el Erick bufó.

― ¿En serio vas a salir con ese hueón? ¿Te gusta más que yo? ―rodé los ojos.

―Solo somos amigos Erick...

―Amigos já, ese hueón no quiere ser tu amigo Agus...

―Puede ser, pero no va a pasar nada con él Erick, no seas celoso. Además van a ir algunos cabros más...

―Ya... ¿Entonces puedo ir yo también? ―preguntó. Me encogí de hombros.

―Supongo que sí.

―Bacán, entonces nos vemos después.

El entrenamiento estuvo sin complicaciones, todo piola. Luego de eso nos volvimos al hotel, donde metí toda la ropa de los cabros a lavar y después la dejé secando en la secadora. Después de eso me dirigí a mi pieza para cambiarme ropa para ir a la playa.

Busqué en mi maleta y maldije mi vida porque no había traído ningún traje de baño completo, solo traje bikinis y en verdad no tenía ganas que un montón de hueones calientes me viera en bikini, ay pero a la mierda, me puse el bikini más piola que traje, uno negro, muy normal y una polera larga y ancha que me tapaba todo, luego agarré una toalla y el bronceador y me dirigí a la playa donde me encontraría con el Nico y con no sé qué cabros.

Secreto || Erick PulgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora