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Me dolía la cabeza aún, así que estaba en reposo, aburrido, el Erick estaba a mi lado mirando una serie española en Netflix, yo sinceramente no estaba mirando, pero hacía como que sí. Me habían dado de alta hace solo unas horas, estaba bien, no tenía nada, solo había sido el golpe.

—Oye flaco—dije. Él me miró.

—¿Qué pasa bebé? —preguntó.

—¿Qué te pasó en las manos? —sus manos tenían unas heridas, de las cuales no me había percatado antes.

—Nada—dijo volviendo su atención a la serie—mira la tele mejor—rodé los ojos.

—Dime—ordené.

—Uy ya no se me enoje, bebé—dijo el Erick mirándome y haciéndome cosquillas en la guata. Maldito, odiaba las cosquillas. Solté unas risas que me hicieron doler la cabeza.

—Ya, basta que me duele la cabeza—él me dejó de molestar cuando dije eso—Ya ahora dime que te pasó en las manos ¿Tú creís que se me iba a olvidar con las cosquillas? —Él suspiró.

—Ay ya, lo que pasó fue que después de que te sacarai la chucha, el Arturo culiao se intentó propasar con la Sofía entonces le saqué la cresta, eso—pobre Sofía.

—¿Cómo que se propasó?

—No sé hueón, la toqueteó parece, el Eduardo y el Charles los pillaron primero, de hecho el Charles ya le había pegado al Arturo, yo llegué después y noqueé al hueón y después no sé, me fui a verte po.

—¿Y dejaste a la Sofía sola? —lo miré feo. Pero es que ¿cómo la dejaba sola después de algo así?

—No, se quedó con el Charles—rodé los ojos—o eso creo si anda pa arriba y abajo con el hueón, tanto que ya me estoy creyendo la hueá que me dijo el Arturo.

—¿Qué te dijo?

—Que la Sofía me está cagando con el Charles—lo miré. ¿Decirle la verdad o no?

—Ah, pero el Arturo dice puras hueás—respondí. Mejor no decirle nada, no es mi problema lo que haga la Sofía en verdad, ella puede hacer lo que quiera, además el Erick igual la engañaba conmigo y ahora según el Erick terminaron así que es libre para hacer lo que quiera y si quiere estar con el Charles, bien por ella.

—En eso tenís razón si es una vieja copuchenta—se encogió de hombros. Arturo culiao ¿qué mierda le pasaba? Era mi amigo, pero hueón con esto no más, no le iba a hablar más a ese culiao maricón ¿cómo se le ocurría toquetear a la Sofi?

—Oye yo voy a ir a ver a la Sofía...—dije mientras me sentaba en la cama. Tenía que ir a verla, onda era mi amiga y ese hueón la tocó y quizás qué más le hizo.

—¿Qué? No, Agus, estay loca.

—Es mi amiga así que la iré a ver... no me importa lo que tú digas...

El Erick intentó convencerme de que no fuera a ver a la Sofía, pero no lo pesqué ni en bajá, la iba a ir a ver igual. Al final me ayudó a llegar a la pieza de la Sofi porque de repente me mareaba y me iba para el lado por culpa del golpe en la cabeza.

—Ya, ándate, de aquí puedo sola—le dije cuando estuvimos afuera de la pieza de la Sofía.

—Suerte—me dijo. Y se fue. Toqué la puerta de la Sofi. Después de esperar unos cuantos segundos la puerta se abrió y apareció la Sofía. Regia como siempre.

—¡Agus!—exclamó y me abrazó en un abrazo de oso—Pasa, pasa—me dijo. Me senté en su cama, ella se sentó a mi lado—¿Cómo estás? Perdón por no ir a verte...

Secreto || Erick PulgarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora