Cárcel, ahí era donde estábamos, las cuatro metidas en una celda, la Dani estaba amurrada en una esquina, mientras la Feña la intentaba calmar, la Sofía estaba sentada frente a ellas y las miraba de manera pensativa, supongo que igual se sentía culpable, o sea la vi agarrándose al Charles Aránguiz, al esposo de la Feña...
Vino un policía, nos miró y dijo alguna hueá en portugués, no caché nada, miré a la Dani.
—Dijo que no presentaron cargos en nuestra contra, pero necesitamos llamar a alguien que nos venga a buscar—respondió la Feña para mi sorpresa. Ahí recordé que ella había vivido en Brasil cuando el Charles jugaba en el Inter.
—Yo ni cagando llamó al hueón del Eduardo—respondió la Dani.
—El único número que me sé es el de mi papá—respondí—y no se puede enterar por nada del mundo que estoy presa o sino me mata y me mete a un convento—en verdad no creo que haría eso, pero no quería hacerlo enojar más, le iban a salir más canas al viejito por mi culpa.
—Yo no me sé el número del Charles—dijo la Feña. Todas nuestras miradas se dirigieron a la Sofía que estaba ahí con la mirada perdida. Suspiró ruidosamente.
—Parece que soy la única opción, yo llamo—dijo. Se paró de su asiento. La Feña le dijo algo al guardia. Él abrió la celda, la Sofía salió y se fue con él.
Después de unos minutos, el policía volvió con la Sofía quien se sentó donde estaba antes.
—¿Y llamaste al Erick? —pregunté. Ella hizo una mueca.
—No, ese hueón jamás contesta el teléfono—rodó los ojos.
—¿Entonces nos vamos a quedar aquí para siempre? —conchetumadre no podía, tenía que trabajar mañana.
—No, tranqui, llamé al Charles
—¿A mi esposo? —preguntó la Feña sobresaltándome—¿Por qué te sabes el número del Charles?—miré a la Sofía, se había delatado.
—Porque tengo memoria fotográfica para los números de teléfono—se encogió de hombros—y agregué a varios cabros la otra vez para jugar al PUBG—la Feña la miró suspicaz, pero no dijo nada.
—Eduardo siempre juega a eso y no me pone atención—resopló la Dani—y más encima me engaña. Cuando lo vea lo voy a matar, se los juro.
—Calma Dani—dijo la Feña—piensa las cosas primero, no tienes que ser tan impulsiva—era tan sabia.
—Si quieres yo te ayudo a pegarle—dije. La Feña me miró feo. Me encogí de hombros. Yo era así, peleadora, y hueón si la Dani quería matar al Eduardo yo la ayudaba, ya que no me daba para matar al Erick, así quizás me desquitaba.
—Gracias Agus—sonrió la Dani—pero quiero matarlo yo solita—dio una sonrisa malvada—oigan chicas perdónenme por meterlas en la cárcel.
—Tranqui—respondió la Sofi—Te entiendo uno actúa de manera impulsiva cuando descubre un engaño—la miré de reojo. ¿Ella sabía que el Erick la engañaba? ¿O la había engañado antes? ¿Y si cachaba que yo era la amante del Erick y por eso se quería hacer mi amiga? Ay ya me estoy pasando rollos ridículos, probablemente si lo supiera me habría ya sacado la cresta como la Dani a esa pelirroja.
—Yo te apoyo Dani, sororidad siempre—le dije. Aunque era una inconsecuente culiá, porque no aplicaba la sororidad con la Sofía, debería decirle que el Erick se metía conmigo hueón, pero ¿Y si me sacaba la cresta? Igual me lo merecía porque ahora la cosa había cambiado y me había seguido metiendo con el hueón aún sabiendo que es casado y quién es su esposa. Pero hueón pase lo que pase tengo que decirle a la Sofía...
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Secreto || Erick Pulgar
FanfictionLo de nosotros es un secreto, que nadie se entere Ante el mundo somos amigos Y lo hacemos escondidos....