09: El peso de la sangre

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   Madame había amanecido sentada en un sillón al lado de la cuna de Jackson, no quería ni siquiera verle la cara a ese hombre mal nacido hijo de perra, bueno en si su madre no tenía la culpa de tener aquel animal de hijo.

   Joshua entro a la habitación del pequeño infante tras haber tomado el desayuno. Encontró a la mujer recostada del sillón dando a notar la incomodidad en su rostro a pesar de estar dormida. Se acercó a la cuna y observó al pequeño, dormía de forma plácida, nada atormentaba su sueño y eso era lo mejor para un bebé después de haber escuchado los gritos de aquel ogro que dice ser su padre. Tras asegurarse de que todo andará bien con el bebé se acercó con precaución a la dame que dormía en aquel sillón a pesar de ser cómodo no era algo para pasar la noche, lo sabía pues porque está aún conservaba la misma ropa del día anterior. Cuando intento moverla vio como una jeringa caía de sus manos y al compás su ceño se frunció de forma involuntaria. Reviso los brazos de esta y en efecto vio el pinchazo en el brazo izquierdo de esta. Esa mujer estaba drogada. Suspiro con pesar ¿De esta forma Bond había destruido la vida de esa mujer? Lo desconocía. Cargo con dificultad a la madame entre sus brazos escuchando de forma inmediata cómo está empezó por decir incoherencias. Su temperatura era muy alta, debajo de sus ojos estaban unas pronunciada ojeras y su cuerpo estaba empapado de sudor. Con cuidado y sigilo la llevo a la habitación que la ama de llaves le había asignado. Abrió la regadera con el agua y debajo de esta se metió con aquella mujer la cual necesitaba ayuda. Solo tuvo el atrevimiento de quitarle la blusa ya que está no dejaba de ser la mujer de su hermano.

-No quiero- Escuchaba a la mujer hablar en un tono bajo sin abrir los ojos- Yo no lo pedí- Apostaría lo que sea que estaba llorando pero por el agua no era capaz de notar sus lágrimas- Solo quería vivir u conocer persona... Quería amar y ser feliz-

   Eran pocas palabras y sencillas a su vez, pero era suficiente para ablandar el corazón del más débil.

   Joshua luego de terminar de bañar a la mujer. Quitó lo que quedaba de su vestimenta y le coloco una bata de baño, luego la recosto en su cama dejando que descansará el tiempo que el cuerpo de la más joven se lo pidiera. Salió de la habitación para conocer un poco lo alrededores de la casa. Era bastante grande con una decoración Antigua ya que el gente estaba hecho en piedras de la época medieval y aún en la casa quedaban estatuas de la época. Tenía dos niveles, constando con 10 habitaciones y 7 despachos, varias salas de estar y una gran cocina. Con amplios patios entres árboles era una zona bastante fría y solitaria; el lugar perfecto para cometer los peores crímenes, el lugar perfecto para una persona como su hermano.

   De cierta forma el ambiente le había traído recuerdos de su niñez, bueno, de cómo era entrenado para el ejército y tomaba clases con su madre. A pesar de todo sus padres siempre se preocuparon por ellos, solo que no eran del tipo amoroso, sino, de aquellos que solo  se preocupan en dejar un excelente legado y que nadie hablara mal de sus generaciones ; pero esa última no era la mejor por dos personas; Zachary y Matías, los dos más pequeños de la casa. Matías era el más guapo de los varones, nunca aumentaba de peso a nivel de musculatura y desde temprana edad tenía esas tendencias femeninas y fue hasta los 14 años que se cansó de la educación militar y se confesó ante la familia siendo gay y padre que siempre fue un homofóbico no lo pudo aceptar y por ello lo mandaron a vivir a casa de una tía lejana a New York, madre siempre le enviaba dinero para que se mantuviera, por eso el siempre la ha querido de forma incondicional y desde que padre había fallecido hace 5 años el era el que se encargaba de cuidarlo. El amor de madre siempre fue más allá de si misma a pesar de saber que su hijo estaba casado con otro hombre y habían adoptado a una niña. Y luego Zachary; el que peor había actuado. Zachary desde su nacimiento era el favorito de padre ya que su rostro era igual al de el, siempre fue recto y una bestia a la hora de destrozar a sus enemigos, pero tanto poder y capacidad fueron los detonantes de su miseria.

   Luego de rondar por la casa, busco una bandeja de frutas, panes y jugos en la cocina para llevarlo a la habitación donde se encontraba la mujer reposando, pero antes de llegar se topó con su hermano menor.

- ¿Para dónde vas con eso?- Pregunto el menor de los dos- ¿No me digas que después que te retiraste del ejército ahora tienes mañas de mujercita como Mati?- Pregunto con sarcasmo-

-Quizas esto sea para alguien más- Respondió con calma- Ya que cierta persona no alimenta a los animales que tiene en casa- Sonrió con malicia al ver el rostro de desagrado del otro-

-¿A qué te refieres capullo?- Pregunto con soberbia y mirando con indiferencia-

- Más sabe el diablo por viejo que por diablo- Dijo con la finalidad de que se escuchará como un consejo-

  Escucho a su hermano retirarse tras ver unos hombres en trajes formales entrar por la puerta. Aquella mirada de desprecio que su hermano le lanzó le hizo reír a carcajadas ya que eso le recordaba cuando ambos eran pequeños. A veces quería creer que su hermano era un incomprendido, pero no que era malo, sino, una persona con una forma de pensar errada que nunca encontró a alguien que le llevará por el buen camino.

   Suspiro con cansancio tras entrar a la habitación y ver a su cuñada sentada en el borde de la cama derramando amargas lágrimas.

-Te traje el desayuno- Comento con rectitud- Bueno ya sería la merienda con la hora que es- Intento forzar una sonrisa sincera pero era algo que el ejército le había arrancando- ¿Cómo te sientes?-

-Y...yo- Su rostro notaba confusión, quizás y ella pensaba que el era igual a Bond pero una cosa no tenía que ver en nada con la otra- No se, creo- Tomo aire antes de relajarse completamente- Estoy mejor que ayer-

   Joshua tan solo asintió y colocó la bandeja encima de la cama. Tomó asiento a un extremo de esta en silencio mientras veía de reojo a la mujer comer. El silencio iba de lo como a lo incómodo. Ella debía estar confundía o por lo menos alterada ya que no siquiera tenía puesta una ropa y estaba en una habitación a la cual nunca había ido.

-Fui a ver al pequeño y te encontré dormida en el sofa- Comenzó por explicar- Estabas delirando por la mierda que te metiste, te metí a la ducha y luego te acosté aqui. No te toque con malas intenciones- Aclaro mirando al frente antes de subir un pies encima de otro tras notar que está ya se había soltado- Te traje aquí para que descansará un poco de mi hermano se la basura en la que se ha convertido y pues es un placer conocerla al fin. Con todo es la única que se que lograra soportarlo- Confesó de forma sincera-

Bueno así es como veo a Joshua el hermano mayor entre los machos, un viejo bien suquitruquis. Esta orientado a partir del punto de vista de el

Madame TragedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora