12: Cuenta por saldar

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Luego de haber firmado los tan afamados papeles que su familia exigía le fue notificado el disturbio que se había armado en el parque con su hermano y mujer ¿Y quién en Wellington no conoce a los Williams? La noticia había corrido por todas las calles hasta llegar a sus oídos. Había maldecido en voz baja antes de emprender su marcha hacia el destino de la acusación ¿Por qué su hermano la había llevado a un sitio tan céntrico? No era por preocuparse o presumir pero con todos los enemigos que tenía en la zona era más que predecible que algo le pudiese suceder a Madame y justamente el que provoca tal situación es el padre de la difunta Jazmín ¿Y todo para qué? Con la simple excusa de hacerle sentir dolor o sufrimiento a Bond tras la muerte de su esposa actual ¿En eso que le podía afectar a él? Si en más de una ocasión había atentado contra la vida de la mujer. A decir verdad el era ciertamente egoísta ya que siempre tenía seguridad a su disposición pero el nunca le había otorgado seguridad a Isabelle es que no se le había ocurrido antes que para llegar a él, ella era un método ¿Tan poco interés le tenía? Se encargó de disolver la situación pero sin antes mandar a sus hombres para que se llevasen a su ex-suegro, tenía una charla pendiente con el de hacía varios años. Estaba calmado bajo la situación de Madame, situación que desconocía en el hospital ya que nadie se acercaba a decirle el estado en el cual había terminado su esposa, aunque tampoco se preocupaba, ese era el sabio ciclo de la vida: nacer, crecer, reproducirse y morir, al final todos siempre mueren pero entonces Madame le da la sorpresa que no esperaba y ni siquiera le pasaba por la cabeza, estaba esperando un hijo ¿Deseaba el acaso tener un hijo? Ya tenía al pequeño Jackson que a pesar de no ser nada suyo poseía esa cierta familiaridad que para el era más que suficiente, desde la gran pérdida que tuvo de joven, ya no le interesaba formar vínculos tan fuertes con las personas, así que un hijo al cual le tenía simpatía estaría bien; matarlo o perderlo no iba hacer tan gratificante, pero entonces ahora venía en camino un hijo de su sangre, de su carne, de la mujer que el había hecho a su semejanza. Estaba jodido.

Una debilidad se empezaba a crear.

Con o sin Madame la vida continuaba, bien o mal, debía seguir intacta. Sin aquella obsesión de sentir dependencia de alguien y ahora venía esta mujer a quedar embarazada. La misma tierra que le había quitado a su primer hijo, ahora intentaba arrebatarle al segundo, que ironía. Perder a otro hijo era algo de lo cual no se podía dar el lujo, tenían que pasar por encima suyo antes de arrancarle lo que por ley le pertenecía, ahora se sentía como una fiera en celo la cual se ve forzada a cuidar y proteger a su familia pero era un pensar suyo que absolutamente nadie se podía permitir escuchar.

Tenía a su nueva víctima esposada a una silla, vestido de forma elegante ya que ese sería su funeral, lo que el había iniciado sería obligado a terminarlo otro hombre. Porque ese hombre que intento acabar con su nuevo motivo de ser, fue quien lo metió a ese mundo de drogas, el fue el primero de los pioneros visibles que se dió a conocer ¿Pero quién se encargaba de mover los kilos desde la oscuridad? Pues sencillamente su suegro, el cobraba la pasta o la transportaba pero la búsqueda de esta era de esa vieja alimaña. Era su culpa la muerte de Jazmín, pero el causante fue el progenitor de su difunta esposa, Zachary nunca se divorcio de ella ya que simplemente se había convertido en viudo.

La esposa de un joven desdichado le era infiel con la muerte y la mujer de un desgraciado excéntrico era una esclava de su calvario.

Se había posicionado frente al hombre mayor, al igual que el iba vestido de una forma elegante.

-Entonces querido suegro ¿Quería llegar a mí por vía de mi esposa?- Río de forma sarcástica- ¿Quién le dijo que ella me afectaría de alguna forma?- Se quedó observando al hombre el cual tenía una mordaza en la boca impidiéndole el habla y con unos ojos que inyectados de miedo no le quitaban la vista de encima- Por vengar a Jazmín. Si no me hubiese enseñado aquel negocio que lo hacía un hombre poderoso su hija estaría hoy viva y su nieto con nosotros así que los culpables de esa muerte y desaparición somos dos- Suspiro antes de dar un fuerte puñetazo en la nariz del hombre- ¿Sabes que si me molesto de tus acciones? Que esa perra a la que intentaste matar está embarazada ¿Sabes de quién es el hijo que espera? Pues es mío- Ofrece otro golpe pero esta vez en el estómago- Y ambos están en riesgo en el hospital y todo por culpa tuya. Me quitaste una familia una vez y ahora no voy a permitir que se repita lo mismo-

Le había dado inicio a una nueva generación a la mafia de Nueva Zelanda. Había llevado al hombre a las afueras de la ciudad pues sabía que todo lo que se movía en el país o por lo menos la mayoría de cosas ese hombre era el responsable de ello y Bond se encargaría de tomar su puesto. Secuestrar a ese hombre era un riesgo para toda la familia Williams pero Bond se haría sentir demostrando cual lado de la balanza lleva más peso y el solo con dos matones se había proclamado como señor de todo.

Luego de verter un galón de gasolina encima de aquel que antes se le rendía tributo y lanzarle una cerilla encendida el espectáculo había inicio. El cuerpo ardiendo en llamaradas que tan solo demostraba la venganza que Bond recién cumplía, la cuenta que por años tenía que cobrar y allí iniciaba la protección incondicional hacia su hijo que venía al mundo.

-Es momento de prepararse- Comento Bond observando el cuerpo casi calcinado de su ex-suegro- Esto a penas comienza-

Madame TragedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora