26 años habían pasado desde que su primer descendiente había nacido, 26 años de que su hijo ya era todo un hombre, 26 malditos años y nunca lo había visto. Habían regresado a Francia luego de un mes, por lo menos hasta que Madame estuviera en condiciones de viajar, Bond tenía aquel alivio en el pecho de por fin haber parado con su hijo, aunque aún no lo conocía y no sabía cómo sería era irremediablemente feliz de poder tener la satisfacción de conocerlo a fin.
Desde que había llegado a Francia cuando aún tenía 20 años había comenzado la investigación para dar con el paradero de su heredero real ya que su sangre era la original y era el mayor de todos, llevando su título por ley hacer un hombre. Casi perdió las esperanzas pero nunca la fe, ya que lucho hasta poder dar con el, sería lo único que le cumpliría a Jazmín después de muerta y lo único que valdría la pena.
Todo culminó cuando sus hombres dieron con el muchacho, ya que este había sido enviado a un país que no le simpatizaba en ningún aspecto de la palabra y todos esos años su hijo había estado allí. Sus hombres se encargaron de explicarle al muchacho todo para que esté aceptará aunque sea visitar la casa del viejo Bond y con efectividad este accedió ya que tenía curiosidad de conocer a su padre biológico y otra cosa era que al enterarse de toda la historia no había porque guardar rencores.
Bond había mandado a limpiar toda la casa y a qué preparan distintas variedades de platillos, habría fiesta en su casa ya que lo único que había hecho con amor en el mundo volvía a él, es como que una parte de Jazmín volviera a su puerto. Ahora si tendría a su hijo y hasta le convencería de quedarse a vivir con el y si ya había formado a una familia pues no había problemas en vivir todos juntos ya que la casa que poseía era bastante grande. Lo único que importaba a ciencia cierta era la presencia de ese muchacho, de qué volviera a los brazos de su progenitor el cual nunca logro conocerlo.
Cuando Bond recibió la prueba de paternidad que vio ese 99, 9% de probabilidad quiso hacer tantas cosas porque sentía que iba a explotar pero al final reservo toda su emoción dentro, no valía la pena expresarle al mundo lo bien que se sentía. Había tenido dos razones para ser feliz después que llegó a Francia, la primera era el bebé que Madame esperaba ya que era de su sangre y la segunda la aparición de su hijo perdido.
El que conociera a Bond lo menos que pensaría es que a este hombre le interesará la idea de tener hijos, pero para el era una de las cosas primordiales en la vida, ya que era la única forma de que algo exclusivamente suyo se quedará en la tierra aún después de el partir.
El día había llegado y Bond esperaba a su hijo en la entrada de la puerta de su casa, con una Madame bien cambiada y con Jackson en sus brazos. Isabelle apreciaba el entusiasmo vibrante que tenía Bond a flor de piel y es que nunca pensó en verlo entusiasmado de tal forma, pero valía la pena verlo así aunque fuese una vez en la vida y es que Madame no podía mentirle a nadie, ella como desde el primer momento en que lo conoció cuando aún era una niña lo visualizo como un príncipe azul por su mente infantil y ahora de forma adulta lo ve más bien como el villano y es que con todo eso ella amaba a ese hombre de forma profunda y muy dentro de su pecho, aunque era la primera vez en admitirlo no podía negarselo a nadie y mucho menos ahora que esperaba un hijo suyo.
Las puertas se abrieron dejando ver a dos guardaespaldas de Bond y aún muchacho en medio de ellos. Madame sintió como el alma salió de su pecho y su corazón oprimido le llevo a la iniciativa de abrazar a Jackson un poco más en sus brazos.
- Madame Isabelle este es mi hijo James- Comento Bond tras palmear la espalda del muchacho- Hijo esta es mi esposa Isabelle y el pequeño en brazos es tu hermanastro, Jackson-
Isabelle tomo aire ya que sentía que se iba a desmayar, y es que ella conocía a James de pies a cabeza. Sus cabellos rojizos, sus tatuajes en el cuello, sus malditos ojos azules que había heredado de su padre, y los mismos ojos que tenía su hijo, todo eso debería ser una broma pesada. Y ella sabia que Bond cuando envío a darle la paliza no tenía conocimiento de quién era el muchacho más sus guardaespaldas si, quizás por la paliza de aquella vez ellos no le confesaron a Bond que el padre del pequeño Jackson era su propio hijo.
Ahora todo tenía sentido, la familiaridad del bebé con Bond, el parecido que ambos tienen y es que hasta ahora Bond tenía en su casa a su nieto.
Aunque había algo que no cuadraba ¿Cómo James tenía 26 años si a ella le había dicho otra cosa? Se ofreció un golpe mental así misma, pero claro, todo lo había hecho para ligarsela.
El joven que recién llegaba se guardo la impresión para sí mismo. No sabía, pero había llegado a la boca del lobo.
Todos habían pasado a la mesa donde Bond y James hablaban de cosas amenas, poniendo uno al otro del corriente de su vida. Madame solo procedió a guardar silencio y escuchar la conversación que mantenían. James la observaba de reojo de vez en cuando y es que era poco creíble la situación.
- Fue a parar en Canadá y fue adoptado por unos padres homosexuales- Río Bond tras comentar aquella información y tomar un poco de vino- Mi hijo es todo un artista, Isabelle. Para qué veas de qué están hecho mis genes-
Y Madame sabía de qué los dos hijos de Bond compartían el mismo material genético y ni siquiera Bond era el padre de Jackson pero si era su nieto y el hijo de James. Que maldita historia.
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Madame Tragedy
Teen FictionBuenas. Este es el tercer y último libro de la trilogía Madame Orgasmos. Aquí pretendo darle significado a todos los cabos que deje suelto en los demás capitulos. Espero que la espera haya valido la pena, estaré subiendo capitulos diarios o semanale...