Madame Tragedy

07: Lagunas

   En una noche cálida en Nueva Zelanda justamente en su capital Wellington, nacía en su casa con ayuda de una partera Zachary Williams un 23 de abril del 1976 siendo protegido por el signo de tauro, el signo de la tierra y el más testarudo del zodíaco. Teniendo la última posición entre sus cuatros hermanos y siendo el más parecido a su padre. Creció con rectitud y disciplina sin saber bien que era el amor de una madre o un padre; su madre daba clases en la universidad de filosofía y su padre era el general del ejército y efectivamente el sería un soldado más en su familia. Su hermana la mayor de todos se había casado con un conde mientras ella era médico y  ya tenía dos hijos, el hermano que le seguía a esta ya era primer general de la brigada un hombre formidable y valiente mientras que el hermano que le seguía a él era un maricon de mierda el cual fue expulsado de casa, su padre no reconocía a un ser que deseaba con ansias ser otra persona. No podía asimilarlo, su sangre era de fuertes guerreros y hombres valientes, no de maricones incomprendidos por la sociedad y que buscan ser aceptados. Bajo sus narices eso no ocurriría y su madre solo hacia lo que su padre le permitía.

   Zachary creció como su otro hermano, privado de la escuela y las amistades. Recibía su educación en casa por su madre y la otra parte de su vida solo se le era permitido dedicarse la al ejército. Solo sabía de esas cosas; cultura, matemáticas, filosofía, literatura, entrenamiento, armas y del combate cuerpo a cuerpo.

   Siendo una máquina hecha para matar desde el vientre de su madre. A la edad de 16 años cuando se le permitió conocer el mundo no tuvo las mejores juntiñas y ya que nunca se había relacionado con algo del exterior, lo nuevo le resultaba fascinante. Descubrió que tenía habilidades a parte de su educación digna de cualquier rey o formación académica; tenía una habilidad innata de engañar a las personas. Una noche de esas tantas que pasaba fuera de saca cuando escapaba de la milicia mató a un hombre en un bar que frecuentaba y todo por una maldita apuesta, aquel fue su primer asesinato a sangre fría y eso le encantó. Cuando sintió la sangre caliente en su rostro y vio sus manos manchadas algo dentro de su estabilidad se corrompió de forma súbita.

   Fue a la guerra enlistando se en la primera línea el único en salir vivo de ella fue el, con apenas rasguños en su cuerpo pero con lagunas profundas en su mente. Faltando un mes para cumplir los 17 se le había obligado a contraer matrimonio con la hija de un hombre que se movía a nivel de negocios comerciales y todo porque Zachary no se había aguantado y dejó embarazada a la joven. A los 18 volvió a la guerra como era  la norma. Pero dejaba algo grande tras el; una familia que recién había formado y sentía no merecer. Se conocía en el ejército como el señor Bond una pequeña broma que tenían sus compañeros con el al compararlo con el agente secreto y todo porque era un hombre tan sigiloso y astuto en combate que era el soldado con más bajas enemigas.

   Amaba a Jazmín y día tras día en su tienda del campamento le rogaba a los cielos que sus cartas llegarán para saber cómo su hijo estaba ya que el bebé había nacido y el aún no volvía a casa. Sabía que no la merecía porque el había hecho cosas malas tenía las manos manchadas.

   La guerra lo había traumado y el no podía decir con seguridad el porque. Quizás porque había iniciado muy joven asesinar personas, tal vez las granadas explotando a metros de él le talaban la cordura, quizás el recoger los cuerpos de sus compañeros era mucho para él porque nunca temió el día que lo recogieran a él a pesar de haber vivido tanto en tan poco tiempo tenía el presentimiento de que no iba a morir joven. Comenzó con el contrabando dentro del ejército moviendo kilos de cocina y éxtasis al igual  fuera de este en las calles de Nueva Zelanda; algo de lo cual nadie tenía conocimiento y el tan solo guardaba sus ganancias para un futuro pero todo se fue a la mierda cuando un negocio con personas detestables salió jodidamente mal.

   Y lo que había hecho con las manos lo destruyó con los pies. Tras regresar a casa una mafia había hecho de las suyas. Encontró a su esposa muerta con un balazo en la cien y su hijo desaparecido que hasta el momento absolutamente nadie sabía su paradero. Eso fue la gota que lleno la copa.

Hizo todo ante esto. Pero ya no era Zachary prefería que lo llamen el señor Bond. Cazo uno a uno de los hombres de la mafia personas que movían el dinero en su país y a parte de todo eran aliados de su ex-suegro el cual lleno de odio y resentimiento por la muerte de su querida hija exhibió al joven Williams ante toda la sociedad y el gobierno. Esto conllevó a que le sacarán del ejército y su padre lo echará de casa y hacer un exiliado de su país. Bond buscó refugio en Francia donde hizo lo que estaba entre sus manos para vivir porque con todo el dinero que tenía guardado ya no era un sobreviviente.

   Pasó de ser un don nadie a ser el Señor Bond conocido en todo el bajo mundo de Francia. Pasó hacer un narco de primer nivel y a relacionarse con los grandes, uno de los más grandes en el tratado de blancas y prostíbulos. Un distribuidor y el mercenario de alta clase favorito de todos. Ese era su legado. Un legado que lo llevó a la más grande locura que es su vida y la falta de estabilidad mental.

   Y si lo escribo yo es que no hay una persona en el mundo que le conozca más. Ya que soy su primera pieza preciosa en su colección.

Charlotte Legrand "Madame"

   Isabelle abrió los ojos al más no poder al leer el contenido de la última carta que habitaba en esa caja. Ya no había nada más que ocultar, todo estaba más claro que el agua. Madame sintió un leve temblor en sus manos ya que su madre se llamo Charlotte y ella misma firmaba Legrand antes de casarse con Bond. Aquello era un círculo vicioso que al parecer se va repitiendo. Tomo a su bebé entre brazos y lo abrazo con pesar recién se daba cuenta del error que había cometido.