Capitulo 3: "tu as oublié ça"

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   Había escuchado bien? Por qué me estaba diciendo eso?

   Arrugué mi cara, pensando en si lo que había escuchado era correcto. Tal vez mis oídos fallaron.

-Qué? -Solo pude preguntar.

-Que te quites la ropa. -Repitió con tanta tranquilidad que me perturbé y aferre más mis dedos a la carpeta negra donde antes estaban mis pinturas.

-Por qué haría eso?

   El nerviosismo me mataba pero, una vaga idea de que quería pintarme me invadió. El mismísimo Harry Styles quería ilustrarme y eso me fascinaba, me hacía sentir bien. Hasta bonita. Debo admitir que quitarme la ropa frente a un desconocido y estando comprometida me daba un poco de vergüenza. Pero imaginarme siendo pintada por esta persona hacía saltar mi mundo.

-Para tener sexo. -La desilusión y asco cayó en mi inmediatamente.

-Perdón? -Alcé la voz. -No quiero acostarme con usted.

   Me miró un poco confundido entrecerrando los ojos y luego río negando la cabeza. Se paró y apagó el cigarrillo que estaba fumando en el cenicero casi rebalsado de colillas.

-No es lo que buscas? -Sé acercó a mi e intentó acariciar mi brazo, pero me aparte para que no pudiera tocarme. -No sé por qué te asustas, tú querías esto.

-Yo no quería esto! -Grité enojada. -Por quién me tomas?

-No te alteres, si? Creí que querías lo que todas quieren. Me muestras tus pinturas, tenemos sexo y te contacto con un tonto representante artístico para que venda algunos de tus dibujitos y ya. -Volvió a encender otro cigarro.

-Dibujitos? -Me sorprendí por la manera despectiva de referirse a las obras. -Solo... -Suspiré intentando calmarme y no gritar, estaba en su casa y aunque él no me había respetado en lo más mínimo, tenía principios y modales. -Solo quería que los veas y me dijeran si eran buenos o malos, quería una opinión sincera de lo que piensas.

-Por qué? -Volvió a reír. Me hacía sentir cada vez mas avergonzada y caí que lo que decían era real, era un hombre horrible.

-Porque eres un gran artista y... -Cerré los ojos e inhalé, todo esto era en vano. -Ya no importa, me voy.

-Espera, espera. -Me siguió a la entrada, hasta que pudo alcanzarme y tomar mi brazo. -Por qué?

-Yo no creo que sea tan buena como para poder conseguir algo, realmente. Quería que lo confirmes. -Dije sincera y me tomé el atrevimiento de rebajarlo con la mirada. Luego de esa asquerosa escena, ya no lo veía como antes. -Y creo que ya lo hiciste.

-Yo no confirmé nada. Escucha...

-Angelina. -Le recordé.

-Escucha, Angelina, tus pinturas son buenas pero si no te inspiran a ti, es basura. -Tiró un poco de mi brazo, haciéndome entrar nuevamente a la casa y cerró la puerta. -Por qué crees que no eres buena?

   Me daba un poco de miedo como me miraba, antes era seductor y sonriente, ahora, creo que me mira con... enfado?

-Nunca sé que pintar. Nunca hay algo que realmente quiera pintar. Solo copio.

-Copias? -Rió. Por qué me hace sentir tan pequeña? -Eso es basura.

-Lo sé. -Mis ojos pesaban del agua que estaba conteniendo, quería irme. -Realmente sigo cada regla del arte y...

-Regla? -Me interrumpió juntando sus cejas.
-Niña... el arte no tiene reglas, en qué estás pensando?

-En la universidad... -Seguí hablando pero me volvió a cortar en medio de la frase.

-Ya no importa, tienes un bonito título para colgar en la pared, si. Pero todo eso es basura ahora.

-Eres talentosa, sabes que hacer, solo busca la inspiración. -Abrió la puerta nuevamente, haciéndome entender que era hora de irme o tal vez, estaba echándome.

   Salí de ese horrible lugar sin decir adiós, estaba enojada. Mis zapatos hacían ruido por las vacías calles mientras mi cabeza no dejaba de pensar; acaso todo fue en vano?

   Llegué a casa cerrando la puerta tras de mí, dando un largo suspiro. Para mi suerte, Belmont no estaba en casa, no tenía ganas de contar lo sucedido hace un rato y escuchar un gran "te lo dije" de su parte. Sabía que él siempre terminaba teniendo la razón pero sólo quería intentarlo, quería darme la cabeza contra la pared las veces que fueran necesarias para conseguir lo que quiero pero, ya me había cansado.

   Tuve que cambiarme apresuradamente con la ropa del trabajo del restaurante para llegar a tiempo, corrí, literalmente, hasta el lugar. Apenas llegué vi a varios clientes sentados merendando y hasta algunos almorzaban aunque ya era un poco tarde para eso. Pasé directamente a la cocina encontrándome con mi compañero mientras me colocaba el delantal, él solo me saludó y se fue, su turno terminaba apenas yo pisara el restaurante.

   Como ya toda la gente estaba atendida y concentrada en sus cosas, me dediqué a limpiar una de las mesas con un trapo húmedo, puedo jurar que estuve más tiempo del que debería haciéndolo pues, una loca idea de volver a casa en Australia y trabajar con mi hermano me invadía. Ya había hecho toda una vida en Paris, tengo amigos y pareja aquí, pareja con la cual probablemente me casaría en unos meses, tengo un título universitario que no sirve en nada, desperdicié muchos años de mi vida aquí, en esta hermosa ciudad. La ciudad de mis sueños me había engañado completamente.

-Señorita! -La voz de uno de los clientes me distrajo, haciéndome ir hasta él luego de tirar las migas en el cesto.

-Buenos días, disculpe la demora. Puedo tomar su orden? -Saqué la lapicera y la pequeña libreta de hojas lisas, lista para anotar lo que pida. -Que...? -No siquiera sabía que preguntar realmente apenas le vi la cara. Harry Styles estaba sentado frente a mi.

-Vine a traerte esto. -Deslizó por la mesa las hojas ilustradas por mi con sus dedos decorados de anillos.

-Gracias. -Dije seca colocándolos bajo mi brazo rápidamente y volviendo a poner la birome sobre el papel. -Que desea pedir?

-Nada. Necesito hablar contigo.

-Estoy trabajando y no hay nada que hablar, ya has dicho todo hace apenas unas horas. -Metí de nuevo las cosas en el bolsillo de mi delantal.

-No, Ángela...

-Angelina. -Corregí.

-Angelina... tus pinturas son buenas. Te ayudaré. -Sé acostó sobre el respaldar de la silla sin dejar de mirarme fijamente.

-No me voy a acostar con usted. -Le recordé, me estaba hartando de este hombre. Cree que porque tiene un poco de éxito en el rubro puede acostarse con todas las novatas? Maldito machista.

-Lo sé. Por eso quiero hablar, me gustaría ayudarte porque eres buena y estás desperdiciándolo. Vuelve a mi casa hoy, pintaremos como debes. -Sin dejarme decir nada, se levantó y se fue, dejándome confundida nuevamente.

   Escuché el grito de mi jefa enojada por dejar que el cliente se vaya sin consumir nada, cerré los ojos y suspiré para no mandarla al diablo. Estaba cansada de este restaurante y esta vida horrible.

painter |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora