Capitulo 9: anges ou enfants?

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   La cocina no encendía, no tenía idea si era por gas o el fuego, así que en los cajones busqué un mechero. Me sorprendí cuando en uno de los cajones encontré los viejos sahumerios color violeta que solía prender por toda la casa para relajarme. Lleve uno hasta mi nariz sintiendo el aroma fuerte a lavanda que tanto me gustaba.
Seguí en la busca del mechero y con él encendí la cocina y un par de largos palillos con olor a lavanda para perfumar la casa.

Los fideos se cocinaban lentamente en el agua hirviendo. El olor a sahumerio aumentaba cada vez más.

Han pasado tres días desde que hablé con Roger y me había comentado lo mismo que Harry aquel día, la exposición era el día de mi boda y no podía cambiar la fecha ya que esa galería era muy concurrida por otros artistas o distintos eventos en ella. Pensé un millón de cosas para hacer posible todo en un mismo día pero los horarios no me coincidían, era imposible. No podía cambiar la fecha de la boda, en lo absoluto, y tampoco quería perderme esa gran oportunidad que nunca se volvería a presentar. Estaba en una batalla interna constante de cómo podía hacer las cosas.

La puerta se abrió haciéndome sentir la energía negativa entrar en la habitación. Un Belmont todo nervioso y con el ceño fruncido me hacía entender que no fue un buen día en su trabajo.

-Que es ese horrible olor? -Dijo apenas me vio allí parada. La cara de disgusto se intensificó al darse cuenta que lo que no le gustaban eran los sahumerios. -Otra vez, Angelina? Va a venir mi socio en un rato y la casa tiene este olor espantoso. -Dejó su maletín violentamente en la mesa arrancando los palillos perfumados, apagándolos y tirándolos a la basura.

-Te podrías calmar un segundo? Qué te está pasando? -Abandone la cocina, apagando la hornalla ya que el spaghetti estaba listo y para ponerle mas atención al manojo de nervios que tenía en frente como novio.

-Tengo un mal día. -Ni siquiera me había mirado, ni siquiera me había saludado. Solo sacaba la computadora de su bolso para prenderla y continuar con cualquier cosa que tuviera que hacer.

-Necesitas relajarte. -Hacía lo posible por ignorar la mala forma de hablarme, trataba de entender que su día tal vez había sido extremadamente difícil. Me acerqué más a él para dar un masaje en sus tensos hombros llenos de nudos. -Por qué mejor no piensas en algo más tranquilo? Como que ya es nuestra boda... -Apoyé mi cabeza en su espalda, abrazándolo, pero su rigidez no cesaba. -...nuestra luna de miel y...

-Angelina, no es momento. -Se sentó en frente del portátil comenzando a teclear, dejándome parada hablando como una tonta.

-Nunca es momento. -Sabía que no debía comenzar a decir esas cosas en ese preciso momento, pues ninguno de los dos tenía el humor para entablar una madura y razonable conversación. -Belmont, hice todo lo de la boda yo sola.

-Y qué más quieres? Haces la boda a tu parecer. -Por fin dirigió su vista a la mía, brindándome toda su negatividad y enojo. -No tengo tiempo para todo eso.

-Todo eso es tú boda también. -Mi voz se elevó, no soportaba que me tratara de esa forma, yo no tenía la culpa de sus problemas laborales.

-Podrías tirar perfume? Todavía se siente ese horrible olor. -Sacudía su mano en el aire con cara disgustada, ignorándome.

-Belmont! Hace meses no salimos juntos, hace meses no hablamos como antes, hace meses no nos acostamos!

-Si ese es tu problema... -Suspiró pasando sus dedos por las sienes. -... cuando termine con esto podemos...

-Oh, vete al carajo! -Tiré un trapo delgado que estaba en la mesada encima de él, por supuesto, no le hizo nada de daño. No era mi intención hacerle daño tampoco.

   Caminé hasta mi habitación de pintura, quería estar sola y esa era mi cueva, mi refugio. Donde podía hacer lo que yo quiera sin ser juzgada.

   No sé cuanto tiempo estuve sentada en el piso mirando el atril vacío listo para colocar un bastidor y llenarlo de bellas líneas. Finalmente logré levantarme y comenzar.

   Las horas pasaban y mi ropa cada segundo estaba más y más llena de pintura, la noche había caído. Yo seguía allí. Sin parar mis manos.

   Bebés revoloteando en nubes y flores plasmados en el lienzo era a lo que había llegado, que significaba? Acaso tenía un significado por mi estado de ánimo? Acaso la definición de lo que había dicho a Harry sobre el arte era errónea? Pues bebés con alas no tiene ninguna comparación con un prometido. Pelearse con tu futuro esposo no tiene relación con los ángeles y las flores.

   Por qué el arte era como la prostitución?

   Y lo entendí, creía. El enojo y desilusión por la reciente pelea con mi novio desapareció en un instante.

   No era su culpa. Tampoco la mía. La vida es tan complicada y acelerada, tan pocos tienen el privilegio de disfrutar horas de pintar despreocupadamente. Él no poseía ese poder y no lo culpo, su trabajo era complicado y molestarlo con el casamiento no fue buena opción.

   Corrí rápidamente buscándolo por la casa, recorrí la cocina, living y hasta el baño pero no estaba. Se encontraba en la habitación, con sus ojos cerrados y por fin en muchas horas, el rostro relajado. Lo moví un poco suavemente para no asustarlo, es que necesitaba despertarlo, necesitaba decirle que había descubierto el conflicto y con el resultado tal vez alinearnos.

-Angelina... -Dijo abriendo los ojos mientras se sentaba en la cama. -Creí que no dormirías conmigo.

-Estuve pensando.

-Yo también y lo siento mucho, tienes toda la razón. -Acariciaba mi brazo una vez sentada en la cama junto a él, dándome cariño. -Nuestra boda es muy importante y nada tiene que interferir.

Sentí una desconocida punzada en el pecho horrible, una parte de mí pensó en la galería y otra parte me reprochó ya que él tenía razón. Lo mas importante somos nosotros ahora.

-Que pensaste? -Preguntó.

-Estaba pintando y...

-Lo noto. -Rió pasando el dedo por mi mejilla limpiando algún resto de pintura, haciéndome reír también.

Un largo silencio de mi parte, viéndolo a los ojos, pensaba en lo que había descubierto hace unos momentos era correcto.

-Tengamos un hijo. -Sé alejó para verme mejor y arrugando su frente, totalmente desconcertado. -Ahora.

No reaccionaba y eso me provocaba más intriga y ansiedad de la que ya tenía pero, al sentir sus labios plantándose en los míos y sus dedos clavados en mi cadera supe que era lo correcto.

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Hola! Les regalo otro capítulo
Espero lo disfruten 🖤

painter |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora