-Todos se concentran en Mona Lisa pero has visto La belle ferronnière? Es increíble. -Hablé caminando junto a él, mientras veíamos cada una de las obras. Ya sabía de memoria su posición de tantas veces que había ido pero nunca me cansaba.
No tenía idea cómo había llegado al museo finalmente, supongo que la culpa de que me esté esperando en la noche me hizo levantarme. Y aquí estábamos. Sorprendentemente, apreciar arte me hacía mejor de lo que esperaba.
-Tienes razón. -Sonrió. -O las hermosas esculturas que hay. El esclavo moribundo es magnífica y tiene tanta historia, es increíble...
Como era de esperarse, no había nadie en el museo, por qué iría alguien a un museo a las cuatro de la mañana, ni siquiera a mi se me hubiera ocurrido. Pero pude descubrir que es hasta mejor que ir en el día.
-Siempre me interesó la escultura, pero nunca me animé a intentarlo. -Siguió hablando.
-Deberías. -Le sonreí y él también lo hizo.
-No creo que sea tan bueno. -Negó con la cabeza mirando al suelo.
-Yo creo que si lo serías...
Repentinamente paró frente a una hermosa escultura, analizándola a detalle. Se notaba que le gustaba mucho, irradiaba pasión por el arte en todo su ser, era admirable y entendía muy bien por qué estaba en la posición que estaba.
El amor al arte que tenía era más que notorio. El blanco brillante que irradiaba su aura me hacía entender que su creatividad estaba siendo exhibida en su máxima expresión.
-Quiero mostrarte un lugar del museo que nunca viste.
Pasó por el largo salón lleno de lienzos hasta la puerta final, yo solo lo seguía. Comenzó a subir la larga escalera que había, ya conocía el lugar pero al abrir una desconocida puerta que decía "solo personal autorizado" me paró el corazón. Donde estábamos yendo?
Al ver que no entraba a la habitación tomó mi mano y me introdujo en ella, cerrando despacio la puerta para no hacer ruido para que nadie nos encontrara.
-Estás seguro que podemos estar aquí? -No era una persona de meterme en lugares a los que no podía y menos en un museo tan prestigioso, si llegaban a anular mi entrada podría, literalmente, matarme.
-No, pero vale la pena. -Prendió la luz y pude ver por qué lo decía.
Hermosas esculturas que no eran exhibidas públicamente en el museo deleitaban mis ojos, no podía creerlo. Caminaba lentamente para ver a detalle cada una de ellas.
-Mierda. -Lo miré con una sonrisa, el me observaba apoyado en la puerta. -Por qué no se puede entrar a este lugar? Es hermoso.
-No tengo idea... -Elevó los hombros junto a sus palabras. -Haré una galería mañana... estás invitada. -Dijo caminando a mi lado y mirando la Venus de Milo frente a nuestros ojos.
-No puedo. Volveré a casa.
-Con tu prometido? -Pude notar cómo fruncía las cejas y me observaba inquietante aunque no lo estaba mirando, pues las esculturas me hipnotizaban.
-No. En Australia. No tengo más nada que hacer aquí.
-Cómo no? -Agarró suavemente mi cara, girándola para que lo mire y encontrándolo más cerca de lo que esperaba. Sus ojos me miraban enojados y decididos, a comparación de los míos que estaban un poco asustados por su atrevimiento. -Tienes amigos, tienes un trabajo, tienes una vida aquí.
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painter |Harry Styles|
Fiksi PenggemarDicen que los pintores están todos locos y, es verdad. Cuando encuentras el significado del arte; te deliras. Como le había pasado a Harry Styles, un famoso pintor Francés donde reflejaba cada parte de él en sus lienzos clásicos de estilo renacentis...