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Jimin se encontraba sentado al lado de la cama de Jungkook, el cual reposaba tranquilamente. Las horas pasaban y pasaban y el Rubio comenzaba a desesperarse al ver que su lindo Omega no se movía, ni siquiera hacía algún ruido.

La mano de el Rubio jamás había soltado la de Jungkook, durante su estancia ahí, jamás dejo a su Omega, ni siquiera para salir a tomar alguna bebida. Sólo quería estar ahí para el pelirrojo y que al despertar, lo primero que mirara, fuera a él y su gran sonrisa.

—Cariño, ya despierta. Te extraño demasiado —
habló Jimin mientras acariciaba la mejilla de Jungkook y hacía un puchero con sus labios.

—Apuesto a que nuestro hijo será igual de tierno cómo tú. Tal vez tengamos una preciosa niña, o un lindo niño. De verdad que estoy tan emocionado— sonrió el rubio, para después soltar la mano de Jungkook y tocar su estómago .—todavía no puedo sentirlo, pero muy pronto lo haré. Él o ella dará patadas muy fuertes para avisar que está ahí.

El rubio volvió a dibujar una sonrisa en sus labios. Le llenaba de emoción saber que tendría una linda familia con la cual compartiría todo su amor.

—Estoy tan agradecido de tenerte. De verdad que lamento cómo me comporté en el pasado contigo, los celos me cegaron completamente.

El rubio suspiró mientras volvía a agarrar la mano de Jungkook.

—De verdad que te amo tanto, mi amado Omega—

Jimin agachó su cabeza y dejó salir algunas lágrimas. Él jamás había mostrado tristeza ante nadie, pero cuando estaba con Jungkook, realmente podía hacerlo, se volvía totalmente débil. Mientras el rubio lloraba en silencio, sintió cómo su mano era apretada de forma suave.

—Cariño, ¿por qué lloras?— preguntó una voz tierna que el Alfa reconocía con gran facilidad.

La mirada de Jimin poco a poco fue subiendo, para después encontrarse con la tierna mirada de su Omega sobre él. Los labios de Jungkook formaban una perfecta sonrisa en su rostro, sin olvidar sus lindas mejillas de un leve tono carmesí.

—Jung-Jungkook—pronunció el castaño, para después pararse y abrazarlo cuidadosamente, cuidando que su cuerpo no aplastara a su Omega —has despertado.

—Siempre he estado despierto —sonrió el peli castaño mientras abrazaba a Jimin y a la vez acariciaba su suave cabello.

—Cariño, ¿de verdad?.

—Sí, he escuchado lo que dijiste — susurró el menor mientras dejaba de abrazar a Jimin.

—Entonces, ¿escuchaste todo lo qué te dije?— la voz de Jimin se fue apagando poco a poco.

—Sí.

Un repentino escalofrío se posó sobre el cuerpo de Jimin, haciendo que inmediatamente se tapé la cara con sus manos. Estaba totalmente avergonzado, había mostrado su lado débil y Jungkook lo había escuchado.

—Jimin— Jungkook tocó las manos de el castaño, para después éste apartarlas .—también te amo demasiado. Te amamos demasiado— corrigió el peli castaño mientras sonreía y tocaba su estómago.

El mayor no pudo evitar volver a sonreír y llenar sus ojos de lágrimas, pero esta vez de felicidad. Jungkook era todo lo que quería en su miserable vida, sin él, todo sería gris. Jimin se agachó quedando a la altura de Jungkook, para después susurrar hacía su oído

—Quiero amarlos por el resto de mi vida y lo haré.

El corazón de Jungkook se aceleró y sólo pudo sonreír apenado. También la felicidad lo estaba consumiendo.

—Jeon Jungkook, tu Alfa te ama demasiado —dijo Jimin con una voz seductora mientras miraba como Jungkook reía ante su mala actuación—de verdad que lo hago— dijo el castaño, para después juntar sus labios con los de el peli castaño en un dulce beso.

Las manos de Jungkook subieron hasta la nuca de Jimin, acercándolo más y a la vez tocando su suave cabello rubio. El beso era electrizante, cada rose se hacía cada vez más intenso y profundo, llegando a conectar por completo sus almas.

En una busqueda de calor, el mayor se acercó más a Jungkook y pasó sus manos por su espalda, acercándolo aun más a él. Jungkook estaba emitiendo un dulce olor que Jimin estaba amando demasiado, que sólo quería pasársela todo el día entero besando a su Omega.

La lengua de Jimin se introdujo a la cavidad bucal de el peli castaño, empezando una dulce batalla de sentimientos, los cuales eran mutuos. Después de unos segundos, ambos chicos se separaron con la respiración agitada, mirándose alos ojos.

—–Tu olor es tan fresco, que me hace pensar que estás en celo—– sonrió el rubio mientras olfateaba el cuello de Jungkook.

—–Park Jimin, no seas tan Pervertido— rió Jungkook, para después separarlo.

—Anda, ve a comer, sé que no lo has hecho, cariño.

—Prefiero quedarme aquí y respirar tu delicioso olor—
dijo el menor mientras se metía con Jungkook a la pequeña cama y lo abrazaba, acostando su cabeza en el pecho de el Omega.

—Eres un caso perdido, Jimin —rió Jungkook, para después empezar a acariciar la cabeza de el castaño mientras éste lo abrazaba tiernamente y mantenía su cabeza en el pecho deel contrario.

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Estamos casi llegando al final de esta historia, gracias por todo el apoyo.

Eres Mio «JIKOOK»┇ AdapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora