Capítulo 55 Nuestros pasados

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Estamos mirando las estrellas en las tumbonas que hay detrás de nuestra casas. Hemos venido aquí después de la heladería y se nos a hecho de noche. Delante de nosotros tenemos la piscina, llena de luces
-A veces hecho de menos a mi madre.
De pequeña estaba todo el día con ella, cuando tenía doce años ella encontró trabajo y eso fue lo peor para mí, porque se tenía que separar de mí mucho tiempo. Su turno terminaba a las doce. Me quedaba despierta hasta que ella venía y me daba un beso de buenas noches, al día siguiente no podía ni con mi cuerpo, estaba muy cansada
-Sigue- dice él, no me quita ojos de encima desde que abrí la boca
-Pero este año descubrí una cosa. Una cosa que no me esperaba y menos de ella. Ahora sé que yo a ella no le importa lo más mínimo. Era mi hermana su ojito derecho y yo me sentía mal por ello. Siempre quería impresionarla con las notas, con los regalos de reyes o de su cumpleaños, pero siempre era mi hermana la perfecta, la que hacía que todo fuera mejor en la familia. De pequeña ni me percataba, pero conforme creces te das cuenta de las cosas- me he desahogado pero bien, todo lo que tenía adentro lo he soltado delante de Simon, él que menos creía que me iba a escuchar. Tengo los cachetes mojados, ¿desde cuándo habré empezado a llorar?
-Vaya...lo siento, pero, tienes que ser fuerte y seguir adelante- lo dice como si me entendiera, tiene mucha empatía
-Si te cuento algo ¿me prometes no decírselo a nadie?- extiendo mi dedo meñique para hacer pinky promise. Le hace gracia mi reacción
-Soy adoptado, vivía con mi madre biológica, pero ella enfermó y murió cuando tenía diez años. Nunca he conocido a mi padre biológico, abandonó a mi pobre madre cuando se enteró que estaba embarazada de mí. Así que me adoptaron esta maravillosa familia, a los once años
-Es horrible, lo siento. Piensa positivo, ahora tienes a unos padres y una hermana que te quiere- lo animo
-Lo sé, pero también hecho de menos a mi madre, era un pilar fundamental para mí- le froto la espalda. Me encanta cuando se abre para mí
Me levanto de la tumbona y me recojo los pantalones por debajo de la rodilla, luego me siento en el borde de la piscina, quedando mis pies en el agua helada.
Paso allí unos tres minutos cuando unas manos se pega en mi espalda y me empuja al agua.

El "novio" de mi "amiga"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora