Capítulo 32 Otra gran decepción

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-Estás loco- digo con una sonrisa
-Loco por ti- me derrito con él. Me coge de la mano y bajamos las escaleras
-¿Dónde vais?- pregunta mi padre
-Luego vuelvo papá- respondo, ¿le he dicho papá?, este chico hace que yo saque mi mejor versión, mi padre sonríe con esperanza.
Vamos al garaje y William coje su moto, paramos en el mismo sitio que fuimos, el burger, antes de ir a ver las pedazos de vistas.
-Este lugar...me trae buenos y malos recuerdos- digo con nostalgia
-Aquí fue donde vine cuando murió mi madre o cuando vine por primera vez, contigo- se me saltan las lágrimas al recordar a mi madre
Empezamos a comer y cuando terminamos seguimos hablando
-¿Sabes? A veces pienso que nada tiene sentido- digo, yo con mis paranoias
-Si, cuando te pasa seguidamente cosas malas, pensamos eso, pero...si nos aferramos en algo bueno que tenemos, todo cobra sentido. Por ejemplo, tú para mi eres algo bueno, si me pasará algo malo, ¿estarías hay?- dice
-Pues claro tonto- digo y me echo en su pecho
William me lleva a casa, cuando entro mi padre dice que quiere hablar y me siento junto a él en el sofá
-Tu hermana ha perdido el bebé- en el momento que pronuncia la noticia me quedo helada, no me lo esperaba
Mi padre y yo seguimos conversando de lo ocurrido
-Oye, ¿por qué querías que fuese contigo a Ámsterdam?- creo que es el momento para presentárselo
-¿Cómo? ¿Qué?- dice y coje la taza de leche que está en la pequeña mesa de delante, recuerdo que también la tomaba cuando era pequeña
-¿De dónde has sacado eso?, espera, espera, ahora que lo dices, cuando llegué aquí, oí a tu madre y tu hermana hablar de que te querían lejos, para que Emma fuese feliz tranquilamente con un tal Ken o algo así- no me lo puedo creer, todos los destrozos lo provocaron ellas, mi madre lo sabía y no me dijo nada, que decepción. Lloro y lloro, se lo cuento todo y nos quedamos los dos dormidos en el sofá, consolandome

A la mañana siguiente me despierta el trimbre de la puerta
-Oh...William ¿ qué hora es?- digo frotandome los ojos
-Hora de vestirte, vamos dormilona, llegaremos tarde- dice y subo corriendo las escaleras, el entra, saluda a mi padre ya despierto, tengo miedo que se queden los dos abajo solos, así que me arreglo lo más rápido que puedo
-Lista- digo bajando las escaleras, mi padre y William me mira de arriba a abajo
-Te llevas a un bombón- dice mi padre y William sonríe
-¿Qué te ha dicho?- digo cuando me estoy podiendo el casco de la moto, por cierto ya no me da miedo las motos
-Nada, es muy majo, ha cambiado ¿no?, por lo que me has contado de él...- dice y asiento.
Llegamos a clase e intentamos ponernos con el grupo, pero acabamos peleando, pues oficialmente nos hemos quedado sin amigos.

El "novio" de mi "amiga"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora