Capítulo 5: Furia

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Hola, espero que estén pasando una buen día, tarde o noche, dependiendo del momento en el que lean esto. Me complace mucho traer una nueva actualización, espero que les guste y que la disfruten. Sin más que decir por el momento, los dejo con la lectura.

Capítulo 5: "Furia"
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¿Hasta qué punto la venganza es buena? Quizás te ayude a sentirte mejor, a levantarte, a superar lo que sea que haya pasado, algunos te dirán que dejes de lado los escrúpulos y cobres venganza. Otros te dirán que sigas tu moral y no lo hagas, porque todo se regresa. Pero volvemos a la misma pregunta, ¿hasta qué punto la venganza es buena?
Mientras Snotlout y Gobber peleaban cuerpo a cuerpo con algunos guardias, los otros seguían cubiertos detrás de las columnas de concreto y decoradas con costosos azulejos. Pero no fue así por mucho tiempo, Hiccup se alejó de allí y se acercó a un muy elegante buró que estaba junto a la pared, el cual tenía encima distintos floreros y jarrones con joyas incrustadas. Todas esas cosas cayeron al suelo, rompiéndose, pues el joven levantó el costoso mueble y lo llevó hasta estar junto a la columna dónde se cubrió antes, entonces con toda su fuerza lo arrojó en dirección al piso superior. El barandal junto con parte del suelo se destruyó al instante, provocando que muchos guardias salieran proyectados hacia atrás y que los restantes se confundieran. Con una parte del barandal destruída, los disparos cesaron. Hiccup aprovechó ese cese al fuego para ayudar a sus compañeros en la lucha. Despejarían toda esa área para poder escapar por donde vinieron, si se apresuraban podían huir haciendo uso de su velocidad acelerada para despistar a todo aquel que quisiera seguirlos. Ya no le importaba ser amable, ni ser cuidadoso de no lastimar severamente a nadie. Despejaría el camino sin importarle si cobraba alguna vida o no. Heather apenas iba a unirse a la batalla campal, pero de repente se dió cuenta que la chica rubia se alejó de la columna, se levantó y caminando lentamente comenzó a caminar en dirección a la escaleras. Fue tras ella casi por instinto, quién sabe, les podía ser útil seguir conservándola, así que lo mejor era mantenerla a salvo.
Justo cuando empezaba a acelerar el paso, la dragoniana la sujetó del brazo, aunque con más delicadeza que como lo había estado haciendo Hiccup.

— Déjame, debo ir a buscarlo — dijo Astrid casi sin aliento, ya no le quedaban fuerzas ni ánimos para siquiera reclamar algo.

— No te quedes aquí, te pueden disparar — le dijo ella.

Escuchó muchos pasos arriba, algunos estaban dirigiéndose a las escaleras para empezar a bajar, otros se formaron a la orilla del barandal que no había sido destruido y apuntaron sus armas.
La chica pasó sus brazos por la cintura de la otra y luego la alzó, para cargarla en su hombro, entonces comenzó a correr en dirección contraria para evitar que pudieran herirla.

— ¡Ya podemos irnos! — exclamó Snotlout, mientras le daba un fuerte puñetazo en la cara a uno de los guardias, ese era el último del grupo que habían estado combatiendo.

Tanto él como Hiccup y Gobber se pusieron alerta cuando escucharon los disparos empezar de nuevo. Vieron a Heather apresurada acercándose a ellos y cargando a la princesa. Pero la imagen no duró mucho, pues estando tan cerca de ellos una bala impactó en la pierna izquierda de la chica de cabello negro. Perdió el equilibrio y cayó fuertemente al suelo, la rubia se quejó del dolor que sintió en su espalda al impactarse contra el suelo producto de la caída.

— ¡NO! — Snotlout automáticamente se enfureció.

Sin pensarlo dos veces corrió con toda la velocidad que pudo hacia el centro del salón. Desde allí usó todas sus fuerzas para dar un salto, que le permitió posicionarse justo arriba de la barandilla. Cómo lo había hecho tan rápido los tiradores no tuvieron un punto claro de mira, por lo que ningún disparo lo alcanzó. Rápidamente comenzó a golpear y abalanzarse contra cualquier persona que tuviera enfrente. Estaba furioso y al igual que Hiccup, ya no pensaba contenerse.
El castaño y Gobber corrieron a auxiliar a su compañera, tenían suerte de que ya no hubiera disparos en su dirección. Hiccup sostuvo el brazo de la chica y la ayudó a ponerse de pie, le costó mucho y se quejó del dolor, más de lo que le hubiera gustado.

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