Capitulo de prueba

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La húmeda, solitaria y obscura cueva estaba siendo vigilada por un solo goblin, su grasosa piel verde apenas y era visible en la obscuridad, su abultado estómago y postura encorvada revelaba que se encontraba desnutrido y cansado, y él lo sabía mejor que nadie, su mano sostenía una lanza fabricada de huesos y madera, rudimentaria, pero efectiva.

Tras 3 días sin comer sus compañeros y él estaban demasiado débiles, apenas y habían tenido suficiente con algunos saqueos a transeúntes que se aventuraban demasiado en la montaña, su hogar. Pero ya era suficiente, esa noche habían capturado a un par de granjeras, apenas niñas de quizás 19 o 18 años, pero sus cuerpos deberían ser lo suficientemente maduros como para procrear.

El goblin estaba harto, ayudó a capturar a la segunda mujer, entonces porqué debí hacer guardia?

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un ligero sonido en algunos matorrales, algo que no le gustaba.

Lo había escuchado de uno de sus más recientes miembros, un goblin herrante, se había esparcido el rumor de un monstruo, fuerte como un ogro, peligroso como un hechicero y ágil como un arquero, destructor de nidos, asesino de bebés, masacraba todo a su paso, nidos de decenas, sin dejar un solo sobreviviente detrás, meras leyendas, pero no dejaban de provocarle cierto miedo, después de todo era su naturaleza ser cobardes.

El goblin se aproximó a los arbustos empuñando su lanza, listo para luchar, cuando nuevamente el ruido despertó sus instintos, la lanzada fue perfecta, atravesando de lado a lado la planta, pero nada se escuchó salvo las hojas agitándose por el impacto del arma.

-ñah...-

El ruido molesto del goblin resonó tras comprobar que estaba demasiado nervioso, pero al tirar de su lanza...

-hawe?...-

Su lanza no volvió, al tirarla más fuerte notó que estaba atascada, era molesto, pero entre más tiraba más se daba cuenta...no estaba atascada...algo la retenía...

Mientras su nerviosa cara se aproximaba más y más al arbusto más podía notarlo, una cara metálica...no...un casco, con ranuras verticales en su delantera y una cresta de tela roja detrás...y un solo ojo...tan rojo y brillante como las llamas del infierno.

Una mano sujetó con fuerza la cara del goblin que incapaz de gritar fue atraído con fuerza hacia la planta, desapareciendo entre las hojas y la obscuridad.

Del arbusto emergió una imponente figura metálica, con armadura ligera de acero y cuero, la parte delantera estaba cubierta de sangre y tierra, su yelmo grisáceo era acompañado por un pequeño trozo de tela que revoloteaba al son del viento en la parte superior trasera del mismo.

-...uno...-

Sus botas crujían mientras caminaba impaciente hacia la caverna, en una de sus manos empuñaba una espada corta bastante regordeta que goteaba rojo líquido proveniente de su primera presa, en la otra una lámpara de aceite que ocultaba bajo una gruesa tela de lona, hecha especialmente para evitar el paso de luz, la cueva parecía abrirse cada vez más ante su decidido andar, paso a paso la cueva de volvió más húmeda, más obscura, más horrible, hasta que los pasos del caballero en armadura se detuvieron de golpe, agachando su centro de gravedad listo para pelear, las paredes parecia hablarle, diciéndole todos los ángulos posibles para una emboscada, las paredes eran de arcilla y piedra, era posible excavarlas para rodearlo, el techo era astillado y repleto de estalactitas, era posible sostenerse de él para saltar sobre él, el suelo era deforme y húmedo, fácilmente podía resbalarse y terminar con una daga en el cuello.

“nunca dejes de pensar..."

Su mente trabajaba lo más que podía, analizando el panorama, hasta que finalmente...

Goblin Slayer. temporada de cazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora