Goblin Slayer. temporada de caza

la arena

La multitud enloqueció en bulliciosos gritos de emoción al ver como de las puertas en las paredes del coliceo emergían decenas de esqueletos guerreros, algunos tan pequeños como goblins, otros del tamaño de ogros, y aunque normalmente los esqueletos marchan desnudos a la batalla, estos portaban toda clase de equipo, desde lanzas viejas y espadas oxidadas, hasta arcos de ramas y hachas de leñadores, algunos tenían incluso escudos y armaduras.

La pelea inicio con el choque estrepitoso del acero de los veteranos con las armas de los esqueletos más fuertes, el polvo se arremolinaban con cada impacto de sus armas e incluso algunas de las ondas de impacto sacaban volando a aventureros más débiles y otros esqueletos por igual.

-hmm...primer error... juntarse con los fuertes...-

En uno de los balcones un anciano hombre sin un ojo miraba el encuentro, atinado a mencionar el anterior comentario en voz baja mientras que una sirvienta colocaba una copa de vino en una pequeña mesa frente a él.

Y en efecto, el primer error de los aventureros novatos fue quedarse en un espacio junto a los más fuertes, pues debido a sus movimientos rápidos y en algunos casos exagerados, tendían a chocar unos con otros, faltos de experiencia en el trabajo en equipo con otros grupos los duetos y equipos fueron dispersados por la batalla campal que rápidamente quedó sumergida en la espesa nube de polvo que se elevaba en la arena.

-al muro!-

La orden dada por goblin slayer fue tajante y, a su vez, seguida de inmediato por el conjunto de aventureros que lo acompañaban.
Arrinconandose contra una de las paredes los esqueletos se lanzaron uno tras otro sobre ellos blandiendo torpemente sus armas solamente para ser repelidos por las espadas del hombre lagarto, el caballero blindado y las flechas de la arquera.
Algunos de los aventureros novatos a su alrededor aprovechando la confusión comenzaron a copiar la técnica de goblin slayer, pronto cada pared había sido ocupada por uno de los equipos de aventureros, dejando el centro libre para que los más fuertes se encargarán de los esqueletos de mayor nivel.

El suelo comenzó a llenarse de huesos y armas rotas, uno tras otro los grupos de aventureros despedazaban a sus adversarios...hasta que de la espesa nube de tierra un cadáver, o mejor dicho, la mitad de él, salió disparada hacia uno de los grupos, el hombre bestia y el enano apenas y pudieron esquivar el torso el aventurero que les fue arrojado cual proyectil de catapulta.

De las tinieblas de tierra emergió un esqueleto diferente, era un trasgo o quizás un goblin campeón, lleno de armadura de metal en la parte delantera y en su espalda una improvisada cubierta hecha por escudos rotos y cascos, su ambas manos meneaba hachas de doble cabeza y en su cráneo portaba un casco de metal.

-PELUSA, ESQUIVALO!-

El enano le gritó a su bestial compañero al ver como el enemigo embestía con brutal barbaridad su hacha hacia su amigo.
La tierra se levantó con el impacto arrojando por los aires a otros dos duetos de novatos que habían ocupado las paredes junto al hombre bestia y al enano, al despejarse un poco el polvo el hombre bestia se encontraba bajo el hacha del esqueleto, sujetando su filo con todas sus fuerzas para evitar salir lastimado, las chispas emergían del roce entre el hacha y el guante metálico, pero ninguno de los dos hacía más que temblar ligeramente mientras aplicaban fuerza a sus armas intentando romper aquel punto muerto.

Mientras el esqueleto se encontraba distraído el enano se lanzó hacia él con su pierna como objetivo, no tenía fuerza suficiente para romperla, pero si golpeaba detrás de la rodilla podría romper su equilibrio y reducir la presión sobre su amigo, pero mientras que se acercaba elevando un poderoso grito de batalla el esqueleto atino a blandir su segunda hacha hacia él, asestando un poderoso golpe justo del el centro del enano, quien salió volando entre trozos de armadura rota y sangre hacia uno de los muros, desaparecido en una espesa nube de escombros.